Conocimiento Científico y Empírico

Universidad Bicentenaria de Aragua

Facultad de Salud y Desarrollo Humano

Filosofía de la Psicología

        Prof. Gustavo Roa        

El Conocimiento Empírico y Científico

Juan Alberto Lubo Omaña

Venezuela, San Cristóbal

        Marzo, 2021        

Desde nuestros inicios, el tiempo ha transcurrido y con él, ha aumentado la sed del ser humano de conocimiento, comenzando por las primeras especies humanas y su creciente habilidad para utilizar herramientas como huesos de animales, que, con la evolución del hombre y su recolección de experiencias, fue mejorando, cambiando el hueso por los metales, luego cediéndole el puesto a las primeras máquinas y al conocimiento físico-químico. Desde el comienzo, el hombre ha buscado la forma de darle una respuesta coherente a la interrogante “¿Qué es el conocimiento?” por lo que existe una gran cantidad de obras filosóficas antiguas que hablan del tema, algunos pensadores, definen al conocimiento como la información apropiada y aplicada, pasando por la recepción de información, apropiándola en nuestra mente y aplicándola a través de acciones, existiendo una cuarta fase opcional, que vendría siendo el compartimiento de este saber. En la medida en que el ser humano adquirió más y mejores conocimientos, su vida cambió y con ella cambió el mundo a su alrededor, incluyendo la forma de adquirir esta sabiduría, permitiéndonos diferenciar distintos tipos de conocimiento, como el conocimiento científico, que podemos definir como aquellos conocimientos verificados bajo un método científico, los cuáles se dan por certeros gracias a su estudio riguroso, el cual se basa en evidencias recolectadas para analizarlas y formar teorías científicas, las cuales pueden ser modificadas o refutadas si surge otra más cercana a la realidad, la cual a diferencia de otros tipos de conocimiento, se basa en fenómenos comprobables mediante la experimentación; un paso importante para la ciencia fue el surgimiento de los filósofos griegos,  esto significó un importante cambio de paradigma ya que la humanidad que hasta entonces sólo explicaba los hechos de la naturaleza a través de mitos y leyendas, comenzó a darle pasó a la razón, lo que los griegos llaman “logos” o conocimiento  racional, se considera a partir de entonces que un conocimiento es válido sólo si cuenta con tres premisas fundamentales; las proposiciones no deben ser contradictorias entre sí, las afirmaciones deben derivarse lógicamente de proposiciones consistentes o deben estar avaladas por la experiencia, los enunciados deben referirse a entes empíricos o teóricos pero no entes ficticios;  visto desde la actualidad, estas características para que un conocimiento sea aceptable parecen obvias,  pero lo largo de la historia las características de cada sociedad fueron modelando el perfil del conocimiento y determinando el rumbo que tomaría la ciencia; el conocimiento para los griegos sostenían que el sabio es justo bueno y bello, porque la belleza es armonía y un sabio en busca la verdad. En la Edad Media, el conocimiento fue tenazmente perseguido por la Santa Inquisición por eso, en aquel contexto se dice que “la razón puede analizar, pero está subordinada a la fe, el conocimiento no debe contradecir a la Biblia por más probado que esté”. El conocimiento en la modernidad se despega finalmente de la religión, así surge la razón científico-técnica, las verdades ya no son dogmas sino evidencias y la razón pasa a estar por encima de la fe; comienza investigarse de manera metódica, en la Edad Moderna, se disocia absolutamente la razón de la ética y de la estética, porque la razón científica es objetiva; ya que podemos no ponernos de acuerdo sobre la belleza de una obra de arte, o disentir sobre la ética de una acción, pero las verdades científicas son indiscutibles. El poder, manipula voluntaria o involuntariamente el desarrollo de la ciencia, el más claro ejemplo es el enorme control que ejerció la Iglesia Católica en la Edad Media, la ciencia se vio totalmente asediada por los condicionamientos impuestos por el clero, ya que los descubrimientos científicos no pueden contradecir la sagrada escritura. Más tarde, con el prestigio que la Edad Moderna le proporciona la ciencia, se transforma en un instrumento de poder que permite manipular lo que se conoce, tanto la naturaleza como la cultura son objetos de estudio de la ciencia, y el conocimiento que ésta genera, permite alterar ambas cosas. Este suceso, permite a los científicos crear eficaces medicinas y artefactos que aumentarán el bienestar general. Se caracteriza al conocimiento científico, por sustentarse en la investigación; la recopilación de datos a partir de experiencias científicas previas, así como de procedimientos experimentales, que al ser replicados bajo condiciones controladas, pueden ser comprendidos más cabalmente, por ser un saber crítico y fundamentado, que procede de manera metódica y sistemática; sus conclusiones son verificables; el saber que arroja es unificado, ordenado, universal, objetivo, comunicable, racional y provisorio, que, en definitiva, permite explicar y predecir hechos o fenómenos mediante leyes o principios. Sus objetivos más resaltantes son; entender y explicar con objetividad y precisión el porqué de las cosas, así como también describir las relaciones constantes en los fenómenos; establecer las leyes y principios a que obedecen dichos fenómenos y comprender los procesos o leyes que rigen la naturaleza. Debe ser claro y preciso, formular problemas en forma concreta, definir conceptos crear lenguajes y símbolos específicos cuantificar y registrar fenómenos; además, los resultados deben ser probables mediante la experimentación, en este momento es donde se tiene relación directa con las ciencias, como la biología, la física y la química

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