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El YO y la realidad.


Enviado por   •  15 de Septiembre de 2016  •  Trabajos  •  1.300 Palabras (6 Páginas)  •  233 Visitas

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El YO y la realidad

La sexualidad está en una lucha contra el YO afirma Freud que esta da paso al surgimiento de la represión atreves de que el YO entra en una ética social o regida, más bien por esta en normas sociales y que aparentemente el deseo se reprime. En la adolescencia donde tiene su mayor auge, aunque también refiere que la sexualidad es algo necesariamente reprimido ya que si no sería una sociedad muy crucial o al menos difícil de establecer relaciones y condiciones si estas no se reprimieran pues se refiere que todos los individuos tiene placeres sexuales según Freud y que se reprimen por una moral propia y propiciada por la ética social.

La sexualidad para Freud es algo que se propicia en el ser humano al ser un ser sexuado y que tiene que reprimir este según el consiente que emite una moral ante la sociedad debido para ejercer un rol dentro de esta.

  • El principio de realidad corresponde la necesidad, para el aparto psíquico, de disponer de un máximo de informaciones sobre el mundo exterior, lo que lleva al abandono, al menos parcial, del principio del placer: “Lo que entonces se presento en mi espíritu ya no fue lo agradable sino lo real, aunque fuese desagradable”.
  • Las pulsiones del Yo, que comprenden esencialmente las de auto conservación, se dejan someter fácilmente al principio de realidad a causa de su dependencia respecto de los objetos exteriores necesarios para la satisfacción.
  • Las pulsiones sexuales, presiden originariamente de todo objeto exterior y se satisfacen de manera auto erótica, lo cual les permite escapar al proceso de desarrollo que afecta a las pulsiones del Yo y permanecer dentro del marco del proceso primario, bajo la dominación del principio del placer, cuando las tendencias sexuales comienzan a orientarse hacia un objeto exterior, este proceso es interrumpido por el período de latencia, que suspende el desarrollo sexual hasta la pubertad.
  • Freud menciona sobre la educación: “Puede describirse a la educación como una incitación a la dominación del principio del placer y a su reemplazo por el principio de la realidad, o sea que ella busca aportar su ayuda al proceso de desarrollo que afecta al Yo. Con tal finalidad se sirve del amor como de una recompensa por parte de los educadores, y por eso fracasa cuando el niño mimado piensa que posee este amor en todos los casos y que, pase lo que pase, no puede perderlo”.

  • Las pulsiones del Yo, o pulsiones de autoconservación, no son sometidas de entrada al principio de realidad.

  • La mira de la educación es apoyar el desarrollo del Yo, vale decir, en definitiva, reforzar las pulsiones del Yo.

Las pulsiones del YO serian los motores de la educación. La mira de la educación es apoyar al desarrollo del YO, vale decir, reforzar las pulsiones del YO. Refrenar las pulsiones sexuales, estas no son directamente influenciables por la educación.

Las exigencias parentales son influenciablemente parentales son difícilmente asimilables a los datos brutos del mundo exterior. La realidad a la cual el niño debe aprender a someterse, y con la cual debe contemporizar en su búsqueda de satisfacción, la voluntad de los padres.

Los padres representan para los niños las exigencias nacidas de la vida en sociedad, es decir, las de adecuar su comportamiento a normas sociales.

Para el niño, la realidad son los otros y sus exigencias, sus demandas, sus deseos; osea que esta tejida por el lenguaje y la palabra. Freud identifica además de manera explicita la presión de la realidad con la presión educativa. El factor externo que preside la transformación  de las “malas inclinaciones”, “consiste en la presión ejercida por la educación, que se constituye en portavoz de las exigencias de ambiente civilizado y cuya influencia queda remplazada después por la acción directa de este ambiente”. La presión exterior interioriza y forma la moralidad del sujeto.

Lo que Freud pone de relieve en el paso del principio del placer al principio de realidades la nueva capacidad del aparato psíquico para hacerse cargo no ya solamente de lo que da placer, es decir, las representaciones agradables, sino también de lo que es verdadero, es decir, la conformidad de las representaciones con la realidad, aunque sean displácenteras. La liberación del pensamiento frente al displacer apunta a posibilitar la integración del máximo de informaciones concernientes a la realidad exterior.

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