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ENSAYO SOBRE LA TANATOLOGÍA


Enviado por   •  25 de Agosto de 2022  •  Apuntes  •  1.678 Palabras (7 Páginas)  •  111 Visitas

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Universidad Juárez

Del Estado de Durango

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Facultad de Enfermería y Obstetricia

División de posgrado

Curso Pos Técnico de Enfermería Quirúrgica

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ENSAYO SOBRE LA TANATOLOGÍA.

E.E. María de los Ángeles Alvarado Villa

Titular de la materia Tanatología.

        

Alumna: L.E. María Isabel Ruiz Zúñiga

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Victoria de Durango, Dgo. 25 de julio de 2014.[pic 8]

TANATOLOGÍA

Partiendo desde el punto de vista de la tanatología por parte del personal de salud, más específicamente por el personal de enfermería, el concepto como tal de que la tanatología es: “Ciencia de la muerte y sus manifestaciones”, se puede considerar  un parteaguas para poder tomar en cuenta el  como se afrontarán las pérdidas, esto es a través del tipo de muerte ante la cual se esté enfrentando, alguna clasificación al respecto incluye:

  • Muerte natural
  • Muerte natural repentina
  • Muerte natural anticipada
  • Muerte súbita masiva
  • Muerte esperada y anunciada
  • Muerte inesperada
  • Muerte por enfermedad terminal

Siendo la muerte por enfermedad terminal y la esperada y anunciada las mas comunes dentro del ámbito hospitalario, lo que tal vez para el personal de enfermería y médico sea complicado de sobrellevar, lo anterior tal vez muy poco considerada por parte de los familiares y allegados de los pacientes que se encuentran en los nosocomios.

De alguna manera se cree que al identificar el tipo de muerte y observar las primeras reacciones ante “la mala noticia”, es posible deducir la etapa del duelo por la que cursan los cuidadores, cualquiera que sea la relación con la persona moribunda. Dichas etapas comprenden:

  • Negación
  • Ira
  • Pacto o negociación
  • Depresión
  • Aceptación

Las cuales, debieran ser vividas en su totalidad para lograr una buena salud emocional y porque no hasta física, aunque teniendo en cuenta que no existe un comportamiento generalizado  de la vivencia de dichas etapas, sino más bien que se abordan acorde al proceso de cada individuo. Talvez el conocimiento que se tiene por parte del personal de salud, ayude para poder asistir en mayor medida a los involucrados.

En resumen este proceso es unipersonal en su forma de afrontarlo y solo si hay apertura por parte de quien lo cursa, el personal pueda inferir con acciones que los conduzcan a la mejor resolución de la dinámica que se presenta, dentro de ellas están: el mitigar el dolor; satisfacción y respeto a sus necesidades espirituales de acuerdo a sus creencias; voluntad y disponibilidad para entender con él su sufrimiento: que se convierta en su cómplice, para que sus deseos del proceso de su partida sean cumplidos.

Algunas ideas expresadas por parte de los pacientes en etapa terminal denotan la necesidad que los embarga por ejemplo, “miedo a que su vida haya carecido de significado, miedo a perder su autocontrol, miedo a morir sin dignidad” denotando un duelo propio al ver perdida su salud, su dinámica familiar, su rol familiar y/o laboral, solicitando la sensibilidad hacia sus deseos por parte de su familia y cuidadores donde se incluye al enfermero(a).

Respecto al manejo del duelo, se mencionan algunos procesos que pueden ser de gran apoyo para superar dichas pérdidas, por mencionar algunas recomendaciones que de manera general plasman alternativas para poder cerrar círculos y toma de  decisiones en los momentos más difíciles para cualquiera de nosotros. Por nombrar algunas de estas recomendaciones se enumeran:

  1. Enfrentar la ausencia impulsar un cambio, lograr la reorganización, y conseguir el restablecimiento.
  2. Enfrentar la pérdida, con enojo o culpa, con momentos de pánico o represión.
  3. Enfrentar fechas importantes, posible síndrome de  aniversario.
  4. Para lograr el cambio, considerar una nueva identidad, evocar nuevos sentimientos.
  5. Para reorganizarse, decidirse a reconstruir, afrontar la posible soledad.
  6. Al tratar de reacomodarse, recordar no como presente sino como ausente.
  7. Ayuda, reconocer la vulnerabilidad y las limitaciones temporales que implica vivir un duelo, y eximirse en lo posible de responsabilidades mayores.
  8. Buscar experiencias compañías y momentos gratificantes que le produzcan paz, y respeten su proceso.
  9. Disponer de un tiempo para llorar, pensar y recordar.
  10. Darle un sentido a lo que ocurrió, esto puede lograrse abriendo un  espacio espiritual en su vida, que le permita recogerse, reflexionar y trascender a partir de la pena.
  11. De igual manera lo que no ayuda es tomar decisiones trascendentales de alta responsabilidad en esos momentos, ni deshacerse de todo aquello que implique evocar recuerdos.
  12. Imponerse actitudes de falsa fortaleza es algo que no ayuda, ignorando los mensajes no verbales del cuerpo, y la parte emocional, que reclama tolerancia.
  13. Igualmente es peligroso aislarse emocionalmente, rechazar la ayuda y cercanía de familiares y amigos.
  14. Es mejor ir descubriendo con flexibilidad un camino personal para asumir la pérdida.
  15. Sentirse desleal con quien sufre, por sonreír, por pasar momentos alegres, o distraerse a ratos, no es algo malo, solo hay que saber modularlos.

Desde mi punto de vista la tanatología es una ciencia incluyente que nos ayuda a poder vivir los desapegos de una manera sana, no necesariamente la muerte en un sentido estricto, sino cualquier pérdida como, la salud, la estabilidad económica o laboral, la pareja, algo material, una mascota, algo significativo para la persona que atraviesa el duelo. Lo cual puede afrontarse de manera consiente o inconsciente.

El papel del enfermero(a) ante el  hecho de resolver las necesidades holísticas de las personas enfermas o de los familiares/ cuidadores, ante una situación de muerte, puede ser abordado, manejado y sobrellevado de distinta manera por parte de cada uno de los actores del centro de trabajo, familia, etc., lo que realmente es significativo es la forma como al trascurrir el tiempo permitimos o no que nos afecte, lo cual desemboca en actitudes de rechazo, aislamiento, desgano, decaimiento físico, y hasta descuido personal. Obstaculizando el desenvolvimiento con los demás, manejando barreras de comunicación de interrelación, etc. Volviéndonos personal non grato para los propios pacientes y además para con el círculo de personas que nos rodean.

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