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La Evaluacion


Enviado por   •  27 de Septiembre de 2013  •  711 Palabras (3 Páginas)  •  197 Visitas

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Antecedentes

Durante los últimos 40 años del siglo XIX, con la restauración de la República se produjo en México un gran cambio de lo que entonces se llamaba la instrucción moral (moral y urbanidad) de los niños y las niñas, jóvenes y, también, de los maestros y maestras. Este cambio obedecía a una idea: para tener una Nación libre y soberana y cuidar del más alto bien común, la República, los ciudadanos debían aprender los hábitos y las costumbres morales necesarios y convivir en un orden político de libertades y de respeto.

Así, para finales del siglo XIX la escuela dejó de ser el lugar donde se aprendían religión, letras y aritmética para transformarse en una “ciudad escolar”, una “república escolar”, en la que cualquiera podía ser electo para desempeñar cargos de “gobierno”, de “juez” o de “policía”: los valores cívicos y las prácticas democráticas se enseñaron a través de juegos y de la imitación de las formas republicanas de gobierno (basadas en que cada individuo tendría iguales derechos y obligaciones ante la sociedad). Fue entonces cuando comenzaron algunas de las ceremonias cívicas que hoy se realizan en la escuela: la conmemoración de la Independencia, el saludo a la bandera y la entonación del Himno Nacional, por ejemplo.

A finales del siglo XIX se hicieron los primeros libros de texto de moral cívica o moral para la patria. Estos libros hablaban de una moral republicana que —inspirada en el pensamiento liberal de la Revolución francesa que sostenía los valores de libertad, igualdad y fraternidad, así como tolerancia—, sería la base para la fundación del Estado Nacional en el que hoy vivimos. Formar hombres y mujeres morales era una necesidad política, como políticas y laicas (independientes de cualquier creencia religiosa) eran las virtudes a enseñar. Por primera vez se pensó que los y las jóvenes eran los cimientos del nuevo proyecto de Nación. Por eso, cuidarlos, cuidar de su educación y sus costumbres llegó a significar lo mismo que cuidar de la Patria.

Poco a poco, a lo largo del siglo XX, la idea fue cambiando: el espacio dedicado antes a la moral cívica fue, primero, puesto al servicio de las ideas sociales de la Revolución como la justicia social, o bien a las de los momentos políticos específicos: el Código de Moralidad en los años veinte durante la Guerra Cristera, o las Prácticas e informaciones socialistas durante los treinta. Al mismo tiempo que la instrucción cívica se acercaba a la historia nacional —los contenidos de la materia y los libros de texto cambiaron a Historia y civismo— se reconocía que para amar a la Patria era indispensable conocer los acontecimientos y a los protagonistas de su historia.

Después, la enseñanza del civismo volvió a cambiar enfatizándose el conocimiento de la organización de la forma de gobierno

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