Linguistica

Psiconeurolingüística

Herbert H. Clark; “Psicolingüística”

• ¿Qué es la psicolingüística?

La psicolingüística es el estudio de las acciones y los procesos mentales que tienen lugar mientras se usa el lenguaje, se ocupa fundamentalmente del uso corriente del lenguaje. Son centrales para esta disciplina las actividades de hablar y escuchar.

• ¿Cómo se organizan las actividades de hablar y escuchar?

Las actividades de hablar y escuchar se organizan en distintos niveles.

En el nivel más bajo están los sonidos y los gestos perceptibles del lenguaje, cómo los producen los hablantes y cómo los oyen, los ven y los identifican los oyentes (fonética, fonología, lenguas de signos).

En un nivel superior se hallan las palabras, los signos gestuales y la organización sintáctica de lo que se dice: cómo formulan enunciados los hablantes y cómo los identifican los oyentes (procesamiento de oraciones).

En el siguiente nivel están los actos comunicativos, lo que hacen los hablantes con sus enunciados y cómo entienden los hablantes lo que éstos significan (pragmática).

En el nivel más alto encontramos el discurso, las actividades conjuntas en las que nos implicamos al usar el lenguaje.

• Describa la formulación de un mensaje, desde su planificación hasta su producción. Busque una oración similar a la del texto, y siga el análisis del autor.

Los hablantes planean lo que dicen teniendo presentes más de una palabra. En la conversación y en las narraciones espontáneas, suelen agrupar sus planes en unidades entonativas, constituidas normalmente por una única oración o sintagma pronunciados con un contorno entonativo unificado. Dado que la planificación de las unidades entonativas requiere cierto tiempo, muchas veces empiezan con pausas y titubeos.

La planificación de unidades entonativas procede desde el nivel más alto del lenguaje hacia abajo. Los hablantes deciden qué mensaje van a transmitir, después escogen las construcciones para expresarlo y finalmente programan los segmentos fonéticos para articularlo.

La formulación de un mensaje comienza en el nivel funcional. Primero escoge el sujeto, el verbo, el objeto directo y la locación con los que quiere expresar. A continuación, escoge un marco sintáctico apropiado: una oración en imperativo con un verbo, un objeto y una locación de origen. Después recupera el verbo y los nombres que necesita. Por último introduce los elementos sintácticos necesarios: los artículos, las preposiciones y los sufijos. La formulación del mensaje pasa entonces a un nivel posicional. El hablante elabora un plan fonético para aquello que ha formulado hasta ese momento. Usa este plan para programar sus órganos articulatorios (la lengua, los labios, la glotis) y producir los sonidos reales.

Ejemplo: “Llevá el tramite al área de fiscalización”; el oyente tiene que llevar el trámite a la oficina de fiscalización. El marco sintáctico es imperativo con un verbo, un objeto y una locación de origen. Recupera el verbo y los nombres que necesita: llevá, tramite, fiscalización. Luego introduce los elementos sintácticos necesarios: los artículos, las preposiciones y los sufijos.

• Se suele pensar que los oyentes operan de abajo-arriba en los procesos de identificar palabras o frases. Fundamente su respuesta.

Los oyentes operan de abajo-arriba. Empiezan por los sonidos que oyen, después infieren las palabras y la sintaxis de un enunciado y, finalmente, infieren lo que quieren decir los hablantes. Lo que realmente ocurre es más complicado. En una conversación normal, los oyentes hacen conjeturas sobre lo que los hablantes están intentando hacer y, operando de arriba abajo, se apoyan en esta información para identificar y comprender lo que oyen.

Los enunciados hablados se identifican de izquierda a derecha por medio de un proceso “incremental” de eliminación. Cuando los oyentes perciben los sonidos de “elefante”, por ejemplo, van reduciendo las palabras a las que pueden corresponder. Comienzan por una cohorte inicial de todas las palabras a las que empiezan por “e” (unas 1000 aproximadamente), reducen este grupo a la cohorte de todas las palabras que empiezan por “el” (unas 100), y así sucesivamente. Cuando llegan al sonido “f”, la cohorte contiene una sola palabra, lo cual les permite identificar la palabra como “elefante”. De esta manera, los hablantes suelen identificar una palabra antes de que se haya completado.

• ¿Cómo se produce una conversación?

Hablar y escuchar no son procesos autónomos. Las personas hablan con el fin de hacer cosas juntas y para alcanzar este objetivo, tienen que coordinar las actividades de hablar y escuchar en muchos niveles.

Una de las maneras de coordinarse en una conversación es por medio de pares adyacentes. Un par adyacente consiste en dos turnos, el primero de los cuales da el pie al segundo como ocurre en las preguntas y respuestas.

Los pares adyacentes se usan para establecer proyectos en común en distintos momentos de una conversación. Se utilizan para entablar una conversación y para darla por terminada. Se emplean para empezar a contar una historia o hacer preguntas, entre muchos otros proyectos en común más extensos.

• ¿Qué significa que los hablantes usan sus enunciados para llevar a cabo actos ilocutivos?

Los hablantes usan sus enunciados para llevar a cabo actos ilocutivos –aserciones, preguntas, peticiones, ofertas, promesas, disculpas, etc-, unos actos que se diferencian por la respuesta que provocan, la mayoría de las construcciones (ej, siéntate) se pueden usar para realizar más de un acto ilocutivo (ej, una orden, una petición, un aviso), de modo que los hablantes y los oyentes tienen que ponerse de acuerdo sobre lo que se pretende en cada caso. Un modo de coordinarse consiste en tomar cada enunciado como una contribución a un proyecto en común de carácter más amplio.

• Fundamente esta afirmación: “Los hablantes y los oyentes en una conversación (interlocutores) monitorizan, (vigilan, controlan) lo que se dice en una conversación”. Dé un ejemplo y explique.

Los interlocutores en una conversación se emplean a fondo para asegurarse de que todos los enunciados se han entendido tal y como pretendían que se entendiesen. Para lograrlo, los hablantes “monitorizan” lo que dicen y, si encuentran problemas, los resuelven lo antes que pueden. Los oyentes también “monitorizan” lo que oyen, y cuando ven un problema, suelen

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