CUENTO SOBRE LA DISCRIMINACIÓN

Cuento infantil elaborado en equipo donde se presenta una situación de discriminación.

“LA CURIOSA VIDA DE LUCIO”

Les voy a contar la curiosa historia de un lindo gatito que su vida cambio cuando sufrió un aparatoso accidente y lamentablemente en él, su ojito perdió.

¡Pobre gatito! ¿Se lo imaginan sin ojo?... Todo sucedió en una tarde lluviosa con truenos y relámpagos, tal parecía que el cielo se iba a caer.

Asustada por los truenos tras el maullido de un gatito me acerqué a la ventana para ver lo que sucedía, y que sorpresa me llevé, al ver que un estruendoso rayo rompió la rama de un árbol, cayéndole a su ojito; por más que me apresuré para llegar a él, fue demasiado tarde porque su ojo por fuera estaba.

Al verlo tan lastimado, entre mis brazos lo arrullé para sofocar un poco de su dolor, ya en casa me apresuré a darle curación, ¡juro que hice todo lo que estuvo en mis manos!, sentí un nudo en la garganta, cuando me di cuenta que desafortunadamente ciego quedó.

Así pasaron los días bajo mi cuidado, procurando que nada le pasara y que todo mejorara, fue entonces que decidí ponerle un nombre “lucio”. Después de un tiempo me dolió mucho, pero tuve que aceptar que lo tenía que dejar en libertad; me animé y lo dejé en la calle pensando que para él era lo mejor, pues al anochecer una manada escandalosa de gatos se reunían en la azotea de doña Panchita, ya que ella era viuda y a todos les daba de comer.

Con mucha tristeza nos dimos cuenta Doña Panchita y yo, que al paso de los días la manada de los gatos no permitía que “lucio” el gatito tuerto se acercara a comer con ellos; pues como si tuviera algo contagioso ellos se alejaban o lo atacaban.

Así era todas las noches, el gatito cada vez estaba más solo y flaco, maullaba con desconsuelo y me partía el corazón escucharlo, por lo que me acerqué a doña Panchita para ver que podíamos hacer para que la manada poco a poco lo aceptara; y como caído del cielo un gatito vagabundo llegó, él, escaso de cariño al gatito tuerto se acercó.

Con el paso del tiempo, el gatito vagabundo y lucio andaban para todos lados, y la manada con tal ejemplo del pequeño gatito poco a poco se fue acercando a ellos, llegando a comer todos juntos; increíble me parecía pero hasta en conjunto comenzaban a jugar. Así empezaron a aceptar a lucio en su manada, a pesar del problema que tenía y hasta parecía que lo cuidaban, pues gato que se quería meter con él lo atacaban y porque lo esperaban para vivir todas sus gato-aventuras.

Felices todos quedamos y más aún lucio, porque después de tener un incierto futuro finalmente encontró una familia en aquella manada de gatos.

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