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LA ENFERMEDAD DE ALZHEIMER Y LOS EFECTOS PSICOSOCIALES DE LA CONVIVENCIA FAMILIAR


Enviado por   •  4 de Enero de 2015  •  4.723 Palabras (19 Páginas)  •  247 Visitas

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INTRODUCCIÓN

Según la Organización Mundial De La Salud (2010), actualmente una de cada 1.000 personas mayores de 65 años podría padecer la enfermedad, proporción que aumentan progresivamente con la edad. A los 75 años, sería uno de cada 100 y uno de cada 10, a partir de los 80. En el 2025 se duplicará el número de enfermos” Organización Mundial de la Salud (2006: 8). En consecuencia, este problema de salud mental, ha tomado características que requieren extremar las medidas para el diagnóstico precoz y tratamiento de la patología, a fin de lograr minimizar los índices cada vez más elevados de personas que presentan este problema de salud.

En América Latina, la situación es similar al resto del Mundo. Al respecto Ramírez, A; (2010: 24), refiere que “alrededor de 1 de cada 100 personas, suele presentar problemas de demencia senil. Alrededor de 20 a 40% de los pacientes con este problema son personas en edades comprendidas entre 60 y 80 años, de los cuales, el 30% presenta mal de Alzheimer.” (Estos registros, evidencian que la salud mental constituye un problema de salud pública importante en los países latinoamericanos, pues la incidencia de estas enfermedades ha aumentado considerablemente.

La situación en Venezuela, no se aleja de la realidad anteriormente planteada, en la actualidad esta situación ha sido motivo de preocupación para los profesionales de la salud, entre ellos: Enfermeras, Psiquiatras, Psicólogos, Neurólogos, Trabajadores Sociales, Orientadores, entre otros. La Fundación Alzheimer Venezuela (2010) presenta estadísticas que indican que: “Cerca de 100 mil venezolanos mayores de 65 años padecen del mal de Alzheimer”, sin embargo, debe destacarse que existen sub registros de casos no reportados, por lo que estas estadísticas, se considera que las cifras pueden ser mayores. Muchas de ellas nunca acuden a un centro de salud, lo que ocasiona que estas personas no estén recibiendo tratamiento médico. El manejo de la persona con Alzheimer, es una tarea compleja, ya que en los últimos estudios se ha comprobado que al mantenerse estos pacientes con el grupo familiar, resulta más beneficioso para el control de la enfermedad.

En el estado Carabobo, esta enfermedad se ha puesto de manifiesto en los registros de hospitales desde el año 2009; es así como, en la Consulta de Medicina Interna de los centros de salud se atiende un 3 de cada cien (100) personas mayores de 50 años que presentan aparentemente esta patología.

La perdida de la memoria en acontecimientos recientes, confunden a los familiares por los sutiles cambios, los cuales empiezan a entorpecer las enfermedades habituales del paciente. A medida que progresa la enfermedad el paciente es una persona extremadamente dependiente y esto exige una creciente supervisión para prevenir accidentes y dedicación para la satisfacción de sus necesidades básicas. De tal manera, que el vivir con un enfermo con la Enfermedad de Alzheimer constituye un conjunto de experiencias y vivencias para los cuales la mayoría de las familias tienen poca preparación y casi nunca lo anticipan.

Muchos de los familiares de estos pacientes desconocen los cambios psicológicos conductuales que ocurren en la persona afectada por la enfermedad de Alzheimer, y la necesidad que tienen estas personas de recibir apoyo en el hogar a medida que la enfermedad empeora. La familia constituye el principal recurso de cuidado para un enfermo de Mal de Alzheirmer, por lo que el cuidador requiere información, educación, asesoramiento y apoyo para ayudarlos a entender la problemática del paciente que está bajo su responsabilidad, en primer lugar, promover la rehabilitación del paciente y en segundo lugar, mejorar la calidad de vida del enfermo y de la propia familia.

No obstante, el cuidado de los enfermos no se debe considerar un problema, sino una responsabilidad a planificar por todos y cada uno de los miembros de la familia, con la finalidad de ocuparse de sus necesidades personales donde la responsabilidad no recaiga sobre una misma persona.

Comprender las dificultades comunicativas experimentadas por las personas que padecen de Alzheimer, así como el estrés y el sufrimiento de los cuidadores, y establecer líneas de comunicación que creen cooperación y confianza mutua, deben primar en esta relación especial. La relación tan estrecha que se debe establecer con la familia y los cuidadores, la diferencia, de la que se establece con otro tipo de pacientes. Si se logra se reducirán los riesgos psíquicos (sentimientos de soledad, ansiedad, depresión, culpabilidad, disminución de la autoestima, entre otros) y los riesgos físicos propios del esfuerzo e incluso de la agresión del demente, que tanto influyen en su calidad de vida. En el marco de esta relación adecuada, puede lograrse además, que el paciente se mantenga durante el mayor tiempo posible en su medio familiar y social, evitando así la internación temprana.

En este orden de ideas, Algado, T; Basterra, A y Garrigóz, I (2010:10-13) refiere que las necesidades de una familia que tiene a su cargo una persona con Alzheimer no son solo económicas. La familia necesita un apoyo moral y en muchos casos asesoramiento sobre los recursos que existen para el cuidado de estas personas. Es por ello, que recomiendan llevar a cabo algunas acciones según las diferentes etapas de la enfermedad. Entre ellas, se encuentran:

Aunque los familiares tengan los recursos para mantener a los pacientes de la Enfermedad de Alzheimer en la casa durante las etapas posteriores de la enfermedad, la ayuda externa sigue siendo esencial. Es importante que los familiares reciban orientación y apoyo para ellos mismos también. En las etapas finales, los pacientes de la Enfermedad de Alzheimer necesitan 24 horas de atención diaria.

Es por ello, que se realizará un estudio a familias que conviven con 23 pacientes con Alzheimer que acudieron a la Consulta de Salud Mental en el período comprendido entre Octubre 2010 y Marzo 2011, en el Ambulatorio Urbano El Socorro , a fin de brindar estrategias de intervención dirigidas a facilitar la labor de la familia en cuanto al manejo y cuidado del enfermo a través, de planes de trabajo, además de orientar a loa familiares sobre la importancia de compartir el cuidado, participar en grupos de apoyo, solicitar ayuda a instituciones especializadas, planificar actividades para el paciente, entre otros aspectos necesarios para evitar la sobrecarga física y psicológica que implica la atención del familiar con el paciente de Alzheimer.

Este estudio tiene relevancia práctica debido a los beneficios que aporta la

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