En las trincheras de los incios

¡¡Buenas noches!! han sido muy interesantes todas las exposiciones que realizaron. Pensar qué significa estar listes, nos convoca a pensarnos en el “como si”, nos invita a imaginarnos habitando una función para la cual tanto hemos estudiando y que tan cerca están de ocupar.

Como dice Smud (2000), se encuentran en un tiempo en que están listes para obtener el tan ansiado título de licenciades. A partir de allí se inaugura un nuevo tiempo que será de construcción del rol del psicólogue. ¿Qué implica habitar una función de psicólogue? Veíamos con Pujó (s/f), que era importante tener presente tres espacios, diríamos para cuidar-nos; el análisis personal (someternos al método que practicamos), la formación teórica (en tanto “La teoría sirve para que el analista no sienta que delira” al decir que M. Mannoni, 1987), y la supervisión (como instancia de aprendizaje, de análisis de la posición que nosotros estamos ocupando en relación a ese paciente, porque somos sujetos de inconciente y sentimos).

Entonces la transferencia. Lo que nos perite analizarnos (Belichmar,2011). Como escuchábamos decir a Karothy (2018), “es una profesión imposible” ya que tenemos vedada la posibilidad de actuar ese lugar que nos propone el paciente. Freud, decía que no podemos ocupar el lugar ni del enamorado, ni del líder, ni del hipnotizador. Que no podemos restaurar, ni reparar nuestras heridas narcisistas con les pacientes (Calvo, 2020). “NO SE TRATA DE UNO, PERO SÍ ADVIRTIENDO LO QUE A UNO LE PASA” (Elder, N. s/f).  

Bleichmar (2011) lo sintetiza de esta manera:

“Hay pocos espacios en el mundo donde uno tiene derecho a decir todo; a tal punto que es un lugar donde si uno le dice a otro que tiene cara de mono, en lugar de recibir un mamporro, el otro le preguntara qué piensa de eso que dijo: es único en el mundo un espacio de estas características (p.495)”.

¿Qué hace el psicólogue? Alojamos el sufrimiento. Desde una posición ética que permita una acogida benevolente, al decir que Laplanche.

¿Qué significa estar listes? ¿listes… para qué? ¿Para habitar una función, un rol, una profesión? Somos agentes de salud mental, trabajamos con el principal fin de disminuir el sufrimiento de las personas ¿Cómo elegimos ocupar ese lugar? ¿Qué deseo nos habita para ocupar ese lugar? ¿el del basurero de la humanidad? Aquí la cuestión personal, que hace causa. Vale la pena preguntarnos por esa causa, que posibilite la valentía para adentrarnos en el juego de ajedrez y sostenernos en momentos de turbulencia. Turbulencias que abren la posibilidad del trabajo terapéutico. Trabajo que como dice Green, no va por autopista.

Resaltamos lo que expone Smud (2000) “el riesgo es quedarnos callados” sin posibilidad de pensar, paralizados, entonces, “escribir, supervisar, charlar con compañeros” aparecen como atajos.

Ya a la mitad del seminario, hemos podido preguntarnos los siguientes interrogante; “¿Puedo elegir a quien atender? O por ser recién recibide tengo que tomar todo lo que llegue?, ¿En función de qué elijo?”; “¿Todes son analizables o existen criterios de inalizabilidad?; “¿Con quien voy a supervisar?”, “¿Cómo tengo que manejar el encuadre?”, “¿Cuál es la diferencia entre la ética y la moral?”; “¿Se puede sostener un tratamiento en la gratuidad?, ¿Cómo lo plantearían para poder manejar la transferencia?”; “¿La transferencia es mera repetición de lo mismo?”,”¿Cómo puedo reducir el mal entendido en la comunicación al paciente?”, “¿Cómo enfrente el dicho del paciente que dice “hice lo que me dijiste”?; “¿La actitud del analista es siempre activa, pasiva u oscilante?”; “¿Dónde recide la importancia del sujeto supuesto saber?”.  

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