DESORDENES QUE AFECTAN LA NIÑEZ
YAIXL525 de Noviembre de 2013
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INTRODUCCIÓN
En este trabajo se desarrollan varios temas importantes a nivel de salud pública y social, el primero de ellos son los Desórdenes Alimenticios, en el cual daremos a conocer cuáles son los elementos que los producen, los factores que pueden influir en el grado de severidad de estos, los exámenes requeridos para llegar a un diagnóstico y los procedimientos para poder así dar el tratamiento e intervención asertiva y adecuada.
Los Desórdenes Alimenticios se han incrementado de manera exponencial durante las últimas décadas, como producto de presiones sociales y culturales, y estándares de belleza y aceptación; en el cual están involucrados problemas de autoestima, y escalas de valores, cuyos consecuencias pueden ser muy severas, provocando daños irreversibles hasta llegar a la muerte, si esta situación no es detectada y tratada a tiempo.
El Segundo afecta la vida diaria, el rendimiento intelectual, la calidad de vida, la salud mental, y estos se presentan desde temprana edad en los niños y adolescentes.
El Tercer punto está relacionado con la Inteligencia Superior, la cual no es una anormalidad o patología; no obstante, es una condición especial que amerita atención profesional y guía especializada.
TRASTORNOS DEL SUEÑO
Hasta hace poco se consideraba que los trastornos del sueño y la vigilia constituían un problema sobre todo para los sectores de más edad de nuestra población. Fue a partir de los años 80 cuando una serie de investigaciones (Coleman y col., Sauri y Olmstead, 1980) sugirieron la alta prevalencia de estos trastornos en la población americana. Sin embargo, el dato más revelador fue que estos pacientes manifestaron que el origen de su problema se remontaba a cuando tenían 10 o menos años.
Inmediatamente surgió la idea de que si sería posible prevenir el desarrollo de muchas de las alteraciones más crónicas del sueño en adultos mediante una mejor evaluación y tratamiento dirigido a este objetivo en los más jóvenes.
Hoy en día, no tan sólo se reconoce la importancia de la intervención temprana en estos trastornos, sino que se considera esencial su tratamiento a fin de reducir la considerable disfunción social y escolar que puede ocasionar en los niños y adolescentes que lo padecen.
Diferencia entre el sueño del niño y el adulto
La duración habitual del sueño experimenta variaciones en el transcurso de la vida. Podemos distinguir diferencias asociadas a la edad que afectan a todos los sujetos por igual y variaciones debidas a factores individuales (nutrición, ejercicio físico, etc..).
En la evolución asociada a la edad aparecen diferencias cuantitativas y cualitativas. Un niño recién nacido duerme entre 16 y 20 horas; tiene de 5 a 6 periodos de vigilia-sueño y fracciones de sueño de 3 horas de duración. A los 3 meses el número de horas dedicadas a dormir se reduce a 14-15 horas aproximadamente. El bebé cada vez duerme más por las noches aumentando de esta forma la vigilia durante el día. A los 6 meses duerme unas 14 horas, la mayor parte por la noche, aunque todavía sigue haciendo dos periodos de sueño al día. A medida que el niño crece el número de horas que necesita dormir se va reduciendo y, la mayoría, no precisa dormir durante el día y si lo hacen es con siestas de poca duración.
Otra diferencia destacable con el sueño del adulto es que las fases son diferentes. En los bebés el sueño paradójico (fase del sueño en el que se está más relajado y los ojos se mueven rápidamente por lo que se denomina también sueño REM “Rapid Eye Movement”) ocupa un 50% del total del sueño. En la edad adulta este porcentaje se reduce al 20%.
Esta fase, según la mayoría de expertos, tiene una función de maduración, siendo la razón por la que los bebés pasan en ella más tiempo. La explicación, pues, es meramente biológica.
Por último, el tiempo que transcurre desde que nos dormimos hasta que entramos en sueño REM presenta algunas diferencias según la edad. En los niños menores de dos años se observa un sueño precoz, es decir, la fase REM o sueño paradójico aparece a los 30-45 minutos, por el contrario en edades superiores aparece a los 100-120 minutos aproximadamente.
Factores externos en la calidad del sueño
Hay que considerar una serie de diferencias individuales que pueden influir en el sueño tales como la nutrición, la fatiga física y mental, etc.
Algunas investigaciones relacionan el aumento del apetito con un incremento de la cantidad total de tiempo que dormimos. Otros autores relacionan el triptófano (aminoácido presente en las proteínas de origen animal: productos lácteos) con un efecto indoctor o facilitador del sueño.
En el lado contrario el consumo excesivo de bebidas excitantes (coca-cola, café, té e incluso el chocolate negro) así como el alcohol dificultan la conciliación o mantenimiento del sueño.
La fatiga física suele requerir mayor necesidad de sueño de ondas lentas (sueño profundo) y la fatiga mental una mayor proporción de sueño paradójico. Por tanto, el cansancio influye en el sueño.
Otros factores a mencionar son las condiciones físicas de la cama, habitación, ruido, luz, temperatura, estación del año, etc. y que deberán ser también valoradas a efectos de si son susceptibles de cambio o mejora cuando constituyen parte del problema.
Clasificación Trastornos Sueño DSM-IV
A- Trastornos primarios del sueño: Aquellos que no se deben a enfermedad médica, a otra enfermedad mental o a la ingesta de sustancias. Estos trastornos son consecuencia de alteraciones endógenas en los mecanismos del ciclo vigilia-sueño, que con frecuencia se ven agravadas por factores de condicionamiento. Dentro de este apartado se incluyen:
Disomnias: Parasomnias:
Caracterizadas por trastornos de la cantidad, calidad y horario del sueño Caracterizadas por acontecimientos o conductas anormales asociadas al sueño, a sus fases específicas o a los momentos de transición sueño-vigilia.
a) Insomnio
a) Pesadillas
Insomnio psicofisiológico
Insomnio ideopático
Insomnio debido a hábitos incorrectos
b) Hipersomnia
b) Terrores Nocturnos
c) Narcolepsia
c) Sonambulismo
d) Trastornos del sueño relacionados con la respiración
d) Otros Trastornos:
e) Trastornos del ciclo circadiano
Bruxismo
Somniloquia
Jactatio capitis nocturno
B- Trastornos del sueño debido a enfermedad médica: Alteraciones del sueño como consecuencia de los efectos fisiológicos directos de una enfermedad médica sobre el sistema sueño-vigilia.
B- Trastornos del sueño relacionados con otro trastorno mental:
DISOMNIAS
Las disomnias pueden definirse como trastornos primarios del inicio o mantenimiento del sueño o de excesiva somnolencia. Se caracterizan por alterar significativamente la cantidad, calidad u horario del sueño. A continuación se exponen algunas de las más habituales.
a) Insomnio:
Según algunos autores, a partir de los 6 meses, se considera que un niño sufre insomnio si al menos dos veces por semana necesita más de 45 minutos para quedarse dormido, o si se despierta totalmente al menos una vez por semana, durante la noche, sin poder dormirse de nuevo.
Si el despertar o despertares tienen lugar cuando se ha dormido al menos durante 6,5 horas seguidas no se suelen considerar patológicos.
b) Hipersomnia
Se trata de un trastorno del sueño que consiste en una excesiva cantidad de sueño con incremento de la somnolencia diurna. El sueño puede prolongarse más de ocho horas llegando hasta 12 con dificultad para levantarse. Pese a ello, puede haber necesidad de volver con frecuencia durante el día a la cama.
c) Narcolepsia
La Narcolepsia es un trastorno que se caracteriza por la presencia de cuatro síntomas que representan la denominada “tétrada narcoléptica” (APA, 2000):
1-Somnolencia diurna
Se acompaña de ataques repentinos de sueño. Estos episodios pueden durar en torno a 15 o 20 minutos, aunque pueden llegar hasta una hora.
2-Cataplexia
Se trata de una pérdida de tono muscular, ocurre en el 70% de los individuos con narcolepsia y puede manifestarse con síntomas como pesadez de los parpados o de los brazos
3-Alucinaciones
Entre el 20 y 40% de los individuos con narcolepsia sufren también alucinaciones en forma de imágenes intensas de ensoñación antes de dormirse o también justo al despertarse, pudiendo ser también auditivas o cinestésicas.
-Parálisis del sueño
Lo pueden padecer entre el 30 y el 50% de los individuos con el trastorno.
La parálisis del sueño consiste en un periodo de inhabilidad para realizar movimientos voluntarios al inicio del sueño o al despertarse ya sea durante la noche o la mañana.
-La Narcolepsia, es muy poco frecuente durante la infancia y suele establecerse durante la adolescencia y la juventud.
d) Trastornos relacionados con la respiración
El Síndrome de apnea del sueño infantil se caracteriza por la presencia de episodios de obstrucción parcial o total de la vía aérea superior que aparecen durante el sueño. Ello produce despertares frecuentes, rompiendo el ciclo del sueño
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