DROGAS Y ADOLESCENCIA.

El texto “Drogas, alcohol y adolescencia” de la Lic. Claudia Marcela Montes de Oca nos habla de la adolescencia como un momento vulnerable en la vida de un sujeto, esto se debe al proceso de duelo que se lleva a cabo en esta etapa y también por ser un momento de transición. A esto debe sumarse la actual crisis cultural y el enfrentamiento con un mundo cada vez más complejo.

La Lic. Montes de Oca menciona que en diferentes pueblos y culturas existen ceremonias y rituales de iniciación como forma simbólica de marcar el pasaje de la niñez al mundo adulto. Como en nuestra cultura no existen dichos rituales, es posible que se emplee el uso de drogas y alcohol como un símbolo de fin de la niñez. Esto se ve a menudo en las discotecas, sobre todo con el alcohol que es una droga socialmente aceptada, situación en la que el acto de beber permite al sujeto sentirse “grande”.

A su vez, la autora menciona que los padres también sufren sus propias crisis, deben atravesar diferentes duelos- desprenderse del hijo niño, dejar de verse como un ídolo para ellos, soportar criticas y admitir en envejecimiento-  y al mismo tiempo deben realizar un equilibrio entre la sobreprotección y el no estar ausentes.  Si no se logra un equilibrio o una estabilidad en estas situaciones, el joven no lograra soportar estos estados buscara refugio en el alcohol, drogas y en los grupo de pares.

Es por eso que la familia juega un papel importantísimo, como red de apoyo. En el caso de Francisco, el no contaba con el sostén de la madre, quien tenía un trabajo y obligaciones de tiempo completo. Su madre desconocía las actividades de Francisco, los lugares que frecuentaba, las personas con las que se relacionaba, en ese sentido fue una madre ausente. Francisco se refugió en la relación que estableció con Nora, fue ella quien lo arrastra al mundo de las drogas.

La autora menciona la importancia de “escuchar” de tratar de comprender lo que el joven nos quiere decir. La madre de Francisco nunca capto las manifestaciones que este presentaba, aquellas que aparecen con el consumo de drogas: fatiga, ojos enrojecidos, tos, cambios de humor, entre otros.

Aunque no existan recetas para prevenir que los adolescentes caigan en la adicción es de mucha ayuda establecer buenas relaciones familiares, que exista confianza, espacios de comunicación, facilitar su inclusión en actividades que permitan construir vínculos, promover la elaboración de proyectos de vida, todo esto ayuda a que las dificultades propias de la edad se atraviesen de la mejor manera posible, sin consecuencias negativas. ¡Que diferente seria la vida de Francisco si su madre le dedicaba más tiempo!

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