EMOCIONES Y MOTIVACIÓN

Según Bacete y Betoret (2000), la motivación estaría dividida en tres componentes. Por un lado tendríamos el componente de expectativa que sería el referente al autoconcepto, de otro lado el componente de valor en el que figurarían las metas de aprendizaje y por último y el más interesante para mí en este momento y para el desarrollo de este ensayo, tenemos el componente afectivo en el que se encuentran inmersas las emociones. En lo que respecta a este último componente, se parte de que las emociones forman parte importante de la vida psicológica de los niños y además, poseen una gran influencia sobre la motivación de éstos en la escuela y en las estrategias cognitivas (adquisición, almacenamiento, recuperación de la información, etc.) y por lo tanto en el aprendizaje y en el rendimiento escolar (Pekrun, 1992). Aunque existen pocos estudios sobre esta realidad, ya que en el ámbito educativo éstos se reducen a la ansiedad y al estado anímico que es a lo único que se ha prestado atención dejando así de lado los efectos motivacionales, yo pienso que estos autores llevan toda la razón. Cuando no nos encontramos bien emocionalmente, ya sea por problemas de tipo social, internos de cada persona, o de cualquier otra fuente, siempre se verá afectado todo lo que hacemos porque está condicionado por el estado el que nos encontramos.

Siguiendo el mismo camino Pekrun (1992), ha generalizado los efectos que produce la ansiedad y el estado anímico sobre el aprendizaje y el rendimiento escolar hacia otras emociones, y para ello ha elaborado un modelo teórico en el que se estudia los efectos producidos por emociones positivas y negativas en la motivación intrínseca y extrínseca de tareas, entendiendo por intrínseca aquella que procede del propio sujeto y por extrínseca aquella que procede de fuera y que conduce a la realización de la tarea.

Pues bien, en lo que respecta a la motivación intrínseca, cabe decir que las emociones negativas pueden repercutir prácticamente de dos formas. En primer lugar, tenemos las emociones negativas como la ansiedad, la ira, la tristeza, etc., que pueden ser incompatibles con emociones positivas por lo que pueden reducir el disfrute en la tarea. En segundo lugar, puede aparecer una motivación extrínseca negativa contraria a la motivación extrínseca positiva que conlleva la no ejecución de la tarea (conducta de evitación) porque está ligada a experiencias negativas pasadas. Por lo tanto, además de hacer que no se produzca la motivación intrínseca positiva, las emociones negativas también generan motivación intrínseca negativa. Una de las emociones negativas que conlleva la no ejecución o evitación es el "aburrimiento" por lo que se dice que produce motivación (negativa) para así impedir la realización de la tarea y hacer que se comprometa, en su lugar, con otras tareas. También existen otras emociones, como la rabia, la ansiedad o la ira, etc., que pueden producir motivación intrínseca de evitación, no solo porque se relacionen con los resultados, sino porque también se pueden generalizar a los contenidos de la tarea (Pekrun, 1992).

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