ESTUDIO SOBRE LA AGRESIVIDAD INFANTIL
misshaa12321 de Octubre de 2012
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ESTUDIO SOBRE LA AGRESIVIDAD INFANTIL
• Etapas de la agresividad
• Agresividad infantil
27 de febrero de 1999
por Victoria del Barrio
Doctora en Psicología y profesora titular de Psicología en la UNED
Victoria del Barrio es Doctora en Psicología y profesora titular de esta disciplina en la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED). La profesora Del Barrio ha trabajado en problemas de psicopatía infantil y evaluación desde hace muchos años, y ha estudiado los problemas especialmente de la depresión infantil. En su carrera profesional cuenta con muchas publicaciones, y asistencia a congresos nacionales e internacionales. Ha presidido la Sección de Psicología Clínica y Comunitaria de la Asociación Internacional de Psicología Aplicada (IAAP), y tiene sobre el tema específico de la depresión infantil dos libros relativamente recientes. También ha trabajado en temas como psicología y salud, ocupándose recientemente del problema del infarto de miocardio y su relación con la psicología. Tiene una amplia experiencia en el tema de la agresión infantil.
Causas de la agresividad
Características de un niño agresivo
Aspectos sociales de la violencia en los niños
Escudos para la prevención de la agresividad infantil
La conferencia se centrará en qué es la agresión, por qué se produce y qué se puede hacer para inhibirla. Lo primero que hay que destacar es que la agresión es una emoción, y como todas las emociones, tiene un papel en la vida de los individuos que tiene que ver con la motivación. Es decir, la agresión es una emoción negativa pero sin embargo tiene una función positiva. Esto, aunque parezca increíble, es así: casi todas las cosas que constituyen el repertorio de conductas que caracterizan a un sujeto tienen una función positiva. El problema es el desequilibrio en el ejercicio de esa función.
Para entender esto mejor, hay que ver qué funciones positivas tiene la agresión:
• Consecución de cosas difíciles
• Rechazar el ataque
Ambas funciones están ligadas con la supervivencia. No podríamos sobrevivir (y más en un ambiente natural, nosotros ahora vivimos en un ambiente muy artificial, y naturalmente las características de la agresividad han cambiado también) si no tuviésemos una dosis de agresión, porque no podríamos iniciar una tarea de acción, de consecución, de logro y de éxito de una meta difícil. Y además seríamos víctimas de todos aquellos individuos para quienes fuesemos una dificultad para la consecución de sus metas, porque no tendríamos capacidad de defensa. Basta observar, cuando se está en un parque, a los niños que son más agresivos y a los que son más encogidos, timidos, pacíficos, menos agresivos, más supeditados de alguna manera a la voluntad de los otros; se advierte rápidamente que los más agresivos se llevan los juguetes, se imponen a los otros y los lideran. Y todos sabemos que en el mundo social adulto, los individuos con una cierta dosis de agresividad obtienen unos logros y unos éxitos superiores a los sujetos digamos más "mansos". Esto es la función positiva de la agresión.
Hay muchos estudios que analizan cuándo agreden los niños: lo hacen para conseguir juguetes o usarlos. El 75% de las agresiones infantiles en las primeras etapas de la vida se da en esa relación, porque el juego es una necesidad vital para un niño, y sin embargo la comida y las relaciones se las dan pasivamente, no tienen que luchar por ellas. Si no fuese así, aparecería la agresión en ellas. Pero solo tienen que luchar por jugar, y ahí aparece la agresión en el mundo del niño.
En cambio, la agresión en el mundo adulto se produce (no hay más que abrir un periódico y leer) en la vida sexual y en la laboral. Es decir, en relación con el dinero y con los celos, que tienen mucho que ver con la supervivencia, porque el dinero es el método para funcionar exitosamente en el mundo artificial en el que se mueve un adulto. Y los celos tienen que ver con la consecución de un logro que a última hora tiene que ver con la supervivencia, no solo personal sino de la especie. Hasta aquí hemos considerado las funciones positivas de la agresión.
Pero es evidente que hay una tremenda carga negativa en la agresión, que todo el mundo ha tenido directa o indirectamente experiencia de ella. Directamente, porque cada uno puede haber tenido sus episodios de victimización, e indirectamente porque no hay más que dar al interruptor de la televisión para que nos ofrezcan toda la posibilidad de asistir a actos agresivos; que, por otra parte, parece ser tan interesantes que la gente ve con enorme placer ese tipo de programas, y por eso se hacen tantos. Agredir es atacar física, moral o verbalmente a otro.
Esto quiere decir que hay una cara negativa de la agresión. Hay tres grados de agresión:
• La ira
• La hostilidad
• La agresión propiamente dicha
Teóricamente además es una especie de conglomerado emocional que tiene un continuo: se va de la ira a la agresión en un proceso que se pasa por la hostilidad. En la ira es característico un estado emocional del sujeto, en la hostilidad es característico que se busca ya a un responsable de esa emoción negativa y se tiende a tener actitudes hostiles como su propio nombre indica, es decir, combativas hacia esa meta, ese sujeto o esa institución o cualquiera que se haya considerado como responsable de la situación emocional negativa.
Y por último está la agresividad, que tiene dos canales fundamentales: puede ser psíquica o física.
La agresividad psíquica no es excesivamente peligrosa, parece que no lo es en exceso, pero las consecuencias de una actitud agresiva psíquica produce efectos devastadores en la víctima de esa agresión, y es evidente que el abuso moral, emocional, produce efectos muy negativos en la felicidad del otro, por lo tanto es una agresión, aunque no conlleva peligro en la integridad física o la vida como ocurre con la agresión física.
La agresión física supone un daño en las pertenencias y en el propio cuerpo. Por tanto, la agresión propiamente dicha, la que preocupa a todo el mundo, es la agresión física, porque la consideramos, dentro de las tonalidades posibles de las emociones negativas, como aquella que nos produce efectos más peligrosos.
Causas de la agresividad
No hay una sola causa. No hay nadie que haya decidido que la agresión se pueda explicar de una sola manera. Hay siempre un elemento personal y otro social que intervienen en la explicación de cualquier perturbación y por supuesto también en la agresión.
Aspectos biológicos: Tienen que ver con la genética. Esto se ha comprobado a través del estudio del comportamiento de los gemelos homocigóticos, que tienen una tendencia a tener conductas agresivas en una proporción idéntica, mientras que los hermanos pueden tener una variabilidad muchísimo mayor. Un famoso psicólogo, Godart, ha estudiado una familia llamada Calicat y cuya entera progenia tenía unos gravísimos problemas de agresividad. Se ha llegado a la conclusión, por muchos caminos, de que esta dimensión genética consiste en que unos determinados genes transmiten un cierto tipo de sistema nervioso, ya sea ligado con una estructuración de una forma o con una funcionalidad, como pueden ser los problemas de las hormonas o de los neurotransmisores. Y además están las lesiones, producidas traumáticamente, y que por lo tanto tienen que ver con unas zonas cerebrales que tienen una función emocional que no puede darse con normalidad porque está estropeada la base orgánica en la cual se tiene que realizar esa función, como pueden ser lesiones en los lóbulos frontales o en el sistema límbico. Pero naturalmente pueden ser también de carácter funcional, como agentes químicos, problemas de envenenamiento, simplemente anoxia, que pueden producir lesiones cerebrales que a su vez son las causas de que exista una conducta agresiva en un individuo, generada por esa disfunción o lesión de tipo orgánico. Aquí hay que considerar, naturalmente, que todo individuo que tiene ese tipo de alteraciones (las enfermedades mentales, por ejemplo la paranoia, está asociada a la agresión) tiene una base orgánica, y su tratamiento y dominio o inhibición tiene que estar ligado a los procedimientos que son útiles para actuar sobre el organismo, ya sea la farmacología o la intervención quirúrgica. Todos ellos tienen problemas, porque si se hubiese encontrado la solución a la agresión desde este camino, no tendríamos que enfrentarnos con tanta agresión como hay hoy en la vida de nuestra sociedad.
Aspectos psicológicos: Se pueden enumerara varios aspectos psíquicos que se han relacionado constantemente con la agresión.
1. Temperamento: Tiene que ver, también, con un determinado tipo de sistema nervioso. Antes de tener experiencias biográficas o educación, uno tiene un sistema corporal que facilita más o con mayor probabilidad un tipo de reacciones que otras. Los psicólogos especialistas en este tema lo han estudiado a fondo, y tiene que ver con el sistema límbico, y el sistema cortical, y la relación entre uno y otro. La base del comportamiento humano está en la totalidad de la persona, pero hay zonas específicas que están más fuertemente ligadas con una determinada actividad o función del sujeto. El sistema límbico es el que se produce primero, tanto desde el punto de vista evolutivo personal como desde el filogenético. Por lo tanto, es lo que se llama cerebro interno, porque se produce primero, está dentro, es más pequeño. En el sistema cortical, por el contrario, el córtex aparece en la filogenia más tarde, pero
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