El existir moral

El existir moral

Un rasgo en la psicología del ser humano es el preguntarse de donde viene o a donde va, todos alguna vez nos hemos formulado una pregunta de ese estilo, lo cual nos ha llevado a eternas vueltas en nuestras conciencias que terminan golpeando casualmente en la idea de si en nuestro camino estamos sirviendo a un propósito en específico o a un ente.

Normalmente cuando nos llegan este tipo de dudas a la cabeza y la sociedad nos da la posibilidad de poner esas preocupaciones en las manos de un Dios, intentamos caer más en lo que sería un pensamiento moral con ligeros toques de miedo. Esto lo digo al pensar en que el ser humano bajo la idea de estar en la sombra de un ser superior, este busca más agradarle que la preocupación de amar a ese ente. Ya que, no estamos acostumbrados a ver con amor a algo que sentimos superior a nosotros, aun si fuimos creación de este ente.

El amor puede manifestarse de una forma más profunda si ese ente está relacionado directamente a nosotros “24 y ponerse el ropaje de la nueva naturaleza, creada a imagen de Dios, en verdadera justicia y santidad.” (Efesios 4:24)

¿Pero, a qué deseo llegar con esta idea? Quiero llegar al punto en donde el ser humano aun teniendo que basarse en algo para llenar el vacío de la completa libertad, la cual nos menciona el filósofo Jean-Paul Sartre (1945) “El hombre está condenado a ser libre”, como parte de sus aportes a el existencialismo.

Estas pequeñas reflexiones nos puede reflejar el como la mayoría de religiones se basan en: un dios capaz de sentir y comprender al ser humano, o en una pelea entre seres que buscan tener de su lado al ser humano, como si este mismo fuese una riqueza. Lo cual en un aspecto psicológico nos colocaría en un peldaño alto, aun sin quererlo. Por lo cual, percibimos inconscientemente que nosotros no giramos alrededor de un mundo en específico, sino, que nosotros solemos girar alrededor nuestro.

Cuando realmente nos metemos una idea así a la cabeza podemos presentarnos la visión en la cual cualquier religión no es una imposición hipnótica dada por un ser divino, sino, que la imposición de un tipo de creencia es sugerida o impuesta al ser humano por otro ser humano. Lo cual, a su misma vez, es una posibilidad que surge determinada por el azar del lugar en el que nacimos ¿Por qué digo esto? Porque tomo de base uno de los argumentos de Kierkegaard, en donde nos habla sobre las posibilidades que no están ancladas a seguir un plan al pie de la letra.

Kierkegaard también menciona lo que es el concepto de angustia en su libro Begrebet Angest “Los conceptos de miedo y otros similares se refieren siempre a algo concreto, en tanto que la 'angustia' es la realidad en bruto, precisamente porque éte, en su naturalidad, no está determinado como espíritu” (Kierkegaard, 1844) En este concepto pienso que se pueden englobar 2 cosas diferentes, lo que menciona Kierkegaard “La nada engendra la angustia” y en mi pensamiento también podría entrar el hecho de que el humano siente por mera moral, que es un acto egoísta tomarse a sí mismo como el único ser capaz de pensar en sí.

Algo que también me gusta reflexionar es sobre cómo, al igual que Hegel se plantea sobre una tesis y antítesis me hizo pensar que en este caso; la angustia sería una tesis que cuenta como contrapeso a su antítesis, que es la esperanza basada en la fe (que también es planteado por Kierkegaard).

Ahora es el momento de Nietzsche para sobresalir con lo que sería su “pensamiento más obscuro”. El cual es llamado como El Eterno Retorno, que como se menciona en el libro de filosofía redactado por el profesor Beraud “Dicha alegoría aparece en el párrafo 341 de su libro titulado “La gaya ciencia””: En donde se nos plantea la idea de que todo lo que alguna vez hayamos vivido seguirá repitiéndose “¡El eterno reloj de arena de la existencia se invertirá siempre de nuevo y tú con él, pequeña partícula de polvo!” (Nietzsche, 1882)

¿A dónde me lleva esto? Al juntar en mi parecer; la idea de cómo un ser humano que sea capaz de comprender que el sentido de su vida recae únicamente sobre sus hombros y este caiga en la angustia, pero este después de un tiempo decida refugiarse en la antítesis que es la esperanza basada en la fe. Tarde o temprano caerá en un eterno retorno, ¿Por qué? Por el simple hecho de que ya es consciente de la forma en que realmente él puede manejarse sin tener que seguir las ordenes de lo que sería su fe, por lo que recaería en el proceso de angustia y nuevamente regresaría tarde o temprano a buscar la calidez que le trajo la esperanza de fe.

Aunque, en conjunto a lo que dice Kierkegaard, esto se vería influenciado por las probabilidades y decisiones que tome esa persona. Ya que puede refugiarse por mucho más tiempo en la angustia o totalmente lo contrario, pasando más tiempo en su lado esperanzado por la fe y que se puede poner fin a este ciclo terminando en una de las partes del reloj de arena.

Nietzsche deja reconocer que la moral está fuertemente arraigada a lo que serían algunos principios de la metafísica. Esto porque, si el reloj se detiene lentamente y nos deja elegir aquel lado en donde fantásticamente puedes pasar a un plano irreal pero perfecto únicamente como recompensa de tu arrepentimiento, dejaras de lado el lado que te dice que tus propias decisiones libres te llevaron ahí. O si por el contrario, aun pasando por esa forma de tinieblas que sientes como opacan tu vida y te mantienes del lado en donde aceptas tu culpa como el único ser capaz  de cambiarte totalmente, aun atravesando la moral.

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