Lectura: Las ideas espontáneas de los niños y la pedagogía constructivista de las ciencias

Tema 2: ¿Qué hacer con las ideas de los niños?

Frody Josseline Cruz Angel

Universidad Pedagógica  Nacional Licenciatura en Educación ´94

Lic. José Ricardo Coronel Albores

03 de septiembre, 2021

Lectura: Las ideas espontáneas de los niños y la pedagogía constructivista de las ciencias. (Delval, Juan)

En esta lectura pude comprender que a veces los profesores olvidamos que los niños tiene ideas propias, pequeñas nociones y teorías que ellos elaboran para explicarse a sí mismo algunos fenómenos o algo que desconozcan, lo que Delval relaciona con las ideas empiristas.

También se menciona que las autoridades encargadas de producir los planes y programas basan su proceder en un concepto postergado sobre el niño, pues dejan de lado las ideas previas e intereses de los alumnos para intentar  traspasarles esos contenidos.

Delval, en desacorde, explica la capacidad y sapiencia  con que los niños llegan a la escuela, sin embargo se muestra de acuerdo en que a las explicaciones que brindan los niños sobre algunos fenómenos  les hace falta la objetividad del mundo de la ciencia.

Las ideas espontáneas  de los niños surgen de la realidad que les rodea, como  producto de la experimentación, constituyendo  un cúmulo de conocimientos cotidianos-empíricos. Bajo esta especulación  se replantea el papel de la enseñanza  y se vuelve preciso averiguar con qué conocimientos previos cuentan los niños y tomarlos como punto de partida hacia el aprendizaje,   encauzado a consolidar aquellos aspectos que sean desconocidos y confusos para el niño.

Se trata de un proceso de asimilación, más no de reemplazamiento, es decir  no se sustituyen las ideas erróneas por las correctas, sino que se orienta al niño a la reflexión y autocrítica para que al final logre endosar su conocimiento cotidiano-empírico en el conocimiento escolar-científico.

La propuesta marcada en la lectura es un método activo de aprendizaje por cuenta propia con la finalidad de formar alumnos capaces de entender y explicar fenómenos, que sepan detectar problemas y solucionarlos, aunque no lo lleven a cabo al pie de la letra según el conocimiento científico.

Este método se afana de implementar el conocimiento práctico, conllevando en menor medida el conocimiento verbal,  puntualizando que la actividad teórica es un instrumento del intelecto para la vida cotidiana y que los niños aprenden las cosas haciéndolas.

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