FOBIA A LA OSCURIDAD

Caso 1:

Tratamiento de un caso de fobia a la oscuridad por medio de los padres.

La fobia a la oscuridad de Andrés

PSICOPATOLOGÍA INFANTIL Y ADOLESCENTE

1. ¿Qué le pasa a este niño y hasta qué punto puede ser problemático en su desarrollo?

        Andrés es un niño de 6 años y medio, es cariñoso, simpático y dócil. Además, goza de buena salud, práctica deporte, colabora en casa y es popular entre sus compañeros.

        Tiene dificultades en el aprendizaje de la lectura y escritura, debidas a la dislexia, para la cual acude a una clínica psicológica.

        Pero lo realmente preocupante de Andrés es su miedo a la oscuridad. Andrés pospone todo lo que puede la hora de acostarse. Duerme con la luz de la mesita encendida y con la puerta abierta del dormitorio, pero, aún así, la mayoría de las veces no consigue dormirse, porque le asustan los crujidos del parquet y sueña con monstruos terroríficos. Su madre se acuesta con él cuando tiene pesadillas. Por todos estos datos, el diagnóstico de Andrés sería el de fobia a la oscuridad.

        Esta fobia puede afectar al desarrollo de Andrés, pues puede verse afectada su seguridad, causada por la no superación de su miedo a la oscuridad. También, puede perjudicar a su autoestima, al darse cuenta de que sus compañeros no tienen ese miedo o ya lo han superado, o al no sentirse querido por sus padres por las constantes reprimendas a la hora de dormir. Por otro lado, puede perjudicar en su salud y en su rendimiento escolar, al no poder descansar bien y no estar en sus plenas facultades al día siguiente. Pero además, sus relaciones sociales también pueden verse afectadas, ya que Andrés no puede ir a dormir fuera de casa por su miedo a la oscuridad, actividad que realizan con frecuencia sus amigos.

1. Cómo se explica teóricamente el origen y el mantenimiento del problema.

        En el caso de Andrés el origen viene dado por la situación que vivió en el apartamento de la playa, coincidiendo con una época de pesadillas intensas, y también, a que a Andrés le gusta ver películas fantásticas, muchas veces, antes de irse a la cama.

        En el apartamento de la playa Andrés y su padre se fueron a dormir, transcurridos unos minutos, Andrés encendió la luz de la mesita de noche. El padre le apagaba la luz cada vez que la encendía, porque pensaba que su hijo quería seguir jugando. Su padre la apagaba cada vez que la encendía, razonando que era muy tarde y que al día siguiente tenían que madrugar. Al poco rato, la luz se volvía a encender, así que el padre decidió bajar los automáticos, pero Andrés, seguía dándole al interruptor muy nervioso. En ese momento, el padre se quedó satisfecho, al pensar que había enseñado a su hijo a no ser tan testarudo.

        El mantenimiento del problema se debe a que los padres en vez de enfrentar a Andrés al miedo gradualmente, lo evitan, dejándole la luz encendida, acostándose con él… etc. Esto produce en Andrés un estado de bienestar momentáneo, pero no le ayuda a superarlo, porque en la noche siguiente vuelve a suceder lo mismo.

1. ¿Qué técnicas de tratamiento se han usado y qué relación guardan con la explicación teórica del problema?

        La principal técnica es la del modelado simbólico, ya que a raíz de esta se realizan terapias de juego.

        El modelado simbólico, se encuentra dentro del modelo cognitivo, y consiste en leer historias en las que los personajes afrontan con éxito el miedo a la oscuridad. Esta técnica enseña a los niños modos de reaccionar más saludables, (Klingman 1988). A Andrés, en concreto, le dan el cuento “Tío Pies Ligeros”. En la historia, se asocian actividades y cosas agradables con situaciones de oscuridad para que Andrés aprenda a realizar asociaciones positivas que harán que la oscuridad cada vez le dé menos miedo.

        Al mismo tiempo, los padres leen el “Niño miedoso”, que es una guía para padres, donde se expone de modo didáctico las características y frecuencia de los miedos infantiles. Además, proporciona consejos útiles sobre el control de los estímulos, sugiriendo la manera más conveniente de disponer el dormitorio infantil y rutinas para acostar al niño.

        La madre mientras le lee a Andrés el cuento de “Tío Pies Ligeros”, le enseña a relajarse mediante ejercicios de tensión-distensión de los músculos de las extremidades y la cabeza con ayuda de una marioneta. Después, juntos, realizan ejercicios de respiración; y para finalizar, ayuda a Andrés a ejercitar la imaginación con escenas felices y lo abraza efusivamente. Una noche, además, le sorprendió con la granja de Playmobil, juguete muy querido por el niño.

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