Inteligencia emocional y autoestima

Problema de investigación

La adolescencia es la transición de la infancia a la edad adulta. Se trata de una profunda transformación física y psicológica para la mayoría de los jóvenes, estos cambios tienen escasas repercusiones en su desarrollo individual y social, sin embargo, para algunos, estos cambios pueden dar lugar a graves comportamientos y problemas como el abuso de sustancias en la adolescencia, trastornos alimentarios, trastornos del comportamiento, depresión, ideación suicida, etc., la violencia y el comportamiento agresivo tienen consecuencias no sólo para el desarrollo del adolescente agresor, sino también para la salud física, el bienestar emocional y el rendimiento académico de las víctimas (Morente, Guie, Castillas y Escoda, 2017). Por ello, es primordial que el adolescente tenga una alta autoestima como bace de su desarrollo fundamental.

Aunque es una preocupación mundial que los adolescentes sean cada vez más agresivos y violentos, el Plan Internacional (UNESCO, 2017) estima que 246 millones de niños y adolescentes de todo el mundo pueden ser víctimas de la violencia tanto dentro de sus hogares como cerca de sus escuelas. El Perú no es inmune a este problema. Según una encuesta realizada por el INEI en colaboración con el Ministerio de la Mujer, el 74% de los adolescentes de 12 a 17 años fueron víctimas de violencia psicológica o física cometida por sus compañeros en sus colegios (2020).

Como profesional de la salud mental implicado en la atención psicosocial de los pacientes, el psicólogo se encuentra con frecuencia tanto con las víctimas como con los autores de conductas agresivas. Encontrar los factores que más influyen en estos comportamientos parece crucial en este escenario.

Aunque los factores pueden ser numerosos, como biológicos, sociales y/o ambientales, hace tiempo que se estableció que la baja autoestima es uno de los determinantes más importantes del comportamiento agresivo (Araoz, Ramos, Uchasara, y Araoz, 2021). Por el contrario, el término "alta autoestima" ha adquirido una connotación muy positiva, y la gente empieza a reconocer que es posible tener un lado indestructible, pero los términos arrogancia, vanidad, egoísmo y narcisismo tienen connotaciones menos favorables, a pesar de conllevar el mismo significado denotativo que la alta autoestima. Las investigaciones sobre la relación entre autoestima y agresividad han arrojado resultados contradictorios.

La autoestima es un componente clave del comportamiento humano, es la forma de conocerse, aceptarse y apreciarse como persona (Harter, 1998). Este sentimiento de autoestima también tiene que ver con las percepciones o impresiones que los demás tienen de la persona. Según Verlaan et al., las chicas son más sensibles a las opiniones de los demás y a las relaciones interpersonales, valoran el apoyo mutuo, el intercambio de confianza y la intimidación, en consecuencia, los conflictos y el comportamiento agresivo en las niñas suelen estar provocados por rumores, la revelación de secretos, la lealtad y la exclusión social (2010).

Frente a ello, surge la motivación de estudiar la relación entre la autoestima y la conducta agresiva en estudiantes varones de quinto grado de primaria a quito grado de secundaria de un colegio estatal en el distrito de Yanahuara de la ciudad de Arequipa.

Pregunta de investigación

¿Cuál es la relación entre la autoestima y la conducta agresiva en estudiantes varones de quinto grado de primaria a quito grado de secundaria de un colegio Estatal en el Distrito de Yanahuara, Arequipa, 2022?

Objetivos de investigación

Objetivo general

• Determinar la relación entre la autoestima y la conducta agresiva en estudiantes varones de quinto grado de primaria a quinto grado de secundaria de un colegio Estatal en el Distrito de Yanahuara, Arequipa, 2022.

Objetivos específicos

• Identificar el nivel de autoestima en estudiantes varones de quinto grado de primaria a quinto grado secundaria de un colegio Estatal en el Distrito de Yanahuara, Arequipa, 2022
• Conocer la conducta agresiva en estudiantes varones de quinto grado de primaria a quito grado de secundaria de un colegio Estatal en el Distrito de Yanahuara, Arequipa, 2022

• Determinar la relación entre las dimensiones de autoestima y agresividad en estudiantes varones de quinto grado de primaria a quinto grado de secundaria de un colegio Estatal en el Distrito de Yanahuara, Arequipa, 2022

Justificación

El aporte de la presente investigación nos ha permitido no sólo identificar la naturaleza de la agresividad en los estudiantes, sino también identificar la autoestima como un factor relacionado con la conducta agresiva, lo cual, gracias a la revisión de la literatura científica, nos ha permitido tener una mejor comprensión del fenómeno para que a raíz de los resultados encontrados y a futuro, los psicólogos puedan realizar un manejo adecuado en sus funciones dentro de las instituciones educativas.

Es significativo a nivel teórico porque diferentes estudios han examinado las evidencias empíricas, teorías y conclusiones sobre la relación entre la autoestima y agresividad en estudiantes adolescentes, revelando un problema actual y presente en las instituciones educativas, permitiendo comprender mejor las causas, comportamientos y factores de la agresividad, implicando una contribución significativa a la educación.

El problema de salud psicosocial que suponen la agresividad y la violencia da lugar a muchos problemas en las instituciones educativas, como el acoso escolar y sus efectos en los alumnos que se convierten en víctimas de depresión, abandono escolar, pensamientos suicidas, entre otros. Frente a ello, el presente trabajo de investigación adquiere importancia practica de forma indirecta, debido a que los hallazgos producto del análisis en el presente estudio le permitirán a las autoridades competentes de la institución educativa, elaborar estrategias de prevención y promoción mediante diferentes herramientas de acuerdo a sus recursos.

Finalmente, la contribución metodológica en este estudio es el análisis factorial de la relación entre la autoestima y los múltiples aspectos de la conducta agresiva mediante los instrumentos empleados, los cuales cuentan con validez y fiabilidad para que futuros investigadores puedan disponer de información más confiable.

Estado del arte

La Comisión Californiana para la Promoción de la Autoestima y la Responsabilidad Social, a través del estudio de Monbourquette llegó a la conclusión de que uno de los mayores conflictos se produce cuando una persona no reconoce su falta de una autoestima adecuada, atribuyendo estos conflictos a otros factores, como la inadecuada formación, promoción y prevención en este ámbito, lo que permite atenuar el problema entre los adolescentes (2004). Por lo tanto, es fundamental tener en cuenta el problema de una baja autoestima en los adolescentes, ya que representa un importante desafío para la sociedad.

En el ámbito internacional, Gualoto, investigó la autoestima y su relación con la agresividad en adolescentes de 14 a 17 años que cursaban entre primero y tercero de Bachillerato, empleando como instrumento el Inventario de Autoestima de Coopersmith y el Cuestionario de Agresión de Buss y Perry para la recolección de datos, concluyendo que la autoestima y la agresividad están inversamente correlacionadas, con mayores niveles de autoestima en adolescentes que resultan en menores niveles de agresividad y viceversa (2020). (Gualoto, 2020; Méndez y Baldeón, 2015). Utilizando los mismos instrumentos de medición, Narváez examinó la relación entre autoestima y agresividad en alumnos de 11 y 12 años matriculados en octavo grado de un colegio de Guayaquil, llegando a la conclusión de que en su muestra no existía correlación entre las variables de estudio. (2020).

Esta comparación nos llevaría a pensar que la edad es un factor importante para tener en cuenta a la hora de realizar una investigación con las presentes variables de estudio, dado que, en América Latina el tema de la agresividad en los adolescentes de mediana y tardía edad con edades comprendidas entre los 15 y los 18 años ha generado una gran preocupación entre la comunidad científica, debido a que numerosos estudios han demostrado que aproximadamente el 49% de los estudiantes de este grupo de edad, refirió haber sido víctima de agresiones por parte de algún compañero en algún momento de sus etapas escolares (Gualoto, 2020) a diferencia de los adolescentes que tienen entre 12 y 14 años (Pacheco, et al., 2020; Méndez y Baldeón, 2015).

Por otro lado, respecto a la autoestima y su relación con otras variables, Pérez, et al., analizaron la autoestima y su relación con los estilos de crianza y el desajuste personal en adolescentes españoles de 12 a 17 años, donde para describir los resultados emplearon la escala de hostilidad del Cuestionario de Evaluación de la Personalidad para medir la agresividad, la escala de Calidez/Afecto (WAS), para los estilos parentales, la Escala de Autoestima Multidimensional para medir el autoestima y el Cuestionario de Evaluación de la Personalidad (PAQ) para medir el desajuste personal (2020). Donde de acuerdo con los resultados, se demostró que la calidez de los padres para con sus hijos resultaba beneficiosa frente al comportamiento agresivo de los menores, así mismo, que la falta de esta calidez se relacionaba con un desajuste y competencia deficiente en el menor, finalmente, los autores demostraron la existencia de la relación entre la crianza negligente y autoritaria asociada con niveles bajos de autoestima y un mayor desajuste psicológico en los adolescentes de la muestra (Pérez, et al., 2020). En la misma línea de investigación, los autores, Estévez, Jiménez y Moreno emplearon el Cuestionario de Evaluación de la Personalidad (PAQ) y la Escala de Autoestima Multidimensional, describiendo que, en relación con el ajuste personal, la conducta agresiva predijo significativamente en ambos sexos, con puntuaciones altas en depresión, estrés percibido y soledad, por otro lado, puntuaciones bajas en autoestima, satisfacción vital y empatía, y finalmente puntuaciones bajas en implicación académica, afiliación con los compañeros, percepción de apoyo del profesor y actitud positiva. (2017).

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