Coordinacion Visomotora Y Articuladora

A COORDINACIÓN FONOARTICULADORA (LA EVOLUCIÓN DE LOS BALBUCEOS HASTA CONVERTIRSE EN PALABRAS)

“Otra coordinación importante que desarrollan los niños desde las primeras semanas es la llamada fono-articuladora. Esta se desarrolla a través de la capacidad de emitir sonidos que suenan como sílabas. Esto comienza más o menos a los 2 meses y los niños repiten constantemente estos sonidos que provienen de la laringe y que junto con las guturaciones y los balbuceos, son la base sobre la que el niño aprende poco a poco a hablar.

Los primeros sonidos del bebé son involuntarios y se comunica a través del llanto. Cuando produce sonidos como ga, gue, guu, ejercita sus labios, boca, lengua, cuerdas vocales, aparato respiratorio y oído.

A los 3 o 4 meses emite sonidos, gritos y balbuceos que produce cuando está feliz. Los niños sordos también balbucean, pero pierden interés porque no pueden oírse a sí mismos.

Entre los 7 y 9 meses, produce sonidos que llevan ritmo; responde a la música con gritos y susurros. Atiende los sonidos que hay a su alrededor, y cuando se suspenden, balbucea repitiendo accidentalmente lo que ha escuchado. En la producción de sonidos se combinan el oído, el movimiento, la vista y el tacto. De los 9 a 10 meses adquiere mayor control de los labios y lengua; debido a la maduración del sistema nervioso y del oído, imita mejor los sonidos que escucha hasta pronunciar sus primeras palabras. A los 12 meses ya usa algunas palabras para comunicarse.

A los 2 años empieza a controlar el volumen de su voz y le gusta gritar; además puede formar frases de dos palabras. A los 3 años puede hablar quedo o fuerte y de los 3 a los 4 años, habla con frases largas y pronuncia correctamente casi todas las palabras que conoce.

LA COORDINACIÓN VISOMOTORA (LA COORDINACIÓN ENTRE LO QUE EL NIÑO VE Y SUS MOVIMIENTOS)

La coordinación voluntaria de un movimiento del cuerpo con un estímulo visual se conoce como viso-motora; amplía las posibilidades de acción y de evolución intelectual de los niños.

Es la capacidad de mover brazos, manos, piernas, dedos o cualquier otra parte del cuerpo con una intención específica y tomando en cuenta lo que se observa en el mundo.

El trabajo conjunto y coordinado entre el movimiento del cuerpo y la actividad visual es básica para que el niño observe lo que hay a su alrededor y pueda actuar sobre el medio desplazándose o manipulando todo lo que esté a su alcance.

A los pocos días de nacido, el bebé puede fijar su vista por momentos en alguna persona que esté cerca de él. Su visión es borrosa y no tiene control en sus ojos.

A los 4 meses enfoca mejor la imagen gracias a la maduración del sistema nervioso; ve más claramente el rostro de sus padres; a veces intenta tocarlos con sus manos, dando muestras de que existe coordinación entre la vista

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