Liderandose A Si Mismo

LIDERANDOSE A SI MISMO POR ALEJANDRA PORRAS

“Camina lento, no te apresures, que al único lugar a donde tienes que llegar es a ti mismo”

Ortega y Gasset

En algún momento de nuestra historia de vida hemos escuchado lo importante que es ser líder y ser reconocido como tal. Tanto la cultura laboral como la social enfoca el liderazgo en “otros” olvidándose la mayor parte del tiempo del liderazgo hacia sí mismo.

Este artículo pretende dar un enfoque diferente al liderazgo y digirlo hacia “dentro”.

Castiñeira considera que en la cultura occidental no se enseña a trabajar la parte interior de las personas, y el resultado es que a menudo no llegan a los puestos de relevancia los mejores líderes, sino los que más han aguantado, y llegar al poder no significa ser un buen líder, como ha quedado sobradamente demostrado.

Antes, se vivía en un modelo estable en el que aparecían problemas "técnicos" para los que un buen gestor era suficiente para solventarlos. Ahora, en cambio, se necesitan líderes adaptativos, que sepan navegar por las situaciones nuevas, moderar las tendencias sociales, articular contextos heterogéneos.

"No se trata de solucionar problemas, sino de solucionarse, transformarse a si mismo".

Para lograr este cometido es esencial mirar hacia si mismo no desde el miedo, ni desde el juicio; sino desde la verdadera y honesta intención de reconocer y potencializar nuestras fortalezas y explorar nuestras oportunidades para lograr ser la mejor versión de nosotros mismos.

Entre más conocimiento tengamos de nuestras virtudes y habilidades, nuestra autoconfianza irá incrementándose paulatinamente.

Otro elemento fundamental para lograr liderarse a si mismo, es estar convencido de lo que uno quiere realmente en la vida y no solamente lo que le conviene. Este punto es la base para automotivarnos a lograr lo que hemos trasado como meta.

¿Por qué es importante liderar sobre uno mismo antes que liderar sobre los demás?

Porque el líder es un formador por excelencia, sin embargo debe primero formarse a sí mismo. La mejor forma de transmitir valores a un equipo es viviendo esos valores día a día, siendo una persona de referencia en el grupo y ayudando así a la formación de las capacidades personales del equipo.

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