Moral e historia. Moral y ciencia

Moral e historia

La moral se define como el conjunto de normas y reglas de acción destinadas a regular las relaciones de los individuos en una comunidad social dada.

La moral es un hecho histórico y por ello no puede concebirse como algo dado de una vez y para siempre. Es histórica porque es un modo de comportarse un ser el cual es histórico y va cambiando con el tiempo de acuerdo a las exigencias del medio.

El origen de la moral se concibe desde tres aspectos distintos:

-Dios como origen de la moral. Las normas aquí derivan de una potencia suprahumana.

-La naturaleza como origen de la moral. La conducta no sería humana moral no sería sino un aspecto de la conducta natural biológica.

-El hombre como origen de la moral. Se habla del hombre en general, sin situarlo en un momento histórico ni social.

La moral comienza a surgir cuando el hombre deja su naturaleza instintiva para llegar a su naturaleza social formando parte de una colectividad en la cual se sitúan intereses para la supervivencia de la tribu, dejando de lado los intereses propios de los integrantes.

El cambio en la moral comenzó cuando la sociedad colectiva tuvo desacuerdos al momento de la repartición de bienes, ya que algunos trabajaban más que otro y al final de cuentas a todos les correspondía la misma cantidad de bienes, en este caso de alimentos para sobrevivir.

A partir de esto surge la moral medieval, la cual se dividía en señores feudales y los campesinos o siervos, quienes servían al señor feudal y eran propiedad de estos. La iglesia jugaba un papel importante.

En el siglo XVIII hasta el siglo XXI comienza con la moral burguesa, en la cual el hombre comienza a vender su fuerza de trabajo, dejando de lado la esclavitud feudal. (Vázquez, 1994)

Moral y ciencia

La ciencia nos pone en relación constante con algo más grande que nosotros; nos ofrece resultados renovados y cada vez más amplios. Estos resultados nos causan placer, pero un placer moralmente sano, porque por él nos olvidamos de nosotros mismos. Quien haya apreciado o haya observado, aunque sea de lejos, la armonía de las leyes naturales, estará mejor dispuesto para despreciar sus pequeños intereses egoístas; tendrá un ideal que preferirá a sí mismo. Ese es el único terreno en que se puede construir una moral. (Poincaré, 1981)

La ciencia tiene el deber de servir a la verdad y por ende, al hombre. Esta le permite tener una aproximación objetiva hacia el entorno cuando se respeta moralmente. El

científico debe respetar la verdad por sobre todas las cosas y realizar su trabajo de manera ética para él y para todo la naturaleza que forma parte del contexto, sin quitarle la dignidad a cada uno de los que lo conformamos.

No se puede separar la ciencia de la moral, ya que esta le permite a la ciencia brindar resultados objetivos y usar al máximo la racionalidad del hombre para encontrar las respuestas que este busca, dejando de lado su egoísmo que lo limita a buscar respuestas para sí mismo, para partir en la búsqueda de un conocimiento a mayor magnitud y mayor servicio para todos. (Bueno, 2012)

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