La Personalidad

INTRODUCCIÓN

El comportamiento del ser humano es uno de los más impredecibles sucesos que presenta a lo largo de su desarrollo vital. Este comportamiento no solo le ha llevado por los caminos de grandes inventos o descubrimientos, sino también por la senda de los más bajos y oscuros accionares, y no es necesario regresar al pasado ni hacer una investigación profunda para constatarlo, basta con visitar algún quiosco favorito que se tenga para así leer algún periódico sensacional y punzante que nos informe sobre sucesos como robos, asesinatos y violaciones que nos hacen preguntarnos muchas veces sobre si algunas personas merecen tener el don preciado de la vida; por otro lado en el centro de los dos extremos conductuales mencionados líneas arriba, tenemos las acciones que solemos ver en el día a día, de amigos y nuevas personas que vamos conociendo y cuyas conductas muchas veces nos agradan o incomodan.

En el presente relato no se pretende discutir sobre qué debería hacer la justicia terrenal frente a los actos más violentos de las personas o sobre como juzgar las diversas actitudes que solemos observar, sino más bien se pretende ir al trasfondo del asunto, al porqué de los hechos. Esto nos lleva a hacernos una pregunta sencilla ¿como se explica el comportamiento del ser humano? Se sabe por los estudios realizados en el campo de la Psicología, que la personalidad del ser humano es la que determina sus actitudes, de ahí la importancia de entender el proceso de formación de la personalidad de los individuos para entender su conducta variada.

FUNDAMENTO TEÓRICO DE LA PERSONALIDAD: EL PSICOANÁLISIS.

Sigmund Freud en su fascinante obra titulada “Psicología de las masas y análisis del yo” publicada en 1921 explica que en un inicio, el hombre aparece en el mundo, cargado de instintos y fantasías, a ese estado inicial se le denomina “id”. Cuando el sujeto interactúa en el mundo real, el “id” se da cuenta que no podrá conseguir sus fines, aquí entra a tallar el principio de la realidad. Gracias a este principio se evita que el hombre, en su afán de conseguir todo lo que quiere, pueda destruir a otras personas. En una segunda instancia aparece el “ego”, que viene a ser el mediador entre los instintos o “id” y la realidad. El ego se encarga de sublimar a nuestros instintos, desviándolos de sus fines y encaminándolos de tal forma que nos ayuden a conseguir otros objetivos más factibles. Finalmente, la persona idealiza una particular forma de ser y la introyecta sobre sí mismo constituyendo lo que sería el “Super Ego” o su personalidad.

Un ejemplo de lo anterior, es citado en la misma obra, y viene dado por el hecho de querer ser como el padre en la etapa de la niñez, tratando de imitarle y desplazarle, para luego llegar al objetivo final: tener a la madre, esto puede explicar lo que se conoce como el complejo de Edipo. También suele invertirse la ecuación descrita anteriormente, se da de la siguiente manera: el niño, debido al principio de la realidad, se da cuenta de que no podrá ser como el padre ni tampoco tener a la madre, esto le hace invertir la ecuación, ahora quiere ser como la madre y lo que quiere tener es al padre, y al no conseguirlo, mediante un proceso dialéctico, saldrá nuevamente de esta etapa y continuará su desarrollo vital, sin embargo existen personas que no logran salir de esta etapa - según Freud- he aquí la homosexualidad. De lo anteriormente expuesto, se puede decir que en el proceso de formación de la personalidad, la familia viene a ser el punto de partida, luego el colegio y la sociedad en general conllevan a lo que finalmente sería una personalidad formada.

Otro ejemplo es extraído de la excelente obra titulada “Eros y Civilización” de Herbert Marcuse, publicada en 1955, donde se aborda la conducta del ser humano desde el punto de vista social, atribuyéndole a la civilización un papel antagónico a la libertad del ser humano, ya que representa el límite de sus instintos, reprimiendo al hombre con sus diversos mecanismos para evitar su autodestrucción. Se indica también que la civilización no se constituye naturalmente, sino por medio de un proceso de renovación continuo, contraria al proceso de formación de la personalidad del hombre, en donde sus instintos reprimidos existen de manera natural sin necesidad de renovación, lo que conllevaría, en el futuro, a una especie de revolución del hombre contra la civilización. Marcuse destaca la necesidad de una civilización que brinde más “libertad” a las personas, es de ahí de donde emerge el sugerente título de su obra.

FUNDAMENTO EMPÍRICO DE LA PERSONALIDAD: EL MODELO COGNITIVO.

Albert Ellis en su libro “Terapia Racional Emotivo Conductual” publicado en 1955, esgrimió uno de los paradigmas más acertados en el campo de la psicología y que es acogido por la mayoría de sus actores, iniciando lo que posteriormente sería llamado por Aaron T. Beck “El modelo cognitivo”. Para Albert Ellis la conducta del ser humano se da por el resultado de tres procesos, el primero vendría a ser el hecho o situación, que va a hacer que el sujeto realice un análisis de aquel hecho, constituyéndose el segundo paso, para finalmente presentar una conducta determinada.

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