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El Respeto


Enviado por   •  7 de Junio de 2015  •  2.086 Palabras (9 Páginas)  •  318 Visitas

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Según la Real Académia Española de la Lengua (2005) dice, el respeto es “atender y considerar de manera especial a una persona o cosa”.

También se destaca la afirmación de un célebre psicoanalítico Erich Fromm (2001) que sostiene que el respeto es “ser capaz de prestarse atención a uno mismo, es requisito previo para tener la capacidad de prestar atención a los demás, el sentirse a gusto con uno mismo es la condición necesaria para relacionarse con otro”.

Conocer el valor propio y honrar el valor de los demás es la verdadera manera de ganar respeto. Respeto es el reconocimiento del valor inherente y los derechos innatos de los individuos y de la sociedad. Estos deben ser reconocidos como el foco central para lograr que las personas se comprometan con un propósito más elevado en la vida” (Insanally, 1993).

El respeto comienza en el propio ser humano en el reconocimiento del propio ser como un sujeto único, una fuerza vital interior, un ser espiritual, un alma, que se autorrespeta.

El respeto va acompañado de la tolerancia y el pluralismo. Es la base de toda convivencia en sociedad. Las leyes y reglamentos establecen las reglas básicas de lo que debemos respetar.

Sin embargo, el respeto no es sólo hacia las leyes o la actuación de las personas, también tiene que ver con las autoridades como sucede con los hijos y sus padres o los alumnos con los maestros. El respeto es una forma de reconocimiento, de aprecio y de valoración de las cualidades de los demás, ya sea como por su conocimiento o experiencia o valor como persona, también tiene que ver con las creencias religiosas.

En la obra de la sexualidad, el amor y la familia de Barrero (1997), manifiesta el autor que todas las personas, niños o adultos, merecen respeto y la forma más sencilla de demostrarlo es tratándolos con toda consideración, tomando en cuenta sus capacidades y aceptando que cualquier humano se puede equivocar y cometer fallas. Las formas como sus padres corrigen a los hijos cuando estos cometen errores demuestran el grado de respeto que estos tienen hacia ellos.

El respeto exige aceptar al otro como es, con generosa tolerancia; el respeto nos permite convivir en armonía, nos lleva a tolerar a otros para la convivencia pacífica, conservando así la unidad en la diversidad y la multiplicidad de la individualidad. Ser una persona respetuosa conlleva a un acto de valor y de urbanidad, de dominio personal, de autocontrol y comprensión, permitiendo mejorar el ambiente de trabajo y el cumplimiento de los objetivos misionales (Naranjo, 2003).La Biblia nos insta a respetar a los demás en amor fraternal “ténganse tierno cariño unos a otros” (Romano 12-10).

El respeto se define como la base principal de toda convivencia sana y pacifica, acata su autoridad y considera su dignidad, se acoge siempre a la verdad y repugna la mentira y el engaño, ya que exige un trato amable y cortés (Gallo, 1999).

El respeto es la esencia de las relaciones humanas de la vida en comunidad, del trabajo en equipo, de la vida conyugal y de cualquier relación interpersonal, porque crea un ambiente de seguridad y cordialidad. Permite la aceptación de las limitaciones ajenas y el reconocimiento de las virtudes de los demás. Este no deja que la violencia se convierta en el medio para imponer criterios.

Las cualidades que tienen las personas respetuosas como son la sencillez, la consideración, la cordialidad, la responsabilidad y la tolerancia entre otras. Además, ser respetuosos se debe tratar a los demás con la misma consideración que nos gustaría ser tratados.

El respeto es aceptar y comprender tal y como son los demás, aceptar y comprender su forma de pensar aunque no sea igual que la muestra, (Alcaldía Municipal de Buenaventura, 2007), pero no sólo a las personas se les debe el respeto más profundo sino todo aquello que nos rodea, a las plantas y animales, a la pequeña hormiga y la gran ballena, a los ríos, lagos y mares. Todo como parte de la creación se lo merece. El respeto, debe ser nuestra relación con los demás, sería una agradable forma de conducirse por la vida, pero aunque lo parezca, respetar a los demás es relativamente difícil. Por la forma en que se nos ha educado y a relacionarnos con los demás, a veces tritura esta virtud desde sus comienzos, pero trate de cultivar en su corazón el respeto, poco a poco, aliméntelo con el ejercicio constante de la misma, y verá lo bien que se sentirá consigo mismo, a veces tambaleará, y pensará que no lo logra, pero manténgase firme, y al final la vida sabrá recompensar su esfuerzo.

Según Reynaldo Estrada (2001) el respeto propende por alabar lo bueno de los demás; suprimir los reproches; dar importancia y valor a los demás; y prestarles atención. El respeto es un valor que nos lleva a honrar la dignidad de las personas y atender sus derechos. El que es respetuoso considera los sentimientos, pensamientos y opiniones de otros. El respeto es ama a tu prójimo como a ti mismo. El respeto a sí mismo y a los demás es la base fundamental para construir una auténtica convivencia en paz en familia, en la vida conyugal, en la iglesia, en el colegio, en las instituciones y en la sociedad. Todo niño, anciano, joven, señorita, hombre o mujer sin ninguna discriminación, merece un trato cortés y amable, comprensión de sus limitaciones, reconocimiento de sus virtudes, y respeto a su dignidad.

Se observa el respeto cuando se trata bien a los demás, cuando se vive los buenos modales y las normas de educación, cuando se valora a cada persona, su fama, su educación, sus logros, su tiempo y sus bienes y pertenencias y cuando se reconoce los méritos de los demás. Además cuando se valora las diferencias, pero se habla con claridad de las propias ideas. La forma personal de respeto hacia otros son la cortesía, la amabilidad, el agradecimiento y la puntualidad

El respeto también tiene que ver con las creencias religiosas. Ya sea porque en nuestro hogar tuvimos una determinada formación, o porque a lo largo de la vida nos hemos ido formando una convicción, todos tenemos una posición respecto de la religión y de la espiritualidad. Es tan íntima la convicción religiosa, que es una de las fuentes de problemas más comunes en la historia de la humanidad.

En la actualidad, el respeto es la base de la convivencia social en un estado democrático donde la observancia a los Derechos Humanos es uno de sus principios más caros para el sujeto. Emmanuel Lévinas (1998) ha establecido los términos de lo que él mismo llama metafísica respetuosa, cree que aquello que define al individuo respetuoso es la capacidad par reconocer la alteridad de los otros: El sujeto moral es aquel que reconoce la diferencia de los otros, que la respeta y es responsable de ella. (...) El yo moral, así definido es un sujeto respetuoso, no imperialista.

Xavier Vilchis, por su parte, manifiesta que el respeto, como la honestidad y la responsabilidad, son valores fundamentales para hacer posibles las relaciones de convivencia y comunicación eficaz entre las personas ya que son condición indispensable para el surgimiento de la confianza en las comunidades sociales

La falta de respeto a nuestras instituciones surge de la laxitud en la que ha caído la cultura moderna por el excesivo énfasis que hemos puesto a la libertad y los derechos de los individuos con el olvido de la responsabilidad y el deber como contra parte complementaria.

De acuerdo con la interpretación que hace Heidegger de la ética de Kant; “respeto significa responsabilidad hacia uno mismo y esto a la vez significa ser libre” (Heidegger; 2000: 169). Persona moral que es la auténtica personalidad del hombre: esto es también la honestidad con uno mismo y con los demás.

Sin embargo, Hans Jonas, discípulo de Heidegger, considera que: “no basta el respeto a la ley moral si éste no viene acompañado del sentimiento por la responsabilidad que vincula este sujeto a este objeto y nos hará actuar por su causa” (Jonas; 1995: 160).

En el periódico el País de Cali (2004) se manifiesta que la familia es una pequeña comunidad donde deben regir valores como el amor, la comunicación y el respeto.

2.3 El ambiente de respeto en la educación formal

Entre los contenidos de la educación el más importante es el respeto a los demás. Esto constituye la esencia misma de la educación que debe ir pareja a la enseñanza de los conocimientos del saber que se transmite de generación en generación. La educación supone valores intrínsecos en la relación interpersonal, entre ellos el más trascendente es el respeto a los demás. Parece que entre los contenidos que se imponen en la actualidad en muchos ambientes de enseñanza el respeto ha caído en desuso, sin percibir ese segmento de la sociedad que con la pérdida del respeto la educación pierde su base fundamental. El respeto identifica a la persona como valor: se le respeta porque se le reconoce que como ser humano merece el trato propio de su condición.

La educación del respeto comienza en la familia. El respeto de los adultos entre ellos, y de los adultos hacia los hijos, es una forma dinámica de enseñanza para el niño y la niña que aprenderán a ejercerlo desde la más temprana edad.

En el contexto escolar, el poder de discernir crea un ambiente de respeto, en el que se presta atención a la calidad de las intenciones, actitudes, conductas, pensamientos, palabras y acciones. Cuando existe el poder de la humildad en el respeto hacia el propio ser —y el discernimiento y la sabiduría que permiten ser justo e imparcial con los demás— habrá éxito en la forma de valorar la individualidad, apreciar la diversidad y tomar en consideración la tarea en su totalidad (Insanally, 1993).

Para ejercer el respeto en el aula de clase y la institución educativa es necesario generar el ambiente a partir del ejemplo del docente. Algunas recomendaciones son:

• Escuchar lo que otros quieren expresar sin interrupciones, en silencio, para no repetir lo que ellos dicen, y para expresar el propio punto de vista. El docente debe escuchar los estudiantes, lo que quieren decir en su totalidad. Debe escuchar las diferentes versiones sobre un hecho y propiciar el diálogo antes de tomar una decisión, buscando favorecer el entendimiento entre las partes.

• “Conocer el valor propio y honrar el de los demás es la auténtica manera de ganar respeto” (Insanally, 1993). El docente debe tratar al estudiante, al compañero de trabajo, al personal administrativo, a los padres de familia en forma cortés, educada y cálida, para que el estudiante perciba ejemplarmente esta forma de comportamiento. Pero también el docente se gana el respeto de los demás.

• “El poder de discernir crea un ambiente de respeto, en el que se presta atención a la calidad de las intenciones, actitudes, conductas, pensamientos, palabras y acciones” (Insanally, 1993). Implica que el docente pida a los estudiantes ante conflictos, que se expresen de forma adecuada, sin herir con palabras ni hechos a sus compañeros y demás personas de la institución educativa; sin represiones, pedirles que vuelvan a decir lo que sienten hasta que lo hagan en forma respetuosa, ayudarlos a reconocer sus errores, a disculparse y aceptar la necesidad de cambio de actitudes, es formar a los estudiantes hacia el respeto.

• En la formación de actitudes positivas hacia el respeto, “La actitud de igualdad exige una espiritualidad compartida. Compartir crea un sentimiento de pertenecer, un sentimiento de familia” (Insanally, 1993). Por lo tanto, se debe evitar criticar las pequeñas cosas, no despreciar, juzgar, rebajar o etiquetar a la gente. Lo que implica llamar a las personar por su nombre, reconocer sus capacidades, sus aciertos y elevar la autoestima. Es decir poner en práctica la regla de oro: “tratar a los demás como nos gustaría ser tratados”.

Ese sentido de respeto en la educación para el futuro de la humanidad se extiende a la naturaleza. Actuar en contra de las leyes de la naturaleza ocasiona desequilibrio ecológico y desastres naturales, como los que se vivencian en la actualidad. Por lo tanto el respeto es el reconocimiento del valor inherente, no solo de los derechos innatos de los seres humanos, sino también del ambiente en el que se encuentran, para lograr la armonía con la naturaleza, pero también para garantizar la permanencia en el planeta.

Le corresponde a la educación formal contribuir a la educación de los futuros ciudadanos, en la formación de actitudes hacia el respeto, que contribuyan a la paz y la sana convivencia.

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