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Depresión en mujeres


Enviado por   •  12 de Junio de 2023  •  Ensayos  •  1.387 Palabras (6 Páginas)  •  25 Visitas

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La depresión en las mujeres

MARCO TEÓRICO

El término “depresión” surgió a mediados del siglo XIX, para referirse a una alteración primaria de las emociones cuyos rasgos más sobresalientes reflejaban menoscabo, inhibición y deterioro funcional. En 1980 se publica el DSM-III, donde por primera vez se incorpora el diagnóstico de “depresión mayor”. Sin embargo, en la serie DSM, la depresión es entendida como una entidad homogénea donde, dada su orientación eminentemente “sintomática”, muchos aspectos psicopatológicos dejan de ser considerados (Botto, Acuña y Jiménez, 2014).

La depresión es síntoma cuando hay duelo y enfermedad cuando a los síntomas se le suman otros, es un fenómeno de primer orden en la práctica médica actual con verdadero valor epidémico.

La depresión es una enfermedad donde no solo se incluye la influencia de factores internos, como es la deficiencia funcional de neurotransmisores al nivel de los receptores adrenérgicos, la reducción funcional del nivel de serotonina, explicables según los modelos biológicos, sino que también influyen factores externos, que serán expuestos más adelante. La clasificación internacional de enfermedades en su décima edición (CIE- 10), plantea criterios primarios y secundarios de la depresión, criterios que son utilizados para diagnosticar este estado afectivo en el paciente (Díaz, et all, 2006).

No todas las mujeres con depresión tienen los mismos síntomas. Además, la gravedad, la frecuencia y la duración de los síntomas pueden variar de una persona a otra y de su enfermedad específica. La mayor incidencia de depresión en las mujeres no se debe solo a razones biológicas. Las circunstancias de vida y las presiones culturales también pueden

influir. Si bien estos factores estresantes también afectan a los hombres, lo hacen con menos frecuencia.

La depresión es el problema de salud mental más común, y por lo tanto más importante, en la población femenina. Los datos epidemiológicos coinciden en señalar una razón de 2:1 en la prevalencia de depresión entre mujeres y hombres. La prevalencia actual de depresión en México es de 4,1% en las primeras y 1,6% en los segundos. De manera similar a lo que ocurre en muchos países, en México, la atención a los trastornos mentales es muy limitada y, en este caso, las mujeres cuentan con pocas opciones de atención. Entre ellas, las de menores recursos económicos son quienes menos acceso tienen a los servicios de salud mental. Con base en estos antecedentes consideramos que una medida de educación para la salud podría beneficiar a las mujeres con esta problemática (Lara, Acevedo y Berenzon, 2004).

Si una mujer tiene antecedentes familiares de depresión, puede tener un mayor riesgo de padecer el trastorno. Sin embargo, esta no es una regla que siempre se aplica. Las mujeres sin antecedentes familiares de depresión pueden desarrollar depresión, mientras que algunas mujeres con antecedentes familiares de depresión pueden no hacerlo. Los estudios genéticos sugieren que el riesgo de depresión puede implicar una combinación de múltiples genes y factores ambientales o de otro tipo.

Desde la perspectiva de Orozco y Baldares (2012) comprenden que la depresión, en la era actual, puede considerarse el trastorno psíquico más frecuente y que provoca mayor discapacidad en la población general. Las repercusiones personales, familiares, laborales y socioeconómicas son evidentes, la calidad de vida del individuo y de su familia se ve afectada habitualmente de forma más intensa que en otras enfermedades crónicas.

En 2001, los trastornos depresivos fueron la segunda causa de años perdidos por mortalidad prematura o por situación de años de vida ajustados por discapacidad en la categoría de edad de 15 a 44 años. En América Latina se observó que la depresión mostró una prevalencia media de 8.7%, presentando casi el doble de riesgo de sufrirla en mujeres (11.1%) que en hombres (6.0%). Además, se identificó que en la población en general la depresión tiene una alta prevalencia de vida, pues al menos la mitad de las personas la han sufrido (Armendáriz, Castillo, López y Castillo, 2013).

Los trastornos depresivos alcanzan en la comunidad una prevalencia anual cerca al 5% de la población, con una prevalencia para toda la vida de un 15%. La edad media de comienzo de la depresión en los diversos estudios se sitúa próxima a los 30 años, siendo similar en los dos sexos. La prevalencia de depresión es significativamente más alta en poblaciones en contacto médico, como es el caso de los servicios de atención primaria (López, 2007).

Los factores hormonales relacionados con el ciclo reproductivo pueden jugar un papel en la vulnerabilidad de las mujeres a deprimirse. Los estrógenos y la progesterona han mostrado su efecto sobre los sistemas de neurotransmisión, neuroendocrino y circadiano, los cuales han sido implicados en los trastornos del humor. Por ejemplo, ellos han demostrado su influencia sobre la síntesis y liberación de serotonina y noradrenalina (Frank y Young, 2000).

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