“Inteligencia Pedagógica: Las Características del Buen Docente”
Denia RojasTesina21 de Agosto de 2022
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UNIVERSIDAD INTERNACIONAL DE LA RIOJA
MAESTRÍA EN APRENDIZAJE, COGNICION Y DESARROLLO EDUCATIVO
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“Inteligencia Pedagógica: Las Características del Buen Docente”
T F M
Trabajo/Proyecto Final de Maestría
Denisse Rojas Castañeda
Director del TFM: Dra. Luz Adriana Martínez Sánchez
CDMX 2022
Índice
Introducción | 3 |
Delimitación del problema | 4 |
Justificación | 4 |
Objetivos | 5 |
Marco teórico
| 5 5 13 16 18 |
Consideraciones finales | 19 |
Referencias | 20 |
Introducción
Aprendizaje, según el Oxford Languaje, es la adquisición de conocimiento, especialmente aquel necesario para desarrollar o ejecutar un arte; a su vez es el proceso de asimilación de información y la adquisición de nuevos conocimientos, técnicas y habilidades, que nos permitan adaptarnos ante el medio y situaciones que vivimos. Se podría inferir por tanto que es constante y quizá infinito, y sin embargo lo medimos, a través de diferentes mecanismos como baterías, test, evaluaciones, y otros; siempre en busca de una mejora, un avance, un objetivo cercano al promedio o a un valor estándar al menos, generalmente basándonos en la capacidad del que aprende, pero sin una batería específica para aquel que enseña, sin parámetros estándar fijos o una guía del mínimo esperado.
¿Cuál es el estándar del docente?, ¿Cuáles son los parámetros que se deben medir para valorar la capacidad de enseñar? Y ¿A cuánto deben ascender para considerársele suficiente y excelente maestro?
En el sistema escolar, el docente sigue siendo el facilitador de conocimientos, por lo que su presencia o imagen debe ser de importancia en la adquisición de conocimientos de sus alumnos. El presente trabajo pretende la búsqueda de las características del mejor docente y en lo posible determinar aquellas medibles, estandarizables y perfeccionables, para cuantificar la capacidad de enseñanza y a la vez mejorar en la manera de lo posible dicha habilidad, probablemente hacer una aportación a la investigación de la denominada “inteligencia pedagógica”.
Esta información, se obtendrá abordando diferentes puntos de vista de múltiples autores a través de la historia, y en diferentes contextos, desde alumnado, colegas y personal externo, observaremos que existen características que pese al paso del tiempo siguen siendo propios del concepto y otras más, que con el tiempo han ido modificándose o ampliándose, dependiendo del grupo cuestionado o la percepción de diferentes poblaciones.
Delimitación del problema
Existen exámenes de admisión y de ascenso para docentes, basados en conocimientos, sin embargo la inteligencia de los niños y de cualquier persona se mide con baterías específicas, que nos dicen los niveles que presenta de determinada inteligencia; el presente trabajo pretende investigar aquellos factores medibles y físicos en especial, estandarizables, de la capacidad de enseñanza, aquellos que incrementan el nivel de “inteligencia pedagógica” que presenta el individuo considerado un buen docente.
La búsqueda se limitó a artículos referentes a las características observables de los mejores docentes en diversos niveles, siguiendo la línea de investigación en el desarrollo de la neurología educativa, específicamente en los procesos perceptivo-sensoriales (Luque, 2019) y se complementa con las estrategias actuales de evaluación docente.
Justificación
El cerebro aprende gracias a múltiples factores, sin embargo, depende casi en la totalidad de la capacidad de memoria que posea y esta a su vez de la cantidad de atención y de motivación que se tenga al momento de aprender, ambas cosas requieren de estímulos físicos; es más fácil aprender algo que nos gusta, que nos hace sentir bien (“de la vista nace el amor” y del oído y de todos los sentidos) que algo que sea desagradable o poco llamativo.
El docente del mundo actual “ya no es el portador del conocimiento y la verdad absoluta” (Rosemberg, 2011), se enfrenta a un mundo que ofrece infinita información atractiva, con tanta tecnología y estímulos constantes, a niños, jóvenes y adultos difíciles de impresionar y por tanto con poca atención a aquellos estímulos que no rebasen los que le brindan los medios de comunicación.
Investigar las características medibles y perfeccionables, de los considerados “mejores maestros”, pretende mejorar el impacto del aprendizaje en los alumnos.
Objetivos
General:
- Conocer las características del individuo considerado un buen docente y/o con mayor impacto en los alumnos.
Específicos:
- Investigar si dichas características ya son evaluadas en los sistemas tradicionales de evaluación docente.
- Relacionar estas características con prácticas a realizar en los docentes, con finalidad de apoyar su labor y la apreciación del alumno.
Marco Teórico
- El buen docente:
Para los fines de la presente investigación, un buen docente es aquel que logra que su alumno aprenda más, de forma asertiva, aquel que obtenga el mayor conocimiento, o aprendizaje de su alumno, pese aún a las características mismas del alumno. Según Howard Gardner (2016): “aquel con la facultad de enseñar conductas y habilidades a otra persona”.
Desde 1976, González García afirmaba que no estaba en duda que muchos y destacados maestros, habían nacido con las cualidades apropiadas para la docencia, pero que era absolutamente evidente y cada vez más cierto, que los buenos maestros pueden hacerse, con la práctica de métodos adecuados para conseguirlo (Ucar, 1988).
Intentar averiguar cuáles son las características personales del docente no es nuevo, desde 1970 estudios de KOUNIN (Ucar 1988) enfocó su estudio al análisis del docente desde su ambiente educativo, asegurando que sus comportamientos dependerían más de dicho ambiente que de la expresión de sus cualidades personales, desde su punto de vista, el buen docente sería aquel capaz de hallar la respuesta más adecuada a la situación en la que se viera involucrado en su salón de clases.
Cada investigador ha tenido sus propias características, de acuerdo con lo investigado, del buen maestro, por ejemplo:
Ucar Martínez (1988) plantea que los requisitos para ser un buen maestro lo determinan los testimonios de actividades (actitudes sociales, interés en los alumnos, responsabilidades asociativas y actividades educativas diarias) y las capacidades de resistencia moral y física del individuo (personas fuertes psicológica y moralmente, con disponibilidad, capacidad de análisis y claridad, experencialmente equilibrados y con importantes aptitudes para la interrelación social). Y que dependerá también del nivel a enseñar, ya que la escuela primaria funciona mejor con un estilo cálido y acogedor, mientras que en la secundaria debe ser creativo y en universidad de tipo dinámico.
En los cuadernos de pedagogía (Feito, 2004), más que a manera de investigación (a precepción de la autora), de análisis y protesta, concluyen que el docente vive al margen de condiciones laborales inseguras, exigentes y continuamente variables, donde sólo se le reconoce cuando avanza en los niveles de dirección o inspección, dejando el aula. Considera entonces que el buen docente es aquel asume la tarea de compensar las desigualdades culturales y pone de relevancia la cultura de su entorno.
Canestrari y Marlowe (2004), citados por Corona (2008), mencionan que Traina (s.f) analizó autobiografías de personajes americanos del siglo XIX y XX, prominentes en diferentes áreas sociales, económicas, geográficas, religiosas; donde describieran las características de los mejores maestros en su vida académica, destacando 3: competencia en la materia, preocupación profunda por sus estudiantes y su éxito y su carácter distintivo.
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