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El lesbianismo


Enviado por   •  27 de Abril de 2014  •  Informes  •  1.868 Palabras (8 Páginas)  •  323 Visitas

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Pero La otra familia no sólo es sorprendente por su temática principal, sino por el sin fin de otras cuestiones que son retratadas en la cinta:

En primer lugar, el lesbianismo como otro tema tabú, que ha sido mostrado muy pocas veces en México. Si ver a dos hombres es conflicto para muchos, las mujeres se han mantenido en la oscuridad ante la vista cinematográfica. Sí, acaso, se ha hecho mención a la situación, pero rara vez se ha filmado a una pareja en forma. Aquí, además, sorprende gratamente la participación de Serradilla en la dupla.

Aunado a este punto, otro tema que apenas aparece en algunas películas, incluso norteamericanas, es la maternidad en parejas de mujeres. Varios son los problemas que enfrentan a la hora de tomar esta decisión, que van desde elegir quién será la que cargará al bebé, la selección del donante, el método de inseminación, entre otros. En esta película, además se toca -un poco a fuerzas- una perspectiva sobre el incesto.

También se habla sobre el tráfico de menores en el país y lo complicado, doloroso y largo que puede llegar a ser un proceso de adopción. Esto es también una llamada de atención para los sistemas burocráticos nacionalees con respecto a las alternativas para poder tener una familia. Por supuesto, lo anterior no sólo atañe a las parejas homosexuales, sino a toda clase de relaciones, en todos los niveles y estratos sociales.

Por último, se refiere a las drogas como un problema de adicción, dejando un poco de lado el asunto del narcotráfico. En la cinta se presenta esta situación desde una perspectiva personal, en donde llevar una vida farmacodependiente tiene consecuencias de diversas índoles, no sólo para el adicto, sino para quienes le rodean.

Loza se ha encargado de preparar una película que descubra una realidad que cada vez es más grande en México, pero que muchos se niegan a observar y/o aceptar. Al mismo tiempo ha decidido hacerlo con tiento y con una posición reivindicativa. Tal vez, para muchos sea una cinta incómoda, pero es posible que más de uno reflexione sobre lo que se vive en el mundo y sobre el valor que posee el ser humano por sí mismo, sin importar sus preferencias sexuales.

Al final, por sobre todas las cosas, esta película habla sobre el valor de la familia, el amor, la bondad y lo que sucede en la vida cuando un ser humano decide abrir su corazón y comenzar a vivir una vida en compañía.

Lo que sí ha quedado un poco exagerado es el mundo que ha tenido que crear el director para poder mostrar esta visión positiva y única, así como algunas de las formas que optó por utilizar para solucionar ciertos hilos de la historia. Loza ha tenido que recurrir a mostrar un mundo de "fantasía" que se ve permeado con algunas situaciones irreales, que aún parecen lejanas en el país. Se presenta, así, un contexto en el que la violencia no ataca a la pareja, en donde un sacerdote realiza una unión y en el que todo parece casi "color de rosa". Sin embargo, este panorama no estorba realmente a la cinta y resulta -hasta cierto punto- congruente con el mundo generado para la historia.

“La otra familia” no es una película para gays, sino una cinta sobre la diversidad sexual que simpatizantes y ajenos al tema no se pueden perder, una oportunidad para reflexionar qué papel juegan las personas homosexuales dentro de nuestra sociedad y una crítica al prejuicio motivado por la ignorancia”. (Anodis)

Estoy de acuerdo con este comentario en relación a la forma en que la cinta del director Gustavo Loza mueve a la reflexión. Ya es de reconocer que en el cine mexicano no se utilice, como en otros medios como la televisión, el tema homosexual como una moda o un recurso de morbo para ganar audiencia. La Otra Familia es una película inteligente, sensible, fuerte, atrevida, incluso, diría yo, de denuncia.

No es, desde mi punto de vista, una película que haga concesiones con nadie. Plantea la realidad de la pareja homoparental que desea adoptar a un niño (hijo de una drogadicta que lo tiene prácticamente abandonado), vista desde la óptica de diferentes “realidades” de nuestro país: las clases altas, la iglesia católica (a través de los ojos de un cura que, contrario a lo que se pudiera pensar, apoya a la pareja de homosexuales en su lucha por adoptar al niño de 8 años); los sirvientes de la casa de la pareja gay, otra pareja heterosexual que también desea adoptar al niño, etc.

Como lo dice, Laura Luz Morales, periodista de Vanguardia, “La Otra Familia” hace evidentes los terribles prejuicios de la sociedad mexicana con relación a las parejas gays (casados) y como estos se hacen todavía más fuertes cuando dicha pareja empieza a pensar en adoptar a un niño que vive en el abandono mientras su madre se pierde cada vez más en el mundo de las drogas olvidándose de él por semanas enteras.

La cinta no pretende mostrar un mundo gay idealizado, todo lo contrario, muestra como el asunto de la paternidad resulta tan complejo en el mundo de los matrimonios heterosexuales, como en el de las parejas de homosexuales o de lesbianas (la cinta también aborda el caso de una pareja de mujeres que intenta enfrentarse a la maternidad a través de la inseminación artificial pidiéndole al hermano homosexual de una de ellas que les done su esperma).

Loza, el director, junto con todo su equipo, nos ofrece una cinta que habla de manera directa, sin disfraces, de la forma en que aún en nuestros días, la sociedad en general sigue viendo con ojos de desconfianza, con una mente limitada, enjuiciadora, el que dos hombres o dos mujeres se puedan amar, desear tener una vida en común, vivir juntos, construir un futuro y, más grave todavía, adoptar o tener hijos.

Vemos como, sin importar se son los sirvientes de la casa, la cocinera y el jardinero (excelentemente interpretados por Carmen

Salinas y Silverio Palacios) u otras familias de clase alta, ven con sospecha que los dos hombres recién casados, tengan en su casa a un niño de 9 años.

Estos personajes no pueden aceptar que sea el buen corazón de la pareja lo que los impulsa a querer ser sus tutores, sino su deseo libidinoso, o sus impulsos pederastas los que los motivan a tenerlo bajo sus techo, proyectando, como suele suceder con la gente limitada de criterio que señala con el dedo a los otros como los malos mientras se escudan ellos mismos detrás de un halo de pureza ocultando sus verdaderos sentimientos y deseos.

la cinta refleja también que, la decisión de la maternidad o la paternidad, pude ser tan complicada como la de dos hombres buscando convertirse en padres. Uno de los“Protagonizada por Luis Roberto Guzmán y Jorge Salinas, la cinta pone voz y rostro al machismo, menosprecio y prejuicios que rodean las relaciones gays en su búsqueda de legitimidad e igualdad de derechos. Jean Paul (Salinas) y Chema (Guzmán) llevan diez años como pareja y su relación es como la de cualquier matrimonio (…). Su mundo da un giro radical cuando su amiga Ivana (Ana Serradilla), les pide que cuiden un tiempo a Hendrix (Bruno Loza), el hijo de una adicta a las drogas, Nina (Nailea Norvind), que además sufre el constante maltrato de su pareja, un “dealer” llamado Patrick (Andrés Almeida). La pareja homosexual acepta a regañadientes y con ayuda de sus empleados (Carmen Salina y Silverio Palacios), cuida al pequeño de siete años hasta que le gana el cariño, y comienza a pensar seriamente en adoptarlo”. (La Vanguardia)

Otra historia paralela de la cinta es la de Ivana y Gloria (Ana Soler), pareja de lesbianas que desean ser mamás a través de inseminación artificial y le piden al hermano (homosexual) de una de ellas, que sea el donante de esperma.

Por otro lado está el personaje de Dominika Paleta, Luisa y de Juan Ríos, Agustín unmatrimonio de clase alta, conservador, que enfrentan el dolor de la pérdida de un hijo y a quienes Patrick, el dealer amante de la Nina, la mujer drogadicta, les ofrecerles a Hendrix -el hijo de Nina- a cambio de una fuerte suma para pagar sus deudas de drogas.

“La película mexicana es atrevida pues aborda el tema que causó la mayor polémica hace más de un año en el debate por el matrimonio entre personas del mismo sexo: la adopción por parte de parejas homosexuales y lesbianas.

¿Cómo le explicas a un niño las relaciones entre dos hombres o dos mujeres? El filme de Gustavo Loza responde a la pregunta, rompe con los estigmas y da muestra que la verdad es el mejor camino para ello.

También evidencia la idea falsa de un daño en los menores que se enteran a temprana edad de la diversidad sexual y por el contrario plantea la necesidad que puede tener un niño por amor, sin importar la orientación sexual de quienes provenga.

De manera indirecta la cinta lleva a la comedia y al ridículo las expresiones de homofobia que arraiga nuestra sociedad, y logra

Otro acierto de la película es poner, del lado de la pareja gay, a un sacerdote (con visos de homosexual, aunque no explícitamente) director de una escuela particular para hijos de familias con recursos, que, sorprendentemente, está del lado de la pareja gay y los apoya a pesar de sus temores de tener que enfrentar los prejuicios de los padres de la escuela que dirige.

“La otra familia” no es una película para gays, sino una cinta sobre la diversidad sexual que simpatizantes y ajenos al tema no se pueden perder, una oportunidad para reflexionar qué papel juegan las personas homosexuales dentro de nuestra sociedad y una crítica al prejuicio motivado por la ignorancia. (Anodis)

Es alentador y digno de reconocimiento el valor para realizar una cinta con esta temática y la forma en que se aborda conociendo el riesgo que implica el mostrar de una manera directa el tema de los matrimonios gays y la adopción por parte de estos, a una sociedad tan conservadora, prejuiciosa y retrasada como es la nuestra a comparación de otras culturas en el mundo. Estamos aún muy lejos de alcanzar la madurez de otros países (en Europa, por ejemplo), pero el hecho de que Gustavo Loza corra este riesgo da esperanzas, por lo menos, de saber que hay directores valientes dispuestos a mostrar una realidad de manera equilibrada y no sólo él, sino todos los que estuvieron dispuestos a acompañarlos en la aventura: productores, actores, distribuidores, etc.

En horabuena, y que sea sólo el principio de una nueva realidad para nuestro país, pues buena falta nos hace aprender a vencer los prejuicios (la ignorancia) en cuanto a lo que es la orientación sexual de las personas. Ya que los que somos diferentes, merecemos el mismo respeto y derecho de los demás. No basta con ser tolerantes, debemos aceptar, reconocer, valorar que cada quien sea quien es para llegar a construir una sociedad equitativa, una cultura madura, que logre, por fin, dejar al lado tanto odio imbécil generado por el temor de aceptar que podamos y tenemos el derecho de ser diferentes y enriquecernos a través de nuestras diferencias.

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