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Leyenda de los Adolescentes (Literatura Efébica)


Enviado por   •  6 de Mayo de 2020  •  Documentos de Investigación  •  1.835 Palabras (8 Páginas)  •  553 Visitas

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Leyenda de los Adolescentes (Literatura Efébica)

Efébica: Relativo a Efebo

 Efebo: Palabra griega que significa adolescente de belleza afeminada. Solía aplicarse a los varones desde los 15 a los 18 años.

¿Cuándo aparece en la literatura el término «adolescente»?

El termino adolescente aparece en manos de Víctor Hugo, fue un poeta, dramaturgo y novelista romántico francés, nacido en 1802. Quién como lo relata Dotó nace de su pluma y da una soberbia definición de adolescencia: ‘La adolescencia, los dos crepúsculos mezclados... el comienzo de una mujer, la muerte de una niña’’ que quiere decir que, la adolescencia es el fin del ciclo de infancia del niño y de la niña. Pero Doltó encuentra una pequeña impropiedad y dice que “El comienzo de una mujer es una aurora, no un crepúsculo”, es decir que no es un fin de ciclo cuando la niña se convierte en mujer, al contrario, es un amanecer, el origen y comienzo de una mujer.

Doltó retoma un gran autor Jean Jacques Rousseau, un filósofo suizo, que a su vez fue, escritor, pedagogo, músico, botánico y naturalista, fue uno de los más destacados pensadores europeos del siglo XVIII (18) quién di un gran aporte sobre la adolescencia. Para Rousseau, la adolescencia se define como la crisis, segundo nacimiento dando como definición que nosotros nacemos en dos veces, una para existir y la otra para vivir, una para la especie y otra para el sexo donde también indica que es una etapa tempestuosa (representa amenaza).Ya que en el Emilio, en la toma iv Rousseau contempla el periodo de la adolescencia como un “segundo nacimiento”, una transformación, un estadio fundamental de la existencia, así es como empieza una tormentosa revolución, mediante un sordo proceso de fermentación, donde el niño presenta un rechazo ante la voz que le mantenía dócil, ocurre un cambio de humor, arrebatos frecuentes, una continua agitación del ánimo, como lo presenta él es un león enfebrecido (es decir, exaltado de entusiasmo) el cual ya no conoce a su guía, por ende, no quiere ser gobernado, no es ni niño ni hombre, y no adquiere el tono de ninguno de los dos, está en un intermedio, es decir, es un (adolescente).

Ante una visión romántica, el joven es visto como un personaje solitario, un soñador, un desgraciado o un joven genio, sin embargo, en la antigüedad y la edad media, es a menudo un oblato, es decir, aquel creyente que, sin profesar los votos de una orden religiosa y sin dejar de ser laico, se ofrece a Dios y se compromete a cumplir parte de los compromisos de los religiosos de alguna orden.

De acuerdo a lo anterior Rousseau nos dice que El hombre (en términos generales), no está hecho para quedarse siempre en la infancia.

Como lo dije anteriormente Rousseau indica la adolescencia como una etapa de tormentosa revolución. pero ¿Por qué se consideraba una tormentosa revolución?

Pues porque es una etapa de transición llena de dificultades y complejidades, etapa que marca el proceso de transformación del niño en adulto. A los signos morales de un humor que se altera se suman cambios imposibles de notar en el rostro. Su fisonomía se desarrolla y se impregna de un carácter; el escaso y suave bello que poseía muy poco, en la parte baja de sus mejillas se oscurece y adquiere consistencia. Su voz la pierde y entonces se dice que Ya no es un niño, pero tampoco un hombre. Sus ojos que hasta el momento no habían dicho nada, ahora encuentran expresiones y un lenguaje, entonces su mirada se ve ya animada viva, aún posee cierto grado de inocencia, pero ya se da cuenta que puede decir demasiado ahora. Se vuelve sensible antes de saber lo que siente, está inquieto y se torna demasiado impaciente.

Entonces se dice que hay que tener cuidado, porque al haber cuidado al niño y de por decirlo así después de haberlo protegido con mucha preocupación llegó el momento en que ya están abiertos a unas nueve etapas y si se abandona, aunque sea un instante el timón como se dice ahí refiriéndose al niño, todo estará perdido, porque puede que el niño se torne demasiado impaciente, su arrebato se va convertir en furor, se irritará y se enternecerá a cada momento, por lo tanto no se debe abandonar. Este es el segundo nacimiento del que hablaba, aquí es donde el hombre nace verdaderamente a la vida y nada humano le es extraño.

El primero en inaugurar esta clase de hechos, Johann Wolfgang von Goethe donde con su novela un clásico del género en 1796 llamado el Wilhelmmeister de Goethe que cuenta la historia de un joven artista que escapa de las presiones de su familia que no desea el arte para su vida. Werther se va pues en busca de su arte a Wahlheim, un pueblo ficticio donde conoce la vida tranquila de sus habitantes y se deslumbra con la naturaleza del lugar. Por medio de cartas, Werther le va contando a su amigo Wilheim sus impresiones del lugar, las experiencias que vive y sus sentimientos hacia lo que experimenta allí. Entonces sería la primera vez que un escritor dedica un gran despliegue a la observación de los signos de esta transformación interior del ser humano tras su pubertad.

Desde el siglo XVIII (18) la literatura alemana ha concedido un lugar importante a los adolescentes, desarrollando la vieja tradición del “BILDUNGSROMAN” Una de las formas más populares de ficción literaria, que consiste en novelas, en esencia, es una historia sobre el proceso de maduración de un personaje, especialmente desde la infancia; de hecho, a menudo se la llama historia de "mayoría de edad". Estas novelas suelen tratar los años formativos de un personaje o su crecimiento espiritual y educación.

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