El impacto del divorcio de los padres sobre el comportamiento del niño
djonTutorial4 de Noviembre de 2013
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El presente trabajo tiene como objetivo identificar si el divorcio influye en la conducta del hijo; asimismo determinar las causas, del por qué el divorcio lleva al niño a desarrollar patrones de conducta un tanto agresiva; de igual forma comprender porque este suceso puede generar en el niño depresión, rebeldía y/o distanciamiento en el medio en que se desenvuelve; su finalidad es comprobar si a consecuencia de un divorcio, se genera cambios en la conducta del hijo.
Para ello se abordaran diferentes conceptos con el fin de comprender mejor el tema a abarcar; como definición de divorcio, matrimonio, agresividad, porque según investigaciones realizadas es lo que mayor presentan estos niños; para así concluir si esta afecta o en dicho proceso, también se mencionaran las diferentes conductas que los hijos suelen presentar ante la situación del divorcio, y reacciones ante este.
Cuando una pareja se enamora y deciden vivir juntos, se crean ciertas expectativas, como que el matrimonio es para siempre y cuando estén viejos seguirán juntos. El que esta relación tenga éxito tendrá mucho que ver con el hecho de que este todo sea lo que se estaba esperando de la relación sin falsas expectativas que conlleven a creerse engañado por la pareja (Minuchin y Nichols, 1994).
Posteriormente, cuando se piensan en los hijos, las expectativas son aún mayores; pero cuando los niños nacen, la vida comienza a cambiar, por lo tanto, las condiciones de vida y la adaptación a las nuevas personas también. Así, el niño conforme se va desarrollando, empieza a sentirse protegido, amado, cubierto en sus necesidades y se crean expectativas: las niñas desean ser como mamá y los niños como papá; así de esta forma el niño se identificara entonces con estas conductas y al mismo tiempo las actuara con sus compañeros.
Los lazos familiares constituyen el compromiso social más firme e importante que existe entre las personas.
De acuerdo con Minuchin y Fishman (1984) se cree que para el sano desarrollo de los seres humanos la familia es de una vital importancia; sin embargo, en algunas circunstancias la separación puede ser una medida necesaria, pues cuando la relación de la pareja se ha vuelto muy conflictiva y pueda ocasionar problemas en los hijos es de suma importancia pensar en la separación y es ahí donde viene el divorcio.
El divorcio del latín divortíum se define como la disolución del matrimonio ordenada por la autoridad judicial a pedido conjunto de ambos esposos o a solicitud de uno de ellos cuando exista un motivo que lo amerite. Separar, apartar personas que vivían en estrecha relación, o cosas que estaban o debían estar juntas (Dicc. Enciclopédico).
El divorcio es sin duda una experiencia dolorosa y muy costosa para todos los miembros de la familia desde cualquier punto de vista. Los hijos; sufren las consecuencias de un hecho que ellos no decidieron, los padres también sufren las consecuencias del divorcio sin embargo, éstas van a ser diferentes para el adulto que tomó la decisión y para el adulto que tuvo que aceptar el divorcio, sin que ésa fuera su primera opción. Motivo por el cual todos los integrantes de la familia se verán sometidos (Gómez y Weisz, 2005).
Pero para entenderlo mejor se debe primeramente definir matrimonio así bien es la unión de hombre y mujer concertada de por vida mediante determinados ritos o según la ley y/o las costumbres que confieren a las personas interesadas determinados derechos y obligaciones (Dicc. Enciclopédico).
Según Ruiz (2001) imaginarse un matrimonio perfecto es pensar que se vive con la persona adecuada, es querer ir en la misma dirección, que es compatible con las opiniones, con los valores emocionales, físicos, económicos y espirituales.
Cuando se decide contraer matrimonio se cree que la pareja ve el compromiso de la unión de la misma manera, pero sin embargo después de un tiempo de vivir juntos descubren que no es así, que la palabra compromiso diferencia mucho del significado que cada una de las partes tiene de él. Esto crea muchos conflictos y dudas dentro de la convivencia; creando desacuerdos, expectativas del matrimonio que no se llegan a consolidar originando frustración al no lograr lo que se imaginaba. (Ruiz, 1998).
Continuando con el tema de divorcio cabe mencionar que este fue creado como remedio social contra un matrimonio infeliz, pero en estos últimos años se ha visto que la pareja, los hijos y el medio en general tienden a considerar el divorcio como una experiencia extraordinariamente traumática.
Es común que al hablar de divorcio, siempre se considere la separación física de los padres y en pocas ocasiones se refiere el divorcio emocional que se da mucho antes de que físicamente se presente y, mucho menos, se atreven a decir cuáles son los sentimientos que se dan en los niños que sufren esta situación cuando sus padres continúan juntos pero a la vez separados.
El divorcio es un duelo y al mismo tiempo un proceso de cambios en toda la familia ya que implica una perdida inevitable que todos los miembros del sistema familiar deben enfrentar, es decir es un periodo de crisis y de cambio a los cuales cada miembro de la familia debe adaptarse.
El divorcio ocasiona una crisis, es decir:
“un estado temporal de trastorno y desorganización, caracterizado principalmente por la incapacidad del individuo para abordar situaciones particulares utilizando métodos acostumbrados para la solución de problemas, y por el potencial para obtener un resultado radicalmente positivo o negativo” (Slaikeu, 1996, p:56).
Cuando dos personas deciden separarse, ocurren una serie de hechos que suelen ser incómodos, y en medio de todas las cuestiones legales y de la vivencia emocional de cada miembro de la antigua pareja, existe otra situación a la que muchas veces no se le da la importancia suficiente y que requiere de un adecuado manejo para sobrellevarla, y es la vivencia que los hijos están teniendo ante la separación.
Los problemas emocionales o conductuales pueden presentarse antes o después del divorcio esto dependiendo de cómo los padres han ido llevando a cabo la separación, es importante que los padres traten de llevar una relación donde no se presente ira o rencor ante el hijo, debido a que la frecuencia del contacto con el padre no es primordial como la calidad que habrá entre la relación padre-hijo.
No se puede asegurar que le divorcio de los padres es causa de las conductas o problemas emocionales que el niño presenta, estos pueden estar reaccionando al conflicto que precedió a una disolución del matrimonio o algún otro factor.
Los conflictos matrimoniales dañan más a los niños que el divorcio, presentando el niño un mejor ajuste al crecer en un lugar armonioso con un solo padre que dentro de un ambiente de discordia , lucha y descontento.
Los niños que crecen en una atmósfera de enojo e ira por los padres suele ser agresivos, las niñas a ser aisladas y ansiosas, entre más expuestos estén más sensibles pueden volverse, sintiendo amenaza a su propia seguridad y la de su familia.
Cuando el divorcio comienza, el hijo siente aún más el desamparo: ahora sus padres lo colocan en el centro y en la mayoría de las ocasiones, uno u otro padre lo utilizan para dañarse; el niño no entiende porqué los padres discuten a cada rato; todo esto provoca en el hijo una serie de ideas que en muchas ocasiones lo llevan a sentirse humillado, triste, enojado, rencoroso; o simplemente apartado de todo, otra consecuencia que también suele suceder es que sus amigos comienzan a apartarse de él también ,porque se torna agresivo, intolerante, deprimido; ya no quiere jugar y si lo hace, siempre quiere ganar o no acepta que se equivoca.
El divorcio es una situación difícil y muy dolorosa para la pareja; pero es mucho peor para los hijos. Cuando los adultos se divorcian, pierden una relación, sus sueños, su identidad como familia y pareja, sus amigos, su vida económica, trabajo y actividades diarias se ven afectadas, sufren y generalmente se sienten atrapados en un caos emocional.
A los hijos les pasa lo mismo, pierden la cercanía física o emocional con uno o ambos padres, su identidad como familia, su estabilidad, su seguridad emocional, también se afecta su vida diaria, sus rutinas y su vida emocional está fuera de su control.
Sufren los padres y sufren los hijos, pero hay una gran diferencia; se dice que los padres tienen más cosas por las luchar para superar dicha situación; en cambio los hijos se encuentran mucho más limitados.
Cabe mencionar que la edad y madurez del niño influye mucho ,pues cuanto más pequeño es el niño, dispone de menos mecanismos para elaborar lo que está pasando y en consecuencia suelen aparecer manifestaciones a través del cuerpo como son las molestias abdominales, vómitos, dolores de cabeza, entre otras, y por otro lado cuando el niño es algo mayor puede sentirse la causa de dicha separación y, por tanto, sentir gran culpabilidad, dentro de esta suelen aparecer depresiones con fases más agresivas, repercusiones en el rendimiento escolar, o regresiones a edades anteriores.
En los meses que siguen al divorcio la mayoría de los niños experimenta problemas, especialmente desórdenes externos como conducta antisocial, agresiva, desobediencia, falta de autorregulación , baja responsabilidad social y logros, y en menor medida, ansiedad, depresión y problemas en las relaciones sociales.
Cuando llega el momento de la separación el niño busca una forma de escape ante las distintas emociones de amor y odio hacia los padres, es entonces que la ambivalencia que experimenta la transfiere al tomar un comportamiento agresivo en especial
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