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Las 33 Estrategias De La Guerra

Nores28 de Octubre de 2012

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Las 33 estrategias de la guerra

Nos educan y preparan para la paz, y no se nos prepara en absoluto para lo que enfrentamos en el mundo real: la guerra.

En la política, los negocios e incluso las artes encaramos adversarios que harán casi cualquier cosa para tener ventaja.

En la superficie todo parece bastante pacífico, pero justo bajo ella cada quien ve únicamente por sí mismo.

Ser más racionales y estratégicos en lo tocante al conflicto, canalizando nuestros impulsos agresivos en vez de negarlos o reprimirlos.

Si hay una idea que perseguir, debería ser el del gerrer@ estratégic@, el hombre o la mujer que maneja situaciones y personas difíciles con maniobras hábiles e inteligentes.

L@s guerrer@s estratégic@s piensan anticipadamente sus metas de largo plazo, deciden qué batallas eludir y cuáles son inevitables, saben como controlar y canalizar sus emociones.

Cuando se ven obligad@s a pelear, lo hacen en forma indirecta y con maniobras sutiles, de modo que sus manipulaciones son difíciles de rastrear.

La palabra “estrategia” procede de la antigua palabra griega strategos, que significa literalmente “el jefe del ejército”.

El arte de la guerra a ojos de Sun-tzu es el ideal de vencer sin derramar sangre. Explotando las debilidades psicológicas del adversario, manipulándolo para que adopte posiciones precarias, induciendo sentimientos de frustración y confusión.

Un estratega puede lograr que la otra parte se desplome mentalmente antes de rendirse físicamente.

El ideal estratégico en la guerra –ser sumamente racional y guardar el equilibrio emocional, pugnar por vencer con un mínimo de derramamiento de sangre y pérdida de recursos- tiene una aplicación y relevancia infinitas en nuestras batallas diarias.

Guerra y estrategia poseen una lógica inexorable: si quieres o deseas algo, tienes que estar dispuesto y en condiciones de luchar por ello.

La falta de interés de una mujer en la estrategia y la guerra no es biológica sino social, y quizá también política.

El exceso de confianza, particularmente como resultado del éxito, te obligará a ir demasiado lejos.

El brillo de la guerra es que ninguna medida de elocuencia o palabrería puede disculpar un fracaso en el campo de batalla.

Pugna por aplicar esta implacable norma en tu vida diaria, juzgando a la gente por los resultados de sus actos.

La culpa de tus fracasos la tienen tus malas estrategias, no las trampas del contrincante.

Eres responsable de lo bueno y malo en tu vida.

La verdadera estrategia es psicológica; cuestión de inteligencia, no de fuerza material.

Dice Sun-tzu, “nuestra invencibilidad depende de nosotros”.

Usando la sabiduría de Atenea, tu meta es volver la violencia y agresión de esos sujetos contra ellos mismos, convirtiendo su brutalidad en la causa de su ruina.

Tu meta es combinar filosofía y guerra, sabiduría y batalla, en una mezcla invencible.

En la vida, la mayoría de nosotros somos táctico, no estrategas.

Teniendo en mente tus metas generales, te será mucho más fácil decidir cuándo pelear y cuándo retirarte.

Las personas tácticas son torpes y están fijas en el suelo; los estrategas son ligeros y pueden ver muy lejos.

Tu mayor batalla es contigo mism@: tus debilidades, tus emociones, tu falta de resolución para llevar las cosas hasta su término. Debes declarar una guerra incesante contra ti.

Como guerrer@ en la vida, acepta el combate y el conflicto como medios para ponerte a prueba. Estás forjando el espíritu del guerrer@, y sólo la práctica constante te llevará ahí.

Con demasiada frecuencia existe un abismo entre nuestras ideas y conocimientos, por un lado, y nuestra experiencia real por el otro.

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