El Poder De La Persuasión

ADMINISTRACIÓN POR VALORES

Descubrimiento

Tom Yeomans es una persona exteriormente impresionante. Se podría decir que tenía la vida que la mayoría de la personas sueñan. Era el resultado de un incesante esfuerzo de años. Ya había llegado a un punto que muchos llamarían el "pináculo del éxito", y sin embargo se sentía extrañamente vacío, privado de las cosas que presentía que hacían a un hombre realmente rico. Tom no era feliz.

En una ocasión Tom recordó la época en que él y Barry Lofting fundaron la compañía I.:&.Y Manufacturing, próspera fábrica de muebles. Habían sido amigos desde la escuela secundaria y se divertían trabajando. La fricción comenzó cuando Tom, sin consultar con Barry, vendió la compañía a un comprador extranjero. Barry nunca se lo perdonó.

Tom trataba de remediar las cosas diciéndole: "¿De qué te quejas? ¡Ya eres rico!" Pero esto no le dio resultado. Sólo cuando trató inútilmente de interesarlo para que lo acompañara en una nueva aventura que proyectaba, comprendió Tom que el dinero no era el verdadero problema.

La mente de Tom repasó la última y desagradable conversación antes de que Barry abandonara la oficina.

Donde Tom le menciono que tenía un nuevo proyecto que sería muy pesado en cuestión de trabajo pero que triplicaría su inversión y después pasarían tiempo con su familia.

Barry le pregunto: “¿Cuándo fue la última vez que tú y Leslie y los niños hicieron alguna cosa juntos?” preguntándole sobre sus aspectos personales. Tom no pudo contestar. Barry termino con una frase: “Lo que a ti te pasa es que estás en una carrera de ratas. Pero recuerda: aun cuando ganes la carrera, siempre serás una rata”

Después de la separación, Tom abandonó la idea de fundar otra compañía y en cambio aprovechó su experiencia y sus conexiones para entrar como vicepresidente regional a RimCo, empresa en desarrollo, fabricante de partes para automóvil.

Tom logro ser presidente de la compañía. Estos años fueron de largas horas de trabajo, juntas y reuniones hasta por la noche y viajes frecuentes le habían impedido ser un verdadero miembro de su familia.

El estado de sus relaciones en el hogar era apenas la punta del iceberg. En los últimos seis meses en el trabajo se le había empezado a hundir el piso que lo sustentaba. Parecía que todo se estaba desbaratando. La compañía se estaba hundiendo.

Tratando de solucionar esto, se llamó a un grupo de consultores. Después de los estudios pertinentes la conclusión fue que la compañía debía “reinventarse”, de lo que Tom no estaba nada de acuerdo pues pensaba que el problema estaba “allá afuera”.

Lo que los consultores realmente pensaban era que Tom gerencia más por el temor que por consenso.

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