Confesiones de mi cama

Nombre: María Fernanda Gomero Camejo

Curso: 6to Semestre A

CONFESIONES DE MI CAMA

Hoy me voy de la casa, me lo dijiste ayer en la noche antes de dormir, no sé qué será de mí de ahora en adelante, solo sé que no podré separarme de ti, han sido tantos momentos juntos que pensé que no podías separarte de mí, con lo tanto que te costaba todos los días hacerlo, llegué a creer que siempre estaríamos juntos, no me quiero ir, no nos hemos separado desde que tu papa me compró en la mueblería, siempre hemos sido tu y yo, a veces alguien más pero no me preocupa porque sé que lo disfrutas, lo sé por tu voz.

Te vi crecer, te sentí crecer, fui tu confidente por muchos años, éramos mejores amigos, quería que cada vez que te sintieras triste o que cuando las cosas no te salían bien, tu vinieras a mí, para desahogarte llorando o solo morir del cansancio sobre mí, no me importaba si venias sudada pues todo el día te la pasas en la calle, o cuando venias mojada de la lluvia yo siempre estuve ahí para recibirte y estar más cómoda que nunca para ti y por ti.

Creo que nunca me di cuenta que lo que sentía por ti no era mutuo, yo te daba todo de mi mientras tú me tratabas mal, me dejabas desarreglada todos los días, no te importaba subirte con los pies sucios y comer encima mío dejando suciedad por donde sea y nunca la limpiabas, tu no lavabas mis sabanas, nunca lo hiciste, nunca las cambiabas, y si no fuera por tu madre que parece más tu empleada, vivirías en la suciedad porque eres incapaz de alguna vez hacer algo por ti misma.

No te mentiré pues tu nunca lo hiciste, no me quiero ir, a pesar de todo lo malo que pueda decir sobre ti, quiero estar contigo, extrañaré tu olor, tu sudor, tu voz, me acostumbre a que te levantes en la madrugada a cada rato porque tienes sed, o porque quieres ir al baño, me encanta sentir tu cuerpo sobre mí, está en mi instinto, para eso estoy aquí, para estar debajo de ti aunque cada vez peses más, que por cierto deberías bajar de peso pues ya mis alambres se están saliendo porque no pueden aguantarte.

Soporté que te fueras por mucho tiempo, te acogí de la misma manera que siempre, a pesar de que pasaste muchas noches en otras camas haciendo lo que deberías hacer encima mío, dudé de mí, siempre regresabas feliz y cansada, no sé por qué te ibas a otras camas si yo te podía dar lo mismo, es más si invitabas a alguien a jugar con nosotros iba a mantener silencio y no se lo contaría a nadie.

Hoy me voy de la casa, pero no quiero, no sé a dónde iré, pero tú te ves feliz de deshacerte de mí, no creo que merezca eso.

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