Mi yo creativo

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Personalmente en este trabajo me gustaría desarrollar la problemática familiar, en mi caso la relación con mis hijos adolescentes, que como todos sabemos a veces la relación entre padres e hijos se torna un poco difícil.

 Los conflictos ocurren, cuando tenemos diferentes opiniones, o cuando uno de los miembros no cumple con sus responsabilidades en casa, y muchas de las veces esto provoca resentimientos y discusiones.

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En mi caso personal muchas veces me resulta difícil la comunicación con mis hijos adolescentes, a veces pienso que su actitud en parte es porque su padre nunca se hizo cargo de ellos, crecieron con ese hueco y aunque no es justificación pienso que parte de su rebeldía es por esta situación.

El problema es que yo cometí el error de quitarles responsabilidad haciéndoles y dándoles todo a medida de mis posibilidades, pero ahora que ya son adolecentes me cuesta trabajo que ayuden en casa en las labores de aseo de su recamara y su ropa, ellos ya tienen 18 y 15 años de edad y aunque yo llegue cansada de trabajar ellos no acceden a ir a la tienda para cosas que necesito para prepararles de comer, vuelvo a lo mismo, nunca los enviaba a la tienda porque no les pasara nada, siempre iba yo.

Ahora pienso que esta es una lucha entre hijos y madre, y esto como consecuencia de que no les marque los límites a cierta edad, el uso excesivo de las redes sociales también es un problema que nos afecta.

Ahora lo que debo hacer es buscar la manera de solucionar estos conflictos de la mejor manera, establecer y ser clara en las reglas que se deben cumplir como en todo hogar.

Encontré un área de oportunidad en que yo como mama debo de escuchar más a mis hijos, tal vez me he centrado tanto en el trabajo, pagos y mi cansancio que no me he dado la oportunidad de entender cómo es que ellos se sienten, dialogar con ellos, invertir más horas en un dialogo que cada quien en su celular. Pienso que los hijos necesitan que los escuchemos y comprendamos, pero eso no significa que les demos la razón, pero hay maneras de decir las cosas sin reproches ni burlas.

A la hora de pedirles que hagan algo, precisamente es así ´pedirles no mandarles¨ creo a nadie nos gusta que nos pidan las cosas de mala manera. La disciplina también puede ir acompañada de amor y cariño.

Considero que muchas veces las actitudes de mis hijos tienen mucho que ver en cómo me ven a mí de estado de ánimo, debo aprender a separar las presiones de trabajo o escuela de las actividades de casa y de familia.

Por lo anterior creo que mucho depende de mi actitud hacia ellos el lograr que mis hijos apoyen más en casa, necesito mejorar mi comunicación con ellos y no enfrascarme en mis propios problemas y sentimientos, y a la vez dando a valer mi autoridad como cabeza de este nucleo familiar.

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