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Ejemplos del libro Odio a mis Padres

Lucy_09Resumen12 de Noviembre de 2020

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En pocas palabras, según el libro los jóvenes se drogan porque están emocionalmente perturbados, tienen necesidad de aliviar esa ansiedad y depresión que llevan. Los padres de hijos drogadictos son aquellos los cuales no los escuchan como debería de ser, “muchos jóvenes habrían podido no llegar a aficionarse a las drogas, si sus padres se hubiesen preocupado por escucharlos”. Así usan las drogas para volver a “sentirse vivo”, agregarle emoción a su vida y olvidar sus problemas.

Mientras leí el texto no dejaba de pensar en la cantidad de personas que conozco que consumen drogas, realmente es un número elevado, pero hay alguien que me llama muchísimo la atención; es un muchacho con el que solía hablar muy a menudo a principios del año pasado, le voy a poner Alan... no se llama así. Solíamos frecuentar demasiado. Él me platicaba demasiado, pero demasiado de su familia, básicamente cuando lo iba a visitar de eso se trataba mi visita, de escuchar sus problemas familiares mientras fumaba marihuana y se metía un ácido o no sé qué más. Me contaba que sus padres eran un desastre, son divorciados, se peleaban constantemente delante de él y su hermano, cuando hablaba de su mamá no le faltaba al respeto, pero decía que se sentía “despegado” de ella, que desde pequeño era muy raro que estuviera en la casa o en general con él hasta el día de hoy, que se sentía solitario y nunca hablaba con ella de sus problemas o con su hermano porque no lo escuchaban, cuando su mamá se enteró de que fumaba marihuana, no lo acepto y posteriormente se enojó con él prohibiéndole el uso de esta, pero obviamente Alan nunca hizo caso de esto, así que para la mamá, él ya era un caso perdido. Sobre su padre, casi no me dijo nada él, solamente que lo odiaba y se peleaba demasiado con él, tanto verbalmente como físicamente, era el que más castigaba cuando era niño, de esos castigos de antes, donde lo golpeaba con el cinto o con la mano por alguna cosa que su papá no estuviera conforme.

Para mi, todo lo que contaba de su vida, se resume en que sus padres no lo escuchaban, no le ponían atención, eran autoritarios, lo castigaban y solo se limitaban a cumplir con sus necesidades básicas, no era para nada una relación familiar sana, todos estaban distanciados. Me decía que le gustaba fumar, ya que se sentía chido, pero honestamente es la única persona que he conocido en mi corta vida que se drogaba de esa manera, su adicción me parecía ridícula, su consumo de marihuana y otras drogas eran tan altas, que mínimo se fumaba cuatro cigarros de marihuana al día. Cuando manejaba venía ya fumado y dentro de su carro seguía fumando, cuando llegábamos a su casa, no pasaban ni veinte minutos y ya estaba volviendo a fumar porque se le estaba “yendo el efecto”, mientras veíamos una película fumaba y se metía otra cosa, mientras hablábamos, igual. Las únicas veces que le dije sobre su consumo de drogas, como “estás fumando demasiado” o “no deberías de fumar mientras manejas, es peligroso”, se ponía agresivo. Había ocasiones que me daba miedo su comportamiento; era agresivo sin más, se enojaba por la más mínima cosa, creía que nos espiaban y se asomaba constantemente por la ventana, por estas dos razones decidí cortar cualquier tipo de contacto con él.

Mi resumen de esta persona, que espero de verdad que ya haya empezado un proceso para dejar su adicción, es básicamente que al no tener la suficiente atención de los padres o su familia en general, por su hermano, decidió sumergirse en este mundo de las drogas ya que esto lo hace sentir tan vivo, tanto que es demasiado constante. Trabaja para conseguir dinero para pagarse su adicción, ya que es lo único que lo mantiene con emociones. Es su forma de escapar de la realidad de que en verdad no tiene nadie que lo escuche.

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Padres que no quieren que el hijo se independice de ellos; lo dominan. Diciéndoles que hacer, que no debe hacer, como debe vestirse, como debe comportarse.

Un ejemplo sería el personaje Phillip Bonfiglio, de la serie animada “F is For Family”, es un niño que no pasa de los 14 años, el cual es sobreprotegido por su madre, Marie, más que nada, porque es su bebé, pero realmente muy en el fondo, no quiere que se vaya lejos de ella, al igual que su esposo, que por cierto tiene una atracción sexual algo enfermiza con un vecino suyo.

Marie, es una mujer que sobreprotege demasiado a los niños y tiene una gran obsesión de controlar todo y todos en su casa, ni siquiera deja que su suegra y esposo tomen decisiones, este último ayuda bastante que Marie tenga el control total ya que es un hombre demasiado pasivo; raras veces va en contra de ella y cuando éste lo hace, lo calla sin ningún esfuerzo, y no solo con ella si no con todo el vecindario, si le piden que haga algo lo hace, no puede decir que no.

El control obsesivo que tiene la madre con su familia hace que Phillip tenga una gran ira comprimida, pero una ira demasiado grande, en muchísimos episodios se ve como este tiene un libro, que según recuerdo se llama “Kill Book”; en donde hace dibujos de gente muerta que son demasiado elaboradas o solo demasiado sangrientas, también cuando explota de ira, usa una fuerza física brutal, ha atacado a algunas personas y después de que esto pasa, no se acuerda: “no recuerdo nada de eso”. En la última temporada, en la cuarta, este explota aún más con su fuerza física, ya que entra en el grupo que hockey de la escuela, en donde golpea a los demás jugadores. Pero nunca ha explotado con su madre.

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Legar a extremos como controlar o no enseñar nada sobre el sexo o que los padres vean como algo sucio el sexo es peligroso. Tiene que ser guiado, no con instrucciones, con órdenes, ni dominarlo sobre el tema.

Los padres tienen que enseñarles a los hijos a capear las tormentas edipicas. Algunos padres perturbados son incapaces. Si no se supera, el hombre descargará su cólera en su esposa o una mujer que la ve como la “la madre mala”.

Ed Gein.

En los años 50, una sociedad muy marcada por prejuicios e ideales sexistas ya desfasados en nuestros días. Un claro ejemplo sería la censura que se hacía en las radios y televisiones con respecto a la vida matrimonial (muchos se mostraban en programas o anuncios televisivos durmiendo en camas separadas en la misma habitación), además de una evidente voluntad de eliminar todos aquellos símbolos e imágenes que pudieran incitar a cometer ‘pecados carnales’.

Ed Gein nació y se crio en una granja a las afueras de un pueblo llamado Plainfield (Wisconsin), fruto de la unión de George, un alcohólico maltratador que se caracterizaba por su falta de devoción hacia su familia, y Augusta. Ella, que era una fanática religiosa con fuertes convicciones que despreciaba a los hombres, consideraba a las mujeres el objeto de pecado del que debía mantener alejados a sus dos hijos, Henry y Ed. La infancia de Ed y su hermano fue muy dura: su madre les impuso una estricta disciplina y constantemente les castigaba y daba palizas, incapaz de mostrar nunca ningún afecto o amor por sus hijos; mientras el padre gastaba todo su dinero en la taberna del pueblo. Contrariamente a lo que años después pudiera parecer, Ed Gein sentía una gran aversión por la sangre y las matanzas o sacrificios de animales, actividades por otro lado típicas en pueblos dedicados a la ganadería. De hecho, quedó muy marcado cuando, de adolescente, presenció a hurtadillas a través del cristal de la puerta del matadero de la tienda de sus padres cómo él sostenía a un cerdo por las patas mientras la otra, armada con un largo y afilado cuchillo, le abría el vientre en canal y le sacaba las tripas con una gran habilidad al animal, que agonizaba entre estridentes chillidos.

Aunque asistía a la escuela, su madre le prohibió forjar ninguna amistad con sus compañeros (y mucho menos compañeras) alegando, Biblia en mano y a golpe de versículos, que éstos eran pecadores y debía alejarse de ellos. 

Si bien la primera responsabilidad parental consiste en proporcionar las necesidades básicas de los hijos (alimentar, cobijar y proteger), la segunda función más importante es la socialización de los mismos, y pueden llevarla a cabo los dos progenitores, el padre o la madre. En este caso, la madre. De modo que, Augusta falló en lo segundo, aumentando en Ed su tendencia al retraimiento, la marginalidad y la soledad, refugiándose en las fantasías de muerte y depravación de los cómics y libros que leía encerrado en su cuarto.

Tras años de borracheras, palizas a su mujer e hijos, George Gein murió en 1940 a los 66 años. Desde ese momento, el negocio familiar empezó a ir mal, y Ed y Henry tuvieron que buscar trabajo y aportar dinero a casa. Esto hizo que su relación se estrechara, no obstante, se volvió tensa cuando Henry observó la relación de dependencia y el evidente complejo de Edipo desarrollado por su hermano pequeño. Por eso Henry optó por alejarse e intentar mantenerse al margen de esa relación tan tóxica, oponiéndose a las órdenes de su madre. A Ed le molestaba demasiado los comentarios que tenía Henry sobre la relación que tenía con su madre o los comentarios que solo hacía de ella. El hermano murió en extrañas circunstancias en un incendio causado por unos rastrojos que él y su hermano quemaron tras el jardín de su granja, y aunque su cadáver presentaba evidentes golpes en la cabeza realizados con un objeto contundente, en el informe de defunción se catalogó la muerte por asfixia.

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