ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

El Hombre Que Confundió A Su Mujer Con Un Sombrero


Enviado por   •  24 de Mayo de 2012  •  491 Palabras (2 Páginas)  •  788 Visitas

Página 1 de 2

Capítulo 22: Un Grove ambulante.

Martin A. 661 años, tenía parkinsonismo y no podía cuidarse por sí mismo. En la infancia había tenido una meningitis casi mortal y eso le produjo retraso mental, impulsividad, ataques y cierto espasmodismo en un lado del cuerpo. Cuando conseguía trabajo lo echaban pues era, su tendencia a la ensoñación o su incompetencia habría tenido una vida mucho más dura de no ser por su sensibilidad musical y sus notables dotes musicales, no hubiese tenido alegría. Poseía una gran memoria musical, siempre había dependido de su oído aunque su voz no estaba al mismo nivel. Era una voz melodiosa pero ronca, con cierta disfonía espasmódica. Su padre no sólo le transmitió sus genes musicales sino también su gran amor a la música. Martin, lento y torpe, gozaba del amor de su padre y le quería a su vez con pasión este amor estaba cimentado por su amor compartido a la música.

Se sabía de memoria el Diccionario de música y músicos de Grove, la inmensa edición en nueve volúmenes publicada en 1954, era un “Grove ambulante”. Cuando su padre enfermó estaba siempre en casa, Martin le acompañaba mientras él le leía en voz ata dicho diccionario que tenía seis mil páginas, escuchaban la colección de discos de su padre, repasaban y cantaban las partituras, todo lo que le leyó le quedó impreso en su memoria así que cuando el “oía” el Grove en la voz de su padre lo recordaba con emoción.

El Dr. Sacks fue a verlo y vio un hombre muy distinto, claramente apesadumbrado, víctima de un dolor espiritual y físico. Decía que tenía que cantar, que sin ello no podía rezar, después añadió que nunca había pasado un domingo sin ir a la Iglesia, sin cantar en el coro, que fue con su padre y no dejó de ir aun habiendo fallecido su padre, que tenía que ir sino moriría, el Dr. Sacks le dijo que no sabía que echase de menos ir a la Iglesia y que había una muy cerca de la residencia. Martin volvió a ir y allí lo recibieron muy bien. Ya podía cantar, podía rendir culto todos los domingos con música de Bach, podía disfrutar de la tranquila autoridad que se le otorgaba.

Martin tenía dotes musicales “raras” si se las desplazaba de su marco justo y natural. Lo fundamental para Martin había sido siempre el espíritu de la música, sobre todo religiosa. Martin se convirtió en un hombre distinto, se recuperó a sí mismo, se integró, volvió a hacerse real, el niño rencoroso y el retardado estigmatizado desaparecieron al igual que el eidético impersonal, sin emociones, irritante. Reapareció la persona real, un hombre digno y decente, respetado y estimado ahora por todos.

La maravilla era ver a Martin cuando estaba cantando porque en esas ocasiones quedaba totalmente transformado. Todo lo que era deficiente o patológico se desprendía de él y veías sólo atención y animación, totalidad y salud.

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (2.9 Kb)  
Leer 1 página más »
Disponible sólo en Clubensayos.com