Familia con un integrante mitómano

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“En el mundo actual existen gran variedad de psicopatologías, conductas anormales, desviadas o trastornadas, que forman parte ya de la vida común de las personas, de las culturas y sociedades, muchas personas han desarrollado psicopatologías sin darse cuenta, y sus conductas tristemente están completamente fuera del verdadero propósito para el cual fueron creados.

Una de las psicopatologías más aceptada inconscientemente en la actualidad es la mitomanía ya que en estos tiempos la mayoría, en mayor o menor medida, por acción o por omisión, mentimos.”^[1]

Bajo este contexto, la pregunta obligada es ¿por qué las personas mienten? o más bien ¿por qué mentimos?, desde mi personal punto de vista, y por la experiencia con las familias que durante mi vida he conocido y con las cuales he interactuado, puedo decir que desde nuestra infancia aprendemos a mentir primero por inducción de nuestros padres, el caso más clásico es cuando en la fiesta de cumpleaños del niño le dan un regalo que no le gusta y lo avienta, y los papas le cometan “¡dile a sutanito que su regalo te gusto mucho!”, los invitan a comer en casa de la abuelita o los tíos y la comida no les gustó a los niños y les mencionan “¡díganle a la abuela/tía que su comida estuvo riquísima!”.

Posteriormente ya con uso de razón se miente para evitar regaños de nuestros padres, para recibir premios o reconocimientos, decimos que nos comimos el lunch, aunque lo hubieras tirado; que no nos dejaron tarea, cuando no la hicimos; que la maestra me felicitó porque fui el primero en terminar el trabajo en clase, etc.

Si bien es cierto que, bajo ciertas circunstancias y sin causar daño a terceras personas, la mentira puede ser útil y, como lo hemos visto, es un comportamiento frecuente en nuestra sociedad; cuando en el actuar cotidiano la persona que recurre a la mentira en forma continua sin valorar las consecuencias, para sí y para los que lo rodean, con tal de disfrazar o distorsionar una realidad que considera inaceptable, imagina y siente cosas que no suceden realmente, se convierte en una psicopatía denominada mitomanía.

La mitomanía es un padecimiento serio que genera mucho sufrimiento, sobre todo a las personas que rodean al mitómano, ya sea la familia, la pareja, los hijos, los amigos y aquellos que pretendan trabajar con él o ella. 

La mayoría de las veces, el mitómano desmiente su propia enfermedad, por lo que enloquece a las personas que lo rodean quienes nunca saben si creerle o no, hasta que la situación termina por explotarle en la cara, dejándolo solo.

Existen dos tipos de mitomanías:

• Los mentiros compulsivos (mienten por mentir) y
• Los mentirosos patológicos (mienten por sacar un provecho económico, social, etc.).

Un mitómano, es una persona que miente en forma sistemática y la mayoría de sus mentiras son irracionales, porque no tienen ninguna razón para mentir, es decir, mienten en la mayoría de las veces, ante situaciones en las que no hay necesidad de hacerlo.

El mitómano suele ser narcisista, inseguro, egoísta, irresponsable, inmaduro, o todo ello a la vez, baja autoestima, deficiencias en habilidades sociales, y desconfianza en las personas y sus relaciones entre otros, encuentra que todos los medios son buenos para modificar la realidad: las mentiras, fábulas, simulación de enfermedades mentales y físicas, entre otras; algunos autores hablan incluso de que podrían existir cierta predisposición genética -aspecto todavía en controversia-.

El mitómano es muy sagaz, en un principio, puede que ni te enteres de su capacidad para engañarte, pero después puedes estar seguro de que confiar en esa persona será un reto que hará que la relación se deteriore bastante, incluso provocando que la misma llegue a su fin.

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Este es el caso, de la situación vivida por quien para los efectos de este trabajo llamaremos Compañera, este es su GENOGRAMA

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Compañera buenas tardes, antes que nada, quiero agradecerte la oportunidad que me das, así como la confianza al permitirme conocer un poco de tu vida privada y familiar, como acordamos no pondré tu nombre, Tú serás mi Compañera, y si no tienes inconveniente comenzare con hacerte algunas preguntas:

¿Me podrías comentar brevemente cómo ha sido tu vida desde la infancia?

R= Que te puedo decir Rafa, nací aquí en Guanajuato, mis padres desde que era muy pequeña se separaron, somos tres hermanos dos hombres y yo, me quedé a vivir con mi mamá, pasamos algunas necesidades, nunca fuimos ricos, pero no nos faltaba que comer, ni que vestir, estudié con mucho esfuerzo, ¿recuerda que en aquellos tiempos en la Facultad podíamos estudiar y trabajar?, en la mañana en la escuela, luego a trabajar y regresaba a la escuela, no tuve nunca novio, así que cuando me enamoré… me atonte toda, tuve dos hijos niño y niña, a los cuales adoro, él nunca se quiso casar pero nunca negó sus responsabilidades, me consiguió un muy buen trabajo, ganaba muy bien… y un día decidió irse… y me dejó con mis dos hijos…, al principio me las vi muy difícil pero pronto me acostumbre y nos organizamos ya mis hijos estaban en primaria y ya se iban y regresaban solos a la escuela, mi vida era muy tranquila y feliz, hasta que conocí a Roberto… Tú lo conociste siempre bien vestido, no era galán pero como hablaba de bonito y a mis hijos se les supo meter por buen lado, siempre les platicaba historias de su vida, de su trabajo a grado que ellos mismos me coquetearon que me casara con él, los tenía todos apantallados.

¿Y Tú Compañera, como lo veías?, ¿qué pensabas de Él?

R= Pues no te voy a decir mentiras, al principio yo estaba muy desconfiada, ya no quería yo tener ninguna relación, pero pues bueno uno como mujer siempre necesita de alguien y si de repente, se te aparece alguien que te trata bien y te habla bonito, y sobre todo que mis hijos lo veían bien¡¡¡, pues que le digo que sí…, pero le puse la condición que casados si no nada¡¡¡.

¿Y te casaste entonces?

R= Hummm¡¡¡… pues no, no me case…, no te voy a mentir, porque para todos, estábamos casados y así nos presentábamos, ¡¡a ti así te lo presenté!!, al principio yo estaba muy desconfiada, Él era representante de un laboratorio, cuando lo conocí, yo estaba en consulta con un doctor amigo, me había lastimado unos nervios y me estaba comentando de unos cintas especiales, pero que en el ISSSTE no las tenían, de repente le dijo a la enfermera, “¡Fíjate si todavía anda por ahí el todas las puedo, a ver si es cierto!”, salió ella y en seguida entró acompañada de él, bien vestido, se me hizo un poco retraído y mi amigo le dijo, “a ver tú que dices que consigues todo, necesito unas cintas, (no me acuerdo como se las nombró), para mi amiga, y que le enseñes a usarlas, esta es su dirección para que se las lleves, aunque se me hace que eres puro lengua”, así quedo ese día y al día siguiente cuando llegue de trabajar, ¡ya me estaba esperando¡, le dije que todo era broma de mi amigo pero que muchas gracias, le invite a tomar un vaso de agua y en tanto que nada mis hijos le sacaron plática, y les empezó a platicar de todos los lugares que conocía y sus aventuras y ellos emocionados, no sé cómo pero cuando menos pensé ya tenía puesta las cintas y me dijo que al día siguiente regresaría para revisarme y ahí empezó todo..

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