La Verdad Sobre Los Pretextos Y cómo Deshacerse De Ellos.

La verdad sobre los pretextos y cómo deshacerse de ellos.

Nota: Esto no es el típico discurso de “ya deja de poner pretextos!!!”.

Aquí solo voy a explicar de dónde salieron y por qué son tan poderosos, con el fin de que saber qué hacer con ellos.

Para eso tengo que contarte de un concepto que Yo me tardé poco menos de un buen tiempo en comprender a profundidad... tal vez tú te tardes menos.

Se trata de creencias. TODO es una creencia!!!!!. (si comprendes no?!?!?!)

Una creencia es la generalización de una *hipótesis (*suposición de algo posible) que alguna vez nos hicimos.

Por ejemplo:

Todos tenemos la hipótesis de que el fuego quema… cuando pones la mano sobre una flama, compruebas tu hipótesis y esa creencia se queda en ti: “El fuego quema!!”… ahora cada vez que veas una llama dirás: “quema, quema, quemaaaaa!!!”… ya no tendrás que comprobarlo porque ya generalizaste que cada vez que tu mano toque el fuego te quemará… ya se instaló en ti esa creencia.

Las creencias se forman ya sea porque alguien te dijo (tu familia o hasta la publicidad) o porque tú lo has comprobado.

Tenemos creencias de la naturaleza (todo cae por la gravedad) y de nosotros mismos. Pueden ser ciertas (Soy inteligente) o falsas (No tengo talento para los idiomas)… todo lo que creemos es porque nos lo hemos demostrado.

El problema de las creencias es que no te dejan ver bien… si te asomas a la ventana y decides contar los autos rojos, no vas a fijar tu atención en los azules, así pasa con las creencias… si crees que eres malo para ligar vas a ignorar todas las oportunidades que se te presenten y de que tienes talento y te enfocarás en los errores que cometas.

El punto importante aquí es que no todo el tiempo cometes errores... sólo lo piensas porque tienes una creencia que te obliga a poner atención en ello y no en los momentos de gloria.

Da vuelta a los pretextos

Es tan difícil deshacerse de los pretextos porque surgen de creencias muy profundas que tenemos y que como no identificamos, nos estorban.

Supongamos que quieres ponerte a hacer ejercicio todos los días... te armas de valor, aprendes sobre los beneficios de hacer ejercicio y estás muy emocionado... pasan tres días y al cuarto ya no lo haces… entonces tu cabeza empieza a buscar razones para justificarlo (o sea… pretextos)… “Ya no tengo tiempo” “Es muy difícil” “Me duele mucho él cuerpo”, etc.

Sin embargo, lo que no puedes ver y lo que tus pretextos ocultan es que tienes la creencia, desde hace mucho, de que los que hacen ejercicio se quedan estériles (no es cierto

...