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DEPRESION POSTPARTO EN TIEMPOS DE PANDEMIA

Maria Guadalupe Reinoso MirandaInforme11 de Julio de 2022

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Depresión Postparto en tiempos de pandemia por Covid-19, en el Hospital Obstétrico “Ángela Loayza de Ollague” de la ciudad de Santa Rosa en los meses de marzo-abril de 2021.

Postpartum Depression in times of a Covid 19 pandemic, at the “Ángela Loayza de Ollague” Obstetric Hospital in the city of Santa Rosa in the months of March-April 2021.

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Universidad Técnica de Machala. Facultad de Ciencias Químicas y de la Salud. Asignatura de Enfermería en Salud Mental. Machala, El Oro, Ecuador.

Correspondencia: Psic. Clin Vaca Gallegos Ana Marina, Mg. Terapia Familiar. Asignatura de Enfermería en Salud Mental. Facultad de Ciencias Químicas y de la Salud. Universidad Técnica de Machala. Teléfonos: 0995493625. Correo Institucional: avaca@utmachala.edu.ec

RESUMEN.

Objetivo: Identificar los factores biopsicosociales de riesgo que afectan a las mujeres puérperas con depresión postparto en tiempos de pandemia, mediante el análisis de los datos, en el Hospital Obstétrico “Ángela Loayza de Ollague”. Materiales y métodos: Estudio analítico y descriptivo conformado por 60 mujeres puérperas en el Hospital Obstétrico “Ángela Loayza De Ollague” a través de la Escala de Depresión Postparto de Edimburgo. Resultados: En los análisis de los datos sociodemográficos encontramos que el 25% de madres eran de 16 a 22 años y un 28.33% de 31 a 40 años, un 28.33% eran solteras, 33.33% vivían en unión libre y el 16.67% divorciadas. En cuanto al grado de educación, 28.33% tenía estudios primarios y 53.33% estudios secundarios. Se reflejó un 63.33% de embarazos no planificados. Las puérperas presentaban 20% de Trastornos Hipertensivos, un 11.67% con Diabetes, un 25% con Obesidad. En cuanto a la salud familiar un 5% señaló tener historia clínica previa de depresión, el 16.66% no tenían una pareja estable y el 13.33% manifestó historial de violencia familiar. Los resultados hallados de la EDPE clasificaron el 41.67% con riesgo y el 35% restante presentan probabilidades de padecer depresión. Conclusiones: Se puede concluir que la ansiedad y la depresión posparto tienen un impacto no solo en las mujeres sino también en el bebé, en la pareja y en la sociedad. El covid-19 incrementa los costos de salud, afecta la relación familiar, aumenta la ansiedad, y preocupación por el futuro de sus hijos y familias, presentando cuadros de pánico severo y las crisis nerviosas agravadas por la baja economía.

PALABRAS CLAVE: Embarazo, Depresión postparto, Covid-19

SUMMARY

Objective: To identify the biopsychosocial risk factors that affect puerperal women with postpartum depression in times of pandemic, through data

analysis, at the “Angela Loayza de Ollague” Obstetric Hospital. Materials and methods: Analytical and descriptive study made up of 60 postpartum women at the “Angela Loayza De Ollague” Obstetric Hospital using the Edinburgh Postpartum Depression Scale. Results: In the analysis of the sociodemographic data, we found that 25% of mothers were from 16 to 22 years old and 28.33% from 31 to 40 years old, 28.33% were single, 33.33% lived in common law and 16.67% were divorced. Regarding the degree of education, 28.33% had primary studies and 53.33% had secondary studies. 63.33% of unplanned pregnancies were reflected. The puerperal women had 20% Hypertensive Disorders, 11.67% with Diabetes, 25% with Obesity. Regarding family health, 5% indicated having a previous clinical history of depression, 16.66% did not have a stable partner and 13.33% reported a history of family violence. The results found from the EDPE classified 41.67% at risk and the remaining 35% are likely to suffer from depression. Conclusions: It can be concluded that postpartum anxiety and depression have an impact not only on women but also on the baby, the couple and society. Covid-19 increases health costs, affects the family relationship, increases anxiety, and concern for the future of their children and families, presenting pictures of severe panic and nervous breakdowns aggravated by the low economy.

KEYWORDS: Pregnancy, Postpartum depression, Covid-19

INTRODUCCIÓN

La pandemia ocasionada por el virus del SARS- CoV-2 que inició a principios del año 2020 y que sigue vigente en la actualidad, ha afectado a un gran número de la población a nivel mundial, comprometiendo principalmente a los grupos vulnerables, dentro de los cuales se contempla a las mujeres gestantes; a pesar de que no se han descrito mayores índices de mortalidad (1). Según datos a nivel mundial, hasta el mes de agosto de 2020, Brasil es el país de la región que acumula el mayor número de defunciones por esta enfermedad con 137 fallecidas, seguido por México

(106) y Estados Unidos (37), mientras que, en Ecuador durante el mismo periodo los casos confirmados fueron 849 contagios y 20 defunciones (2).

Por lo tanto, es esencial comprender que para asegurar la salud no solo es fundamental el bienestar físico, también lo es el estado psicológico. Para este último, la pandemia ha significado un inmenso factor de riesgo, lo que conlleva a un incremento considerable de los niveles de estrés y preocupación partiendo desde el núcleo familiar hasta la población en general; debido a esto, es de suma importancia controlar este factor en la población gestante, de modo que, se puedan atenuar trastornos psicológicos desencadenantes de estrés en el pre y postparto.

La depresión postparto (DPP) es una enfermedad depresiva no psicótica que tiene una gran incidencia en las gestantes a nivel de Latinoamérica, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), durante el año 2018 “la depresión postparto tuvo una incidencia del 56% en puérperas provenientes de Latinoamérica y un 15% en todo el mundo” (3). Se asocia fuertemente al suicidio y filicidio, en cuanto al primero, es una de las causas más destacable de muerte materna durante el período perinatal.

El cuadro clínico se manifiesta en las primeras cuatro semanas luego de ocurrido el parto y puede prevalecer durante seis u ocho semanas, en caso de no ser abordada de manera oportuna, puede incluso superar este periodo y predominar por años (4). La DPP se presenta de manera similar a otros episodios depresivos que se evidencian en cualquier otra etapa de la vida. Entre las manifestaciones más comunes encontramos: estado de ánimo deprimido, desesperanza, llanto frecuente, ansiedad, fatiga, agitación psicomotora, alteración del apetito y del sueño, sentimientos de culpa, pérdida de la libido, sentimiento de incapacidad para enfrentar el rol de madre, pensamientos recurrentes de muerte y falta de motivación para cuidar al bebe (5).

El embarazo es una de las etapas más importantes en la vida de la mujer, sin embargo, aquello no la exime de posibles complicaciones; en el pasado se sostenía la idea errónea que la etapa gestacional transcurría sobre un completo estado de bienestar. Por lo descrito anteriormente, se hizo mayor énfasis en el estudio de trastornos psíquicos en el periodo postparto (6). No fue hasta la década de los años 80 que la psiquiatra Gisela B. Oppenheim, realizó estudios que dieron cuenta de las patologías mentales durante la etapa gestacional y las consecuencias de estos trastornos tanto en la madre, como en el neonato (7) (8).

Durante la última etapa del embarazo, se pueden presentar una serie de cambios que afectan el desarrollo emocional de la paciente, dichos cambios se clasifican en: fisiológicos, psicológicos y sociales, que representan un riesgo tanto en la embarazada como en el bebé (9).

En cuanto a los cambios fisiológicos, “existe un crecimiento de la magnitud de la sustancia gris en el córtex prefrontal superior, medio e inferior, así como en el lóbulo parietal, el hipotálamo y la amígdala” (10).

Dentro de los cambios sociales que pueden conllevar a la depresión posparto podemos incluir el estado socioeconómico, la edad, la estabilidad emocional y el apoyo que presenta la paciente durante y después del embarazo (10).

A nivel psicológico, la concepción de un nuevo ciclo de vida y las responsabilidades que implica la maternidad pueden inducir cambios en el estado mental de la gestante, como consecuencia a estos se ejerce un efecto negativo sobre la conducta de la misma y desencadenar episodios depresivos, alterando la convivencia de la madre con el recién nacido y el entorno familiar (11).

La etapa de la maternidad requiere de mucha responsabilidad, atención y tiempo; el cuidado de un recién nacido puede resultar una tarea agotadora por diversas situaciones como las noches en vela, el llanto continuo y la preocupación por su desarrollo-bienestar; estos factores pueden provocar que la madre se sienta abrumada, además el aislamiento que trajo consigo la pandemia es un coadyuvante para que la mujer puérpera se sobreexponga a estrés, debido a que, el aislamiento social y la situación socioeconómica que una madre pueda estar atravesando en torno a su hogar, sumado a las posibilidades de un contagio por Covid-19, pueden potenciar a la decaída de su salud mental, dado que, las limitaciones económicas no permiten abastecer las necesidades básicas del niño, ni tampoco permiten generar los ingresos suficientes para superar dicha enfermedad (3)(12).

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