ESTRUCTURAS DE LA PSICOPATOLOGÍA PSICOANALÍTICA

ESTRUCTURAS DE LA PSICOPATOLOGÍA PSICOANALÍTICA

La psicopatología psicoanalítica es el estudio de las enfermedades  que afectan la psique de los sujetos, también se pude denominar como el  estudio de las estructuras de subjetivación o constitución subjetiva de un ser  humano.  

Las estructuras clínicas en el psicoanálisis lacaniano.

El psicoanálisis tiene una clínica basada en tres grandes cuadros, que conforman a su vez las denominadas Estructuras Clínicas.

Ellas le permiten al psicoanalista saber y entender cuál es la posición subjetiva de un sujeto  en el mundo −su estructura psíquica− determina también la forma como se va a intervenir con el sujeto, su tratamiento.

Teoría de las Estructuras Clínicas.  

Las tres Estructuras Clínicas, a su vez, se dividen en «modalidades» de la estructura:

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La estructura neurótica. La neurosis es la única estructura en la cual hay un éxito en encontrar un punto medio en la relación con la madre. Hay una diferenciación en la presencia física y también hay una separación en cuanto al afecto de la madre.

Comprende a la neurosis histérica (privilegia el cuerpo del sujeto como lugar de inscripción de los síntomas), y la  neurosis obsesiva (cuyos síntomas privilegian el pensamiento). Lo que fundamentalmente caracteriza al sujeto neurótico es que se trata de un sujeto de la duda.

La estructura psicótica. El vínculo entre el niño y la madre se sitúa en alguno de dos extremos: o la madre no se desprende del  niño ni  un solo momento, o , por el contrario,  se encuentra desapegada a él. El niño, no puede asumir una identidad propia y  vive como una prolongación de su madre, siempre atado a ella.

Las alucinaciones, delirios de persecución y otros síntomas descritos, surgen cuando se tienen un quiebre psicótico y se pierde la estabilidad dentro de la estructura.

Abarca a la psicosis paranoica  y la esquizofrenia − delirio de fragmentación del cuerpo−. En la psicosis se habla de «fenómenos elementales», los cuales van desde el delirio, hasta las alucinaciones (de voces o visuales) y construcción de nuevas palabras (neologismos). Lo que fundamentalmente caracteriza al psicótico es que se trata de un sujeto de la certeza.

Para diagnosticas una estructura psicótica, el psicoanálisis lacaniano busca «fenómenos elementales» (para esta estructura no se habla de síntomas), sino de fenómenos elementales. Estos fenómenos se pueden presentar antes del desencadenamiento de una psicosis, de un delirio, y es lo que se denomina prepsicosis.

Los fenómenos elementales se pueden clasificar en tres grandes grupos; ellos son: primero, los fenómenos de automatismo mental, los cuales aluden fundamentalmente a “la irrupción de voces, del discurso de otros, en la más íntima esfera psíquica” (Miller, 1997, p. 24).

Segundo, fenómenos que involucran el cuerpo: “fenómenos de descomposición, de despedazamiento, de separación, de extrañeza, con relación al propio cuerpo” (Miller).

Tercero, “fenómenos que conciernen al sentido y a la verdad” (Miller). El sujeto testimonia tener experiencias inefables o experiencias de  certeza absoluta, ya sea con respecto a su identidad o “expresiones de sentido o significación personal.

El diagnóstico de la estructura no se hace en base a los síntomas del sujeto, sino en base a la posición que él tiene frente a ellos. La estructura da cabida o no a determinados síntomas.  

Las estructuras no se recubren entre ellas, no se puede cambiar a otra estructura. . Las estructuras de subjetivación, no cambian con el tiempo; son fijas y para toda la vida.         

La estructura perversa.  La madre sí logra un punto medio en alternar los momentos para estar con el niño y para dejarlo solo, sin embargo,  lo extremista se encuentra en los sentimientos que tiene respecto al niño (lo más importante o lo más despreciado).

Tiene como paradigma al sujeto fetichista. Lo que fundamentalmente caracteriza al sujeto con una estructura  perversa es que él tiene una certeza sobre su goce   sabe cómo, dónde y con quien alcanzar la satisfacción sexual). La estructura perversa abarca también a las denominadas desviaciones de la conducta sexual.

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