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Hombre De Los Lobos Freud


Enviado por   •  28 de Marzo de 2012  •  3.222 Palabras (13 Páginas)  •  1.581 Visitas

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“FROM THE HISTORY OF AN INFANTILE NEUROSIS”

(THE “WOLF- MAN”)

(1918b [1914])

HISTORIA DE UNA NEUROSIS INFANTIL (EL HOMBRE DE LOS LOBOS)

Acercamiento en la escena primaria en el corazón de una neurosis infantil

Es uno de los más largos tratamientos realizados por Freud.

Es la historia del análisis de un joven de 23 años que sufría de graves problemas psicológicos que se han considerado incurables, Freud consideró que, después de cuatro años y medio de análisis particularmente difícil, el paciente estaba completamente curado.

En su relato, Freud tiene poco que decir acerca de la transferencia, pero lo que él escribió a Ferenczi en el principio del análisis, dice mucho acerca de la violencia en la transferencia negativa con la que se enfrentó:

“Un acaudalado joven ruso, a quien estoy tratando de sentimientos compulsivos y apasionado del amor, me confesó, después de la primera sesión, las transferencias siguientes: estafador judío, usarme por detrás y la mierda en la cabeza "(Carta de Freud a Ferenczi, 13 de febrero 1910), Freud centra su narrativa principalmente en la neurosis infantil del paciente, su objetivo era demostrar, con la ayuda de este caso, el hecho de que las neurosis en la edad adulta se basan en una neurosis y sexualidad infantil, que juegan un papel decisivo.

Comienza con una visión general "de los protagonistas que jugaron un papel en una u otra de las muchas escenas de seducción dispersas en la infancia, estos traen a la mente del paciente, un sueño lleno de ansiedad fóbica, el famoso sueño de los lobos que él tuvo a los 4 años. Freud interpretó este sueño como una reactivación diferida de una escena primaria, que el paciente había sido testigo cuando tenía 18 meses de edad.

Para Freud, la escena primaria, tal como aparece en las fantasías inconscientes del niño, es el punto de partida de los trastornos que más tarde va a determinar la neurosis del joven en la edad adulta.

Freud pone de relieve el conflicto entre las tendencias femeninas pasivas del pequeño, que corresponde al complejo de Edipo invertido, y sus tendencias masculinas, que corresponde a la forma positiva o directa del complejo de Edipo.

“Los aspectos psicóticos de la personalidad de Serguei Constantinovitch, no permanecieron inactivos por mucho tiempo. Estos resurgieron en 1926, cuando tuvo un rompimiento hipocondríaco delirante, que pudo ser llevadero después de un análisis más profundo con Ruth Mack Brunswick, así recuperó su salud. Hasta el fin de su vida, sin embargo, Serguei Constantinovitch permanece identificado como “El famoso paciente de Freud” mejor conocido como el “Hombre de los Lobos”.

Su primer análisis con Freud

La enfermedad que lo llevó a consultar a Freud había empezado unos años antes: se había convertido en depresión después de una gonorrea, infección que contrae cuando tenía 18 años, Su depresión empeoró después del suicidio de su padre en 1906.

Freud comenzó inmediatamente el análisis en febrero de 1910, estando el paciente en cinco sesiones por semana. El tratamiento duró cuatro años y medio y en opinión de Freud, el paciente tuvo una recuperación completa. En 1926, después de una aguda paranoia Freud lo remitió con Ruth Mack Brunswick que era una de sus alumnas interesada en el estudio de la psicosis.

Los psiquiatras habían diagnosticado "demencia maníaco-depresivo" y habían juzgado al paciente incurable.

Freud piensa, a posteriori, que el paciente estaba sufriendo probablemente de una neurosis obsesiva, que había aparecido durante su infancia y desapareció cuando él tenía alrededor de 8 años de edad. Fue, por lo tanto, capaz de llevar una la vida bastante normal hasta los 18 años, momento en el que de nuevo se enfermó.

Las transformaciones sucesivas de una neurosis infantil

El primer incidente importante que impresionó a Freud fue un cambio brusco en el carácter del paciente cuando era un niño de 3 años y medio. Hasta entonces, había tenido muy buen carácter, pero se volvió irritable, violento e incluso sádico hacia las personas cercanas a él y hacia los animales. Este cambio coincidió con la llegada de una institutriz inglesa.

Cuando tenía 5 años, se llevó a cabo otra transformación: comenzó a desarrollar síntomas de ansiedad y las fobias - primero el temor de ser devorado por un lobo (un miedo que su hermana explotaba), entonces el temor a las orugas y de otros animales.

Una tercera transformación se llevó a cabo, cuando los síntomas fóbicos fueron reemplazados por las manifestaciones de una neurosis obsesiva de tipo religioso, con los rituales de la oración acompañada de pensamientos blasfemos. Sin embargo, estas obsesiones disminuyeron gradualmente en intensidad, en el momento en que él tenía 8 años, de modo que a partir de entonces podía llevar una vida prácticamente normal.

El efecto dominó de una escena de la seducción

El primer cambio en el carácter del niño había coincidido con la llegada de la institutriz inglesa. El paciente tuvo dos recuerdos que parecían confirmar la hipótesis de la seducción temprana. El primer recuerdo eran las amenazas verbales de la castración realizada por la institutriz, mientras que el segundo es sobre el juego sexual con su hermana, que jugaba con su pene. Freud analiza las consecuencias de estos dos eventos y concluye que el cambio en el carácter podría haber sido el resultado inmediato. El niño se alejó de su hermana, su primera seductora y se dirigió hacia Nanya, su niñera.

Un día, cuando estaba mostrando su pene, ella lo regañó y le dijo que los niños que hicieron ese tipo de cosas tienen una "herida" en ese lugar, amenaza que provocó el temor de que podría perder su pene.

La angustia de castración se intensificó cuando la idea le vino a la mente después de ver a su hermana y otra niña orinar sentadas y llega a la conclusión de que las niñas no tienen pene.

Sin embargo, el efecto dominó de la seducción inicial no terminó con la angustia de castración. Continuó teniendo un impacto persuasivo mayor, llevándolo a la regresión al estadio anal-sádico el cual ya estaba suficientemente desarrollado tanto genital como sexualmente para compensarse. Freud dibuja una pintura impresionante sobre la “actitud femenina pasiva” la cual adoptó el joven, asociada con su estado anal sádico. Adoptó

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