Estados Mentales Para El Trabajo En Equipo

Estados mentales para el trabajo en equipo

La flexibilidad es fundamental a la hora de trabajar en grupo, ya que la diversidad de opiniones y visiones es inevitable y es necesario saber manejarlas e integrarlas para llegar a un acuerdo. A veces incluso hay que ceder. Sin embargo no todo el mundo funciona bien trabajando en equipo. Hay personas que prefieren trabajar por si solas para evitarse los desacuerdos y discordancias. Pero hay que tener en cuenta que “si quieres ir rápido, camina solo; pero si quieres llegar lejos, camina acompañado”

Actualmente en el “nuevo orden” (Krantz, 1995) los jefes y líderes delegan la toma de decisiones a los empleados, motivándolos y empoderándolos para que sean capaces de avanzar hacia las metas sin la necesidad de que aparezca el jefe, con figura de héroe, a solucionar los problemas y a ayudarlos a lograr los objetivos.

Frente a esta realidad, es que se distinguen distintos estados mentales de los miembros de una organización, unos más aptos que otros para sobrellevar el nuevo orden. Estos son el estado depresivo y el psicoparanoide.

El estado mental depresivo otorga la capacidad de conectarse con lo bueno y lo malo de realidad. Como vimos en clases, este estado permite una reflexión franca del entorno y de las situaciones que están ocurriendo. Al mismo tiempo son más flexibles frente a los cambios y tienen mayor capacidad de adaptación que los psicoparanoides, quienes por su parte prefieren la jerarquía del antiguo orden y su estado de ánimo les impide analizar la realidad con objetividad, y en cambio tienen una visión fantástica de ésta.

Es esta disposición mental un factor importante que separa a los miembros de una organización entre quienes pueden trabajar en equipo y quiénes no, ya que para lograrlo y que se consigan los resultados, se requiere ser capaz de aceptar la opinión de otros y de ser lo suficientemente flexible como para incorporarla a las propias visiones.

Con las clases hemos experimentado distintas realidades que pueden darse dentro del mundo de las organizaciones, que se relacionan con la ansiedad, la incertidumbre, la necesidad de orientación, la resistencia al cambio y otras emociones. Durante las sesiones se nos ha dirigido implícitamente a conectarnos con esos sentimientos de forma “incómoda”, ya que estamos a un grupo y en un formato de cátedra distinto a los anteriores.

De tales situaciones han surgido distintas reacciones individuales y colectivas, que finalmente se relacionan con la bibliografía propuesta y que pretenden educarnos a través de la experiencia, tal como lo sugiere el ciclo de Kolb (Vince, 1998) mostrándonos que dentro de las organizaciones esas situaciones también pueden ocurrir y que será labor nuestra sacar adelante la sesión, ya que el líder del nuevo orden nos delegará de antemano esa responsabilidad, sea cual sea el escenario.

...