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El Error Estructurante


Enviado por   •  25 de Marzo de 2014  •  1.533 Palabras (7 Páginas)  •  228 Visitas

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EL ERROR ESTRUCTURANTE

Por: Miguel Ángel Bárcenas Hernández

Prof. de la Primaria Anexa de la Centenaria y

Benemérita Escuela Normal del

Estado de Querétaro

“El contacto y exploración de la realidad necesita desde luego un aparato biológico con determinados receptores. Pero también algo más: [...] El impulso hacia y los elementos sobre lo que explorar.

He aquí interesante conjunción. Poder actuar supone que al niño se le transmita que equivocarse es parte del proceso de aprendizaje”[1]

Una de las actividades principales que la escuela debe cumplir es la de propiciar aprendizajes en los sujetos que asistan a ella, y si hablamos de la educación básica, entonces debemos referirnos específicamente a niños y adolescentes. Ante tal situación, tradicionalmente este deber se ha ido conceptualizando en una transmisión de conocimientos que sigue la forma lineal del adulto hacia los menores; en el que el primero es el responsable de manejar una serie de instrumentos (material didáctico) y de metodologías que tienen como propósito asegurar que al final de cierto período de tiempo se puedan observar en los segundos una serie de conductas, actitudes, etc. que son tomadas en su generalidad como aprendizajes.

Ante tal situación, en muchas ocasiones quizá los maestros nos hemos hecho la pregunta siguiente ¿qué es el aprendizaje? Al respecto solamente me remitiré a aclarar que este concepto ha cambiado en numerables ocasiones y dependiendo de la teoría que en ese momento mantenga una hegemonía y que por ende tengan influencia directa en el quehacer cotidiano del maestro.

En una revisión muy rápida, pues este artículo no tiene la pretensión de hacer una indagación exhaustiva de este concepto, recordaremos que las posturas más tradicionales y que se sustentaban en un asociacionismo observan el aprendizaje desde una transmisión de diversos conocimientos que el maestro ya posee y que solamente falta externarlos para que los alumnos los aprendan. Dicha transmisión tiene su base en la repetición continua de un estímulo y que, gracias a esta repetición, los aprendizajes se convierten en hábitos; siendo estos la máxima expresión de que la persona ha aprendido.

Sin embargo en la actualidad esta concepción ya no es válida pues en la escuela se ha introducido el constructivismo, mismo que pone en juego otro tipo de hipótesis. Estas hipótesis fundamentalmente centran su discurso en una adquisición del aprendizaje producto de un proceso único, pues cada uno de los sujetos lo realiza de manera diferente además de que en dicho proceso es necesario observar ciertos grados de complejidad en el pensamiento del niño.

En consecuencia, desde el constructivismo, “el aprendizaje es un proceso múltiple que pone al sujeto en contacto con la realidad tanto interna como externa, a la que observa, analiza, relaciona, interioriza, representa, conceptualiza. Actuando sobre ella y reflexionando sobre lo actuado, la aprehende, la hace suya. La relación ‘sujeto que aprende-objeto que debe ser aprendido’ se establece mediante el aparato biológico, en particular el sistema nervioso central y periférico”[2].

Si consideramos al aprendizaje desde esta perspectiva, entonces debemos declarar enfáticamente que no podemos reducirlo a una mera asociación de estímulos, pues considerar esto provocaría reducir al sujeto en un receptor del ambiente controlado por éste último. Es necesario que observemos a la adquisición de aprendizajes como una construcción que busca ser cada vez más compleja, teniendo como punto central a observar las aproximaciones sucesivas[3] que el niño hace hacia algún objeto de conocimiento. Esta consideración es la que da pie para analizar y reconocer el papel del error como parte fundamental de estas aproximaciones sucesivas y en consecuencia tomar en cuenta la manera en cómo es que el sujeto que aprende se apropia del objeto de conocimiento.

Cuando hablamos de “errores”, inmediatamente llega a nuestra cabeza, de maestros, una imagen de algo que ha sido ejecutado “mal”, algo que “no se ha aprendido” o de una “situación no deseada”, pero además es algo extrínseco a nosotros, es algo que “la metodología no tenía contemplada” o quizá “es que el niño no era lo suficiente maduro” para acceder a los aprendizajes que en ese momento se imparten en el aula. Consideraciones que llevan en muchas ocasiones a pensar en algún problema de aprendizaje, aunque ahora ya no podemos llamarlo de esta manera, en la mayoría de los maestros sigue estando en su lenguaje cotidiano.

Es decir, cuando un niño es atisbado por el maestro con ciertos problemas para aprender entonces corre el peligro de ser etiquetado como un “niño problema”, a tal grado que en muchas ocasiones se llega a diagnosticar una patología que tiene que ver con la conducta observable, sin llegar a pensar que quizá esta sea una manifestación que el niño tiene para mandar el mensaje de que esta

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