De Niña A Princesa

1. Introducción

Partiendo de un diálogo con mi hija Bianca y mi sobrina Macarena, abordaré los temas concernientes a los modos de subjetivación en niños y niñas. Realizaré un recorrido histórico sobre algunas películas de Disney, haciendo especial hincapié en ciertos personajes para así poder visibilizar los mitos de la modernidad en sus modos de vida, en los lugares que ocupan princesas y príncipes en el mundo de lo público y lo privado y qué imagen se sostiene actualmente. Asimismo, analizaré los juegos y los juguetes, con el fin de mostrar la vigencia de la selección de la lógica binaria para niños, para niñas

1.2 Dialogo de un domingo cualquiera

Macarena: Lau, ¿Cuál es tu princesa favorita?

Bianca: Mi mamá es Pocahontas! Es igualita a ella, lo único que mi mamá ya no tiene el pelo negro, se lo pinta. (Risas)

Lau: Si Maca, me encanta Pocahontas porque me parece re valiente, lucha por su tribu y nunca abandonó sus ideales por haberse enamorado.

Bianca: Claro a mí me gusta mucho Mulan, cómo a mi tía Pame, y Pocahontas, o Mérida porque no se quiere casar ni que la obliguen, sale a pelear.

Maca: Siiii, ¿Viste que ella sale a defender su propia mano?

Bianca: Porque no es cómo Cenicienta y Blancanieves, a ellas lo único que les importa es estar bien arregladas para el príncipe.

Maca: Sí viste! Siempre esperando en el castillo para que las salven.

Bianca: Yo si estoy en el castillo y el príncipe no viene, ma´que esperar, yo agarro mi espada mato al dragón y me voy.

2. Había una vez

Los dibujos animados de Disney han acompañado durante décadas la vida de niños y niñas. Sus personajes, han ofrecido y ofrecen, no solo recreación animada, sino también, en el caso de las niñas, modelos de femineidad y modos de subjetivación que encuadren los modos de proyectarse, de pensarse grandes, hoy niñas, mañana tal vez princesas.

Estos encuadres, se convirtieron en productos que formaron redes que acapararon cuanto mercado les fue posible, mediante la venta de libros, muñecas, disfraces, tacitas para tomar el té, entre otros.

Sus protagonistas podrían dividirse en categorías de príncipes y princesas, el resto de los personajes sirven para completar las historias de amor de sus protagonistas.

Un breve recorrido lleva a caracterizar casi en su totalidad a los príncipes como hombres siempre valientes y aguerridos, príncipes que por amor pelean contra dragones, brujas y cuánto mal se atraviese en su camino para llegar y rescatar a su princesa amada, que sin haberla visto nunca, o sólo con saber que su vida peligra, él puede afirmar que es el amor de su vida.

Asimismo, ellas, las princesas, también tendrán su parte, su lugar en la historia, esperando, en la dulce espera, espera que la rescate de lo tenebroso, de la tristes vidas que llevan, para así poder caer rendidas de amor ante los brazos que la salvaron, ante el beso que la despertó de la muerte misma, ante el zapato que la sacará de la pobreza para así convertirse en la princesa de su reino.

2.1 Leer entre líneas

Una lectura lineal que excluya los aportes realizados por los estudios de género, podría sesgar descripciones referidas a los lugares que ocupan y los modos en que se mueven los personajes en cada historia.

Por un lado, las princesas de Disney, pese a su variedad de personajes y películas, parecen tener marcos similares. Cómo afirmé anteriormente, esta caracterización puede ser llevada a cabo desde una simple descripción de los visible, de lo observable, en donde se las defina cómo mujeres, muy refinadas en gustos, pertenecientes, en líneas generales, a la alta sociedad, hijas de la aristocracia, que por desgracia de alguna mujer malvada y macabra cayeron en desdicha; no obstante, ellas parecen llevar su infortunio de la manera más feliz posible, nada de esos tormentos parece opacar su belleza, su plenitud, ni su alegría, características que se desean mostrar cómo naturalmente femeninas (Fernández, 2012: 259). Todas ellas esperan la llegada del príncipe azul que las rescate, las salve del tedio de la muerte, las arranque de esa vida de servidumbre en la que viven. Todo este cuento parece reflejar una hermosa historia de amor, de amor puro y verdadero.

Sin embargo, leer entre líneas, nos permite afirmar que detrás de cada una de las princesas, a saber Blancanieves, Cenicienta y La Bella durmiente, se observa el cuerpo de adolescentes, no de mujeres, todas ellas cercanas a los 16 años. Adolescentes qué sostienen su vida dentro del marco del amor romántico, de ese ideal de amor que todo lo puede y todo lo da.

En concordancia con este mito, se observa que sus cuerpos se representan cómo frágiles, blancos e impolutos; cuerpos que en un futuro servirán para dar descendencia a la familia real. La fragilización de la imagen de la protagonista es necesaria para sostener el ideal amoroso, cómo proceso de subjetivación de las mujeres (Fernández, 2012:258). Allí se visibiliza la necesidad de las mismas, de un príncipe que las rescate, que las salve, puesto que ellas parecen estar imposibilitadas de reacción y defensa. Esta descripción, encarna el modelo de la modernidad, en donde la mujer es potencialmente una futura madre, una futura esposa, que amará a su marido y vivirá para él y su felicidad que será la propia. Asimismo se puede observar cómo se intenta instalar de diferentes maneras la idea del universal edípico-femenino, por la cual la mujer siempre deseará el reconocimiento del otro, más que el reconocimiento de su deseo (Fernández, 2012:259).

No obstante, las actuales protagonistas de las películas de Disney, parecen estar atravesadas por los cambios que acarrea las post modernidad, son rebeldes, luchan por sus ideales, un ejemplo es Ariel (La Sirenita) quien hace caso omiso a los reclamos de su padre para salir en búsqueda de su felicidad, otras demuestran no ser frágiles, cómo Mérida (Valiente), puesto que posee destrezas, con el uso del arco y la flecha. Y si de ruptura de amor romántico se trata, el personaje de Pocahontas parece ser la protagonista innovadora, (en la película, no en el libro) pese a enamorarse de un hombre, soldado y enemigo, ella decide quedarse con su tribu y luchar a la par de los hombres y mujeres de la tribu. Por ultimo citaré a Rapunzel, otro personaje que sale a luchar por las inquietudes que la acompañan desde niña. Estos

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