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Carta A Personaje Malvado

donaldoluis28 de Octubre de 2014

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Salamanca, GTO. México

07/10/2014.

Señorita Elizabeth Bathory me dirijo a usted de la manera más atenta y respetuosamente posible para exponerle mi punto de vista y tratar de hacerle reflexionar y cambiar su manera de actuar y de pensar sobre la juventud y vida humana.

A mi parecer, no era necesario haber matado tantas persona personas, todas ellas jovencitas, solo para conseguir su sangre y poderse bañar en ella, con la absurda excusa de que es por motivos cosméticos y para obtener juventud, usted tiene la equivocada creencia que si se bañaba en sangre de jóvenes vírgenes tendría juventud eterna, y me pregunto yo, ¿Para que deseaba ser eternamente joven? Solo para conseguir un marido de alto renombre. Yo creo que la juventud no es más que una absurda vanidad, ¿Qué es una vida sin muerte?, si no tuviéramos que partir en algún momento entonces ¿Para qué vivir? La muerte es una etapa de la vida, un complemento, y sin la muerte la vida no tendría sentido. En mi humilde punto de vista una mujer “vieja”, lejos de ser una “carga” o impotente de hacer las cosas por sí misma, es una persona llena de sabiduría y muy inteligente, sin importar si tuvo la fortuna y la dicha de recibir una educación formal, una persona adulta forjo su educación con la vida en base a experiencia y por eso es que se les tiene que guardar mucho respeto y en mi caso mucha admiración. La Juventud es la etapa donde se desarrolla la madurez, para que en el momento de ser un persona adulta, tenga las bases y valores para ser un ser respetable y querido.

Siguiendo con los asesinatos que cometía, como pudo usted ser tan cruel y tener una mente tan malvada, para no escuchar o sentir lastima de los horripilantes gritos de sus víctimas que le imploraban que las dejara vivir y usted sin importarle tales acciones, mataba una, dos y más de esas pobres jovencita y como si no le fuera satisfactorio eso, estando sus víctimas mal heridas, tenía las fuerzas y la rabia para degollarlas y no de un solo tajo, sino que lo hacía despacio para disfrutar la agonía de las pobres jovencitas, porque señora Elizabeth Bathory, si alguien mereciera la vida y juventud eterna le aseguro, que no sería usted. Ya que se convirtió en una asesina, y no lo hizo solo una vez, los hizo las veces que fueron necesarias para obtener sangre suficiente para bañarse en ella, que valores tiene usted, que no se supone que es una persona educada, no entiendo cómo fue capaz de hacer todo esto por un motivo tan absurdo.

Es usted una mala persona, una persona real mente enferma, porque pensaba que al presentar cualquier molestia menor, llámese una marca en la piel por ejemplo, la cura era bajar al sótano en donde tenía enclaustradas a las pobres doncellas, darles mordiscos y masticar la carne arrancada de sus víctimas y para que no se escucharan los gritos de horror que salían del castillo tuvo la perturbada idea de coser la boca de sus víctimas, me siento indignado y horrorizado al saber que una persona es capaz de hacer tales actos, pero sin embargo, le escribo esta carta sin algún otro motivo más que el de poder hacerla entrar en razón y que reflexione sus actos, para que sea capaz de cambiar la “vida” tan llena de tormentos que lleva, créame que todas las personas pueden cambiar. Olvide esa forma de pensar tan errada que tiene, acepte que la juventud termina pero lo bello de una persona se conserva para la eternidad, y por lo bello no me refiero a lo físico si no a lo emocional y espiritual, a esos pequeños actos de bondad que dejamos para la historia, esas pequeñas cosas que nos llevan a vivir la vida como es debido con alegría y respeto al prójimo por estas cosas tan sencillas somos eternos ya que nos recuerdan con cariño y respeto.

De antemano le agradezco su tiempo y no me retiro sin mandarle un cordial saludo e invitarla a que reflexione sobre los actos antihumanos

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