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GESTIÓN AMBIENTAL.

jolarteguiTesis15 de Septiembre de 2014

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INTRODUCCIÓN

Los riesgos ambientales constituyen, una nueva preocupación que debe estar presente en las decisiones de los empresarios y en los programas de imagen institucional de las empresas. La legislación ambiental se orientara como, ocurrió en otros escenarios, a sancionar severamente a las empresas que transgredan los padrones de calidad en sus descargas o que introduzcan modificaciones indeseadas en el medioambiente. Para la Empresa, entretanto, no se trata de solo de absorber las multas que pueden parecer, a primera vista irrisorias, con valores muchas veces desactualizados. Se trata también de enfrentar los riesgos, mucho mas graves de la interdicción, con el lucro cesante concurrente, así como la interdicción o inhabilitación definitiva de la instalación. Los riesgos ambientales constituyen una nueva preocupación que debe estar presente en las decisiones de los empresarios, en los programas de imagen institucional de las empresas, especialmente los riesgos de contaminación de comunidades vecinas a los implantes, que pueden asumir proporciones que exceden las previsiones más pesimistas, nombres antes prácticamente desconocidos y que se tornaron tristemente famosos en pocas horas, confirman ese temor: Seveso (Italia), Bhopal ( India ), Chernovyl (Rusia), Exon Valdes (Alaska) .

Las organizaciones tienen el reto de enfrentar una serie de desafíos relacionados con los cambios en los estilos de gestión, la satisfacción de los clientes y asimismo, la preservación del medio ambiente y el use correcto de los recursos ambientales. De ahí que la implantación, en las organizaciones, de sistemas de gestión ambiental eficaces, contribuye a mejorar su competitividad en el marco de la regionalización y globalización económica actuales.

Para ello, se requiere contar además del compromiso de la dirección de las organizaciones, con personal cualificado y motivado para montar esquemas de gestión y desempeño ambientales, que les permita a aquellas, poder acceder a certificaciones y reconocimientos externos de dichos sistemas.

1.1 GESTIÓN AMBIENTAL

Gestión ambiental un proceso permanente y continuo, orientado a administrar los intereses, expectativas y recursos relacionados con los objetivos de la Política Nacional del Ambiente y considerando su carácter transectorial, es que se colige que las autoridades públicas, como los sectores del gobierno nacional, los gobiernos regionales y los gobiernos locales, deben reorientar, integrar , estructurar , coordinar y supervisar sus competencias y responsabilidades ambientales bajo criterios, normas y directrices que la Autoridad Ambiental Nacional determine a los propósitos de armonizar y concordar las políticas, planes, programas y acciones públicas orientadas al desarrollo sostenible del país.

Implica la conservación de especies amenazadas, el aprovechamiento cinegético, el aprovechamiento piscícola ordenación forestal, la gestión industrial e, incluso, la gestión doméstica

Pretendiendo reducir al mínimo nuestras intrusiones e n los diversos ecosistemas, elevar al máximo; implica aprovechar los recursos de modo racional y rentable aplicando criterios de materia y energía. Las posibilidades de supervivencia de todas las formas de vida, Es un conjunto de acciones que realizan una población o comunidad para la conservación, defensa, protección y mejora del medio ambiente, tanto natural como artificial aquí un ejemplo:

La gestión de aquellos espacios protegidos por su valor natural se encuentra dentro de lo que podríamos definir como la acepción más pura de la gestión ambiental. Así, es labor encomendada a los gestores ambientales el cuidado y preservación de los espacios naturales y sus recursos biológicos y geológicos. La conservación de las especies amenazadas, la organización de los usos dentro de los espacios naturales, son objetivos de este tipo de gestión ambiental.

La gestión ambiental, en su más amplio sentido, es una herramienta fundamental para la consecución de este objetivo. Este sentido prioritario queda patente en el importante desarrollo habido en las últimas décadas en lo relativo a instrumentos legislativos (normas) y ejecutivos (administraciones) con esa función específica (por ejemplo, normativa sobre impacto ambiental y la creación de ministerios y consejerías de medio ambiente a nivel estatal y autonómico respectivamente).

1.1.1. Relación sociedad – naturaleza

La relación sociedad-naturaleza ha sido analizada con un criterio dicotómico, bajo la concepción del dualismo estructuralista, tanto por las ciencias sociales como por las ciencias naturales. La ecología tradicional ni siquiera considera al hombre como parte del ecosistema; la ecología humana, más actualizada, lo considera, pero como apéndice del mundo físico. Se confunde evolución biológica con historia de la humanidad. Los seres humanos siguen formando parte de lo biológico, pero se rigen por procesos distintos a los de la biología porque, en gran medida, han roto con las leyes de la evolución natural.

• Los escasos enólogos que han prestado atención al factor sociocultural lo han hecho en forma abstracta y atemporal, cuando en rigor debe ser estudiado en sociedades históricas concretas, porque las diferentes formaciones sociales han determinado un comportamiento distinto con relación a la naturaleza.

• No es lo mismo el papel de la economía, las clases sociales, el Estado, la cultura y la ideología en los modos de producción comunitario, asiático, esclavista y feudal que en el modo de producción comunal capitalista. La política económica del Estado contemporáneo ha promovido una ideología especial con relación al consumo energético. El estudio de los diferentes tipos de sociedades nos entrega información sobre la utilización de la energía, tecnología, consumo de calorías y combustibles fósiles, del empleo de la energía humana en la explotación del trabajo, del gasto de energía de los diferentes sistemas de transportes y sobre las agresiones del ambiente, expresadas, entre otras cosas, en el paulatino deterioro de los bosques, ríos y mares

• Según nuestro entender, el concepto de naturaleza no sólo ha sido mal interpretado por los epígonos del marxismo, sino también, y principalmente, por los partidarios del idealismo filosófico, quienes anteponen la idea de la materia, como si ésta no fuera preexistente al hombre.

• Por su parte, el positivismo -y su actual versión neopositivista- basado en el pensamiento decimonónico de progreso, ha considerado a la naturaleza como algo que debe ser “dominado” por el hombre. Su concepción antropocéntrica se remonta a Descartes, quien ya en el Discurso del método manifestó que podemos emplear los elementos de la naturaleza y “convertirnos así en señores y poseedores de la naturaleza”. Este afán de dominio de la naturaleza se fue acentuando en la sociedad industrial, convirtiéndose en ideología.

• La noción de progreso estuvo estrechamente vinculada con esta tendencia compulsiva al dominio de la naturaleza por “el rey de la creación”. La explotación pertinaz de la naturaleza ha comenzado a producir efectos alarmantes en la segunda mitad del presente siglo, a raíz del creciente deterioro ambiental y el agotamiento de los llamados “recursos naturales”. Ahora, dice Saint Marc, “la cuestión es dominar el dominio de la naturaleza”.

• El comportamiento depredador de la sociedad contemporánea respecto de la naturaleza es el resultado de un largo proceso que procuraremos analizar a través de las diferentes fases de nuestra historia americana.

• No cabe duda que uno de los temas más importantes que en la actualidad se discuten, tanto en foros internacionales como en círculos académicos y políticos, es el del medio ambiente. La inquietud por estos problemas conquistó su lugar en el debate público, limitándose básicamente a los problemas de la contaminación. Con esta visión restringida de la problemática ambiental se iniciaron las discusiones previas a la Conferencia de Estocolmo sobre el Medio Ambiente Humano (1972), entre cuyas actividades preparatorias fue de especial significado la reunión de Founex (Ginebra, 1971). Fue allí donde por primera vez se intentó establecer un vínculo entre medio ambiente y desarrollo.

• La pregunta que se planteaba en ese momento podría formularse en los siguientes términos: ¿son medio ambiente y desarrollo dos conceptos excluyentes?, ¿existe una dicotomía entre ambos? O más bien, ¿tiene que considerarse el medio ambiente como parte integral del desarrollo?

• De ser correctas las dos primeras formulaciones, nos enfrentan a una disyuntiva: la de elegir entre los objetivos del desarrollo o la meta de la protección y el mejoramiento del medio ambiente. En cambio, la tercera formulación asigna a la dimensión ambiental implicaciones socioeconómicas y políticas que obligan a reexaminar los conceptos de desarrollo y medio ambiente y su interrelación mutua.

• Por consiguiente, la aceptación de esta última postura --la que concibe el medio ambiente como parte integral del desarrollo-- plantea la necesidad de definir cómo y a través de qué elementos, estructuras, acciones y fenómenos se hace manifiesta la relación medio ambiente-sociedad-desarrollo.

• Uno de los logros más importantes de la Conferencia de Estocolmo fue justamente demostrar que las políticas aisladas o las medidas ad hoc, dirigidas a la solución parcial de los problemas ambientales, estaban destinadas al fracaso a largo plazo. Ello se ha hecho evidente en algunas de las llamadas crisis --por ejemplo, las de energía y alimentos--, en que las interrelaciones entre componentes ambientales

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