Interacciones tempranas

TRABAJO PRÁCTICO Nº1

Interacciones tempranas

BOSCARDINI CORINA GISELLE

INSTITUTO MONSEÑOR RASPANTI

PSICOLOGÍA DEL DESARROLLO

BUENOS AIRES

2021

Trabajo práctico Nº1

Valiéndose de la bibliografía vista durante la cursada explique la importancia de las interacciones tempranas en el desarrollo del individuo

Para poder explicar la importancia debo empezar explicando qué son las interacciones tempranas y como va evolucionando la psiquis de un ser humano.

Podemos decir que los seres humanos interactuamos continuamente con objetos y sujetos, porque somos seres sociales, y se llama “tempranas” porque al nacer somos seres inmaduros y vamos a depender de un otro para sobrevivir y formarnos como seres subjetivos.

El ser humano no nace con el aparato psíquico desarrollado sino que se va construyendo evolutivamente y la forma en que evolucione va a depender del ambiente en el que el recién nacido se desarrolle. En un ambiente ideal existe una relación madre-hijo que va a ser la base en la que se va a ir apoyando y evolucionando este aparato psíquico sin perturbaciones.

El ser humano al nacer es un ser caótico, explicándolo en palabras de Freud el RN es puramente “ELLO”, un reservorio libidinal donde el deseo puja todo el tiempo por la satisfacción.

En esta relación ideal madre-hijo ella cumple la función de satisfacer estos deseos, la importancia de la madre no es solo darle de comer y cambiarlo, sino todo lo que  le brinda cuando satisface sus necesidades fisiológicas. El bebé nace con las funciones sensitivas más desarrolladas que las motrices y ese primer contacto de afecto (el abrazarlo cuando le da de comer o lo arrulla, el cantarle o hablarle, el acariciarlo) va a marcar las bases para sus relaciones futuras porque todas estas acciones de la madre dejan huellas llamadas huellas mnémicas.

Spitz ya en 1950 hizo una investigación demostrando los terribles resultados que pueden sufrir los niños sin la presencia del afecto cálido de alguien que cumpla la función maternal, la investigación se basó en los niños huérfanos que quedaban en orfanatos dónde no se los maltrataba pero solo se les cubrían las necesidades básicas, comenzó a notar que los niños tenían llantos monótonos, como no llamando a nadie, y muchos dejaban de comer por lo que morían.

Este afecto, cariño que ofrece el rol maternal es necesario para la salud psíquica del sujeto, este sentirse único, pues la madre para cuidar al recién nacido tiene que dejar de lado muchas cosas y dedicar gran parte de su tiempo a él ( a este estado de la persona que cumple el rol materno Winnicott lo llama “preocupación materna primaria”), el bebé no entiende que la persona que lo cuida es un otro, él vive en un estado de omnipotencia en el que desea y ese deseo se cumple, el pecho de la madre o la persona que cumple el rol maternal es parte de él, no sabe todavía que existe otro, un no yo.

A esta etapa se la denomina “El yo placer purificado” Green manifiesta que esta etapa es un momento necesario en la constitución de individuo, es necesario ocupar ese lugar único, va a cumplir una base para su autoestima.

Winnicott habla de la importancia del acompañamiento materno en la transición que tiene hacer el bebé entre la omnipotencia o principio de placer hacia el principio de realidad. Llamó “relación materna primaria” al momento en que la madre va tomando como prioridad los cuidados del RN. A las madres que entran en esta relación materna primaria las denominó “MADRE SUFICIENTEMENTE BUENA”

Winnicott dice que una vez transitado el período de omnipotencia del bebé la madre tiene como tarea ir desilusionándolo gradualmente de modo que comience a tolerando pequeñas frustraciones breves y así ir aumentándolas, de este modo el niño gradualmente va creando sus propios recursos para cubrir esta falta de satisfacción y así ir preparando el terreno para el destete que es uno de los momentos más importantes que lo va a ayudar a introducirse aún más al principio de realidad reconociendo que existen ciertos límites que le ponen un freno a su necesidad de placer.

También expresa el autor que en el caso de que ésta desilusión gradual no pase y la madre sigue alimentando esta sensación de omnipotencia el bebé no consigue experimentar la realidad exterior.

O sea, los fallos en dicha función materna pueden incrementar la sensación de desintegración. Cuando no hay un hacer suficientemente bueno, el infante es incapaz de iniciar la maduración del yo, o bien el desarrollo del yo queda necesariamente distorsionado en aspectos vitales.

Bowldy en su teoría del apego también marca la importancia de esta relación de interjuego con la figura materna, dice que es una necesidad biológica.

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