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Enfermedades Mentales Y Antipsiquiatría


Enviado por   •  28 de Marzo de 2012  •  4.140 Palabras (17 Páginas)  •  681 Visitas

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El tema de la locura ha estado presente a lo largo de la historia del ser humano; su concepto y definición han evolucionado de manera paralela a la evolución cultural y social que éste ha sufrido con el transcurrir de los siglos.

Hasta final del siglo XIX se designó con el término locura a un determinado comportamiento que rechazaba las normas sociales establecidas.

Lo que se interpretó como locura, por convenciones sociales, fue la desviación de la norma (del latín vulgar delirare, de lira ire, que significaba originalmente en la agricultura "desviado del surco recto"), por culpa de un desequilibrio mental, por el cual un hombre o una mujer padecía de delirios enfermizos, impropios del funcionamiento normal de la razón, que se identificaban por la realización de actos extraños y destructivos.

Los síntomas de ciertas enfermedades, como la epilepsia u otras disfunciones mentales, fueron también calificados de locura.

La locura ha sido abordada, a través del tiempo, desde puntos de vista filosóficos, religiosos-místicos y médicos. También podemos decir que el significado de este concepto ha variado de acuerdo al momento histórico y de la visión del mundo que ha imperado en las diferentes épocas.

En cada uno de ellos, el trato que recibe el loco es diferente; ya sea enalteciendo su locura, relacionándolo con la posesión demoníaca o aislándolo en asilos y hospitales para garantizar el orden social.

Estos diferentes pasajes en el tiempo dejan su huella en la cultura y en las representaciones sociales que se mantienen hasta nuestros días sobre la locura y que han generado temor y rechazo hacia la misma.

|Reseña histórica de la historia de la locura |

Existe una larga historia de la existencia de la locura y hay evidencia antropológica que así lo demuestra desde tiempos antiguos.

Los griegos fueron los primeros en estudiar las enfermedades mentales desde el punto de vista científico, separando el estudio de la mente y el de la religión. Los filósofos antiguos desarrollan varias teorías sobre el alma y sobre la doctrina del conocimiento. Consideraban que la locura era el resultado de la prevalencia de las pasiones sobre la razón.

Los griegos emplearon tres tratamientos psicológicos: inducción al sueño, la interpretación de los sueños y el diálogo con el paciente.

Aparecieron el s VI a.C. en Tesalia los templos de la salud de Asclepio, donde tras una ceremonia el paciente dormía hasta que el dios le visitaba en sueños. Se trataba de un uso terapéutico de los fenómenos oníricos.

Hipócrates (460-370 a.C.) fue denominado el padre de la medicina. Ubicó en el cerebro la capacidad para pensar, sentir o soñar. De la misma manera, fue el primero en describir y clasificar enfermedades como la epilepsia, la manía, paranoia, delirio tóxico, fobias e histeria. Postuló la doctrina de los temperamentos, que ha influido notablemente en las teorías que describen la conducta. Existen en el cuerpo 4 humores que se corresponden con 4 temperamentos: sangre (sanguíneo), flema (flemático), bilis amarilla (atrabilis), bilis negra (atrabiliario). Estas denominaciones del temperamento perduran hoy en día, incluso en el lenguaje popular.

Los romanos siguieron las filosofías griegas estoica y epicúrea, que postularon que las pasiones y deseos insatisfechos actúan sobre el alma produciendo enfermedades mentales, que pueden controlarse alcanzando un estado mental sin perturbaciones o ataraxia (de donde deriva el término ataráctico utilizado para los sedantes).

Celso (s. I d.C.) distingue enfermedades locales y generales, dentro de estas últimas incluyó las enfermedades mentales a las que llamó insanía, y que a su vez, las dividió en febriles (delirios) y no febriles (locura). Utilizó, para algunos casos leves, la musicoterapia como tratamiento de la locura, para otros consideró necesario el confinamiento y los procedimientos restrictivos (hambre, cadenas y grillos) para el control de la violencia, recomendando los sustos súbitos como tratamiento.

En la Mesopotamia los primeros médicos babilonios consideraban la locura como posesiones demoníacas y la trataban con métodos mágico-religiosos.

En Israel se restringió el campo de los médicos laicos por considerar a las enfermedades mentales como "enfermedades ocultas" que debían ser tratadas por expertos religiosos.

La Biblia describe la enfermedad mental de Saúl, que terminó en su suicidio, y se interpreta como causada por un espíritu maligno enviado por Dios. Existen también descripciones de probables excitaciones catatónicas y ataques epilépticos, que son atribuidos a posesiones demoníacas.

En la Edad Media la psiquiatría apareció con el nombre de demonología, ya que la Iglesia la excluyó de la medicina. [pic]Arnau de Vilanova (c.1.238 - 1.311) fue uno de los más prestigiosos médicos de su tiempo. Su controvertida personalidad y su extensa obra, en parte apócrifa, hacen de él un personaje curioso. Sus teorías aparecen a veces influídas por la astrología y por la magia. De esta manera, las enfermedades mentales fueron consideradas como posesiones demoníacas.

Durante este período, la medicina árabe floreció. Consiguieron rescatar algunos textos de los sabios de la Grecia clásica. Los principales médicos de esta cultura fueron:

Razés (865 - 925) describió ampliamente varias enfermedades mentales y alguna curación usando métodos psicoterapéuticos.

Avicena (980 - 1.037) médico persa, el máximo exponente de la medicina árabe. Su texto médico, conocido como "Canon", ha sido quizás el más influyente a lo largo de la historia de la medicina. En el Canon se ocupa de la locura, entre otras enfermedades psiquiátricas.

Maimonides (1.135 - 1.204) médico y filósofo de religión judía trata en su obra de aspectos de higiene mental.

En la Temprana Edad Media se crean hospitales para enfermos mentales, estos eran establecimientos especialmente destinados a ellos. Los precedentes los encontramos en Jerusalén (s. V d.C.), Fez y Bagdad (s. VIII), El Cairo (año 800) y en Siria, Damasco y Alepo (s. XIII).

Más tarde, en Europa Occidental, aparecen los sanatorios de Metz (año 1.100), Braunschweig (1.224), Bedlam (1.377) y Valencia (1.409). En la creación del Hospital de la Santa Creu de Barcelona (1.401) se estableció un departamento

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