El Adolescente Y Las Relaciones Familiares

El adolescente y las relaciones familiares

Mariona Tarragona Roig

La adolescencia es una etapa con cambios esencialmente psicosociales y culturales, a diferencia de la pubertad, donde éstos son básicamente biológicos y fisiológicos que se asocian con la madurez sexual.

Teoría psicoanalista

Se acerca al estudio del ser humano bajo sus propias características y metodología. Conceptualiza las interacciones entre los miembros de una familia con base en las relaciones objetales y de ellas derivan las internalizaciones, introyecciones y proyecciones que hace cada individuo. La capacidad de éxito de una relación marital es consecuencia directa de la relación que la pareja tuvo con sus progenitores en su infancia. Para los psicoanalistas ortodoxos los problemas se basan principalmente en el conflicto intrapsíquico que surge en el adolescente, al enfrentarse al dilema de superar las presiones que implica su crecimiento físico y psicológico o ceder a su deseo de permanecer atado a la etapa infantil, lo cual le impide separar su propio yo del de sus padres, dificultándole alcanzar su propia individualidad.

Anna Freud, el proceso fisiológico de la maduración sexual influye directamente en la esfera psicológica, provocando un despertar instintivo y un desequilibrio. El adolescente se angustia frente a los deseos libidinales inconscientes hacia el progenitor del sexo opuesto y debe poner una barrera contra el incesto, lo cual hace que el adolescente se vuelva distante y poco afectuoso con sus padres.

Aberastury y Knobel ven la adolescencia como un “síndrome normal”, se da la búsqueda de sí mismo y de su propia identidad; la tendencia a buscar su grupo de pares, la necesidad de intelectualizar y fantasear; la evolución de la sexualidad desde el autoerotismo hasta la heterosexualidad; contradicciones en su conducta y constantes fluctuaciones del humor. Mencionan que el aspecto de mayor discrepancia entre el adolescente y el adulto es la sexualidad.

Los adolescentes también pasan por la desubicación temporal que les dificulta planear sus actividades y explicar qué piensan hacer en determinado lapso de tiempo. Maneja el tiempo en forma completamente subjetiva y deja de lado el presente real.

Erik Erikson crea la teoría de la identidad del yo. El adolescente entra en una crisis de identidad, que puede resolverse en forma positiva, logrando el chico su propia identidad y como un adulto bien integrado e independiente, o resolverse negativamente, dando como consecuencia la difusión de yo, se convertirá en un adulto dependiente, inseguro, no tendrá objetivos propios en la vida, difícilmente podrá establecer relaciones verdaderas, porque siempre temerá perder su individualidad. El joven debe desligarse emocionalmente de los padres para que pueda llegar a ser adulto, aunque esto suele generar conflictos con los padres. Ante esta situación los padres se muestran ansiosos, inseguros, antagónicos, fomentando con su actitud que se acrecienten las fricciones entre adolescentes y ellos.

Contribuciones conductistas

A través de los reforzamientos positivos, negativos o del castigo, se incrementan el comportamiento deseado y se inhiben los no adecuados, logrando así que el niño aprenda aquellas conductas que le son útiles y benéficas dentro del entorno en el que se desenvuelve y que lo llevan a una mejor adaptación.

Hurlock menciona que en el conflicto familiar los padres tienen una gran parte de la culpa, al no reconocer las nuevas necesidades y exigencias del hijo adolescente, pues se le sigue tratando de la misma manera que cuando era infante.

Ante estas actitudes del adolescente y las constantes críticas que éste hace en el hogar, los padres se sienten amenazados rechazados, lo cual da lugar a que las relaciones padres y adolescentes cada vez se hagan más tensas, las pláticas se convierten en discusiones y la convivencia se convierte en un momento desagradable; el joven se siente incomprendido dentro de su medio familiar y prefiere aislarse.

Grinder explica el conflicto en las relaciones intergeneracionales, cambios que se dan en tres áreas principalmente: a) responsabilidad-libertad, b) apoyo-logro y c) compromiso-lealtad:

a) los padres piden más responsabilidades a los hijos cuando son adolescentes que cuando eran niños, aseo cuarto, comportarse adecuadamente y el adolescente demanda más libertad como conducir el coche, llegar más tarde, etc.

b) los padres ya no apoyan al joven como cuando era niño y esperan que el mismo resuelva sus problemas; padres quieren que el niño se vuelva más competitivo en la escuela, en los deportes y en sus relaciones con los demás.

c) los padres esperan que los adolescentes sigan fieles a las creencias y a la escala de valores familiares, siendo que en este momento el joven cuestiona las creencias y la forma de ser de los padres y elabora su propia escala de valores deseando que sus padres la acepten.

Si los padres actúan con sinceridad y afecto, demostrándole al hijo que confían en él, que las normas que le imponen al adolescente se dan dentro de un marco de respeto mutuo, el joven aceptará las opiniones de

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