Lenguaje Interno

El lenguaje interno es una de las modalidades del lenguaje cuyo rasgo distintivo es ser un tipo de discurso dialógico en el que, el mismo sujeto, genera a ambos interlocutores: el que se expresa y el que responde y cuya expresión desarrollada opera como soliloquio silencioso es decir, sin componente fonético ni motricidad en el aparato fonador

Este tipo de lenguaje tiene su desarrollo primordialmente entre los 2 y 5 años de edad en forma de soliloquio oral a lo que posteriormente se ira silenciando e interiorizando hasta que se transforma en soliloquio silencioso.

Lo más importante en este tipo de lenguaje es que no existe interacción entre otro interlocutor, uno es ambos interlocutores. Esta característica pasa por una etapa oral, como anteriormente se mencionó como lenguaje egocéntrico el cual se analiza a través de soliloquios lúdicos, esto quiere decir, cuando el niño a través de juegos inicia lo que sería como una estructura del lenguaje interno pero exteriorizándola a través de objetos físicos con carácter lúdico como los juguetes, principalmente muñecos con forma humana o antropomorfizando animales.

El origen del lenguaje interno durante el desarrollo infantil tiene tres ejes fundamentales: la primera cuando el niño llega a dominar tanto el diálogo como el soliloquio; el segundo cuando el niño transita de soliloquiar oralmente en forma involuntaria a soliloquiar silenciosamente (u oralmente) en forma consciente y voluntaria; y tercero que durante el desarrollo del soliloquio oral al soliloquio silencioso, el niño representa a sus interlocutores imaginarios mediante signos, en edad pequeña no sólo verbalmente sino necesariamente mediante juguetes como ya se mencionó.

Nos referimos a interlocutores imaginarios mediante signos cuando el niño, por ejemplo, previo a dormirse suele soliloquiar jugando con las palabras y su morfología, o sus combinaciones sintácticas, a la par que mueve y observa sus manos, ve los objetos colgantes de su cuna, o cualquier otro objeto. En la medida en el que el niño va creciendo comienza a dialogar y evocar espontáneamente a personajes conocidos o imaginarios que existen en su ambiente cultural, tales soliloquios tienden a desaparecer hacia los tres años.

Con referencia a lo anterior podemos decir que el lenguaje interno está presente cuando el niño puede narrar sus ensoñaciones o hacer referencia a ellas generalmente en un rango de 2 a 5 años, al término de este rango de edad el niño dominará el soliloquio cuando evoque intencionalmente personajes y dialogue con ellos, o cosas representadas son cualquier tipo de objeto sin importar su forma como lo sería un pedazo de madera.

El lenguaje interno se irá desarrollando más (7 a 11 años) hasta que finalmente los soliloquios sean silenciosos, como los discursos mentales que tenemos nosotros en la actualidad. El soliloquio silencioso tiende a hacerse hegemónico

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