ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Neurofisiologia En El Peru


Enviado por   •  28 de Junio de 2014  •  2.346 Palabras (10 Páginas)  •  231 Visitas

Página 1 de 10

La Neuropsicología en Perú

Dr. Artidoro Cáceres Velásquez

Decano de la Facultad de Ciencias de la Salud y Director de la Escuela Profesional de Psicología Humana, Universidad Alas Peruanas. Lima, Perú.

Correspondencia: Dr. Artidoro Cáceres Velásquez. Av. San Felipe 1109. Jesús Maria, Lima. Teléfono: (+51) 266 – 0195. Correo electrónico: a_caceres@uap.edu.pe

Resumen

La Neuropsicología como disciplina que estudia la mente, conductas y comportamientos de los seres vivos incluyendo al ser humano, con técnicas basadas en método psicológico y con fundamentos analíticos e interpretaciones neuroanatómicas, neurofisiológicas y neuropatológicas, que siguen leyes y principios del sistema nervioso, preferencialmente encefálico, se ha desarrollado en el Perú desde fines del siglo XIX (ligeras ideas sobre la fisiología del lenguaje, M. Cevallos T; Tesis para graduación de médico cirujano 1879) hasta la actualidad. En 1935 se crea el hospital neurológico Santo Toribio de Mogrovejo en el que se implementa el laboratorio de rehabilitación de afásicos que, a nuestro juicio, es el primer centro creado en Latinoamérica con este objetivo. Se han organizado congresos y se han abierto cátedras que comenzaron en la Universidad Mayor de San Marcos y que en la actualidad están en casi todas las Escuelas y Facultades de Psicología Humana en el Perú.

Palabras clave: Neuropsicología, Perú, definición, Latinoamérica, historia.

Definición

La Neuropsicología es la disciplina que estudia la mente, las conductas y comportamientos de los eres vivos, incluyendo al ser humano, con técnicas basadas en metodología psicológica y con fundamentos, analíticos e interpretativos, neuroanatómicos, neurofisiológicos y neuropatológicos, que siguen leyes y principios del sistema nervioso, preferencialmente encefálicos.

Existe, en consecuencia, una Neuropsicología animal y otra humana. En esta última se reconoce a la Neuropsicología médica con las siguientes variedades: Neuropsicología pediátrica (incluyendo pubertad y adolescencia); Neuropsicología del adulto y Neuropsicología geriátrica. Se reconoce igualmente la división por procesos funcionales es decir: Neuropsicología del lenguaje, Neuropsicología del gesto (praxias), Neuropsicología del reconocimiento (gnosias), Neuropsicología de la Memoria, del aprendizaje, de los procesos cognoscitivos, de la afectividad, de la sexualidad, del esquema corporal, de la creatividad y de la personalidad. También se tiende a separar a la Neuropsicología según lo estudiado y hay abundantes trabajos que consolidan la posibilidad de clasificar a la Neuropsicología según la entidad nosografía evaluada:

Neuropsicología de la depresión, de la demencia, de la inatención, de la amnesia, de la esquizofrenia, etc. Dentro del campo médico esta subespecialidad es practicada fundamentalmente en la neurología, psiquiatría, geriatría y fisiatría. Su proyección futura la sitúa como el cemento reintegrado de la neuropsiquiatría.

La Neuropsicología en el Mundo

La preocupación por concordar conductas, comportamientos y funciones mentales con el sistema nervioso, y fundamentalmente con el encéfalo, es muy antigua. El hecho está referido en el papiro egipcio llamado “Papiro de Edwin SMITH”, descifrado por James Breasted, y que, probablemente, fue escrito 17 siglos antes de Cristo con rasgos jeroglíficos que caracterizan a una copia de un texto anterior, correspondiente al Antiguo Imperio, redactado tres mil años antes de Cristo. J. Soury (Systeme Nerveux Central, París, 1980) ha recordado que Alemeón de Trotona ha sido uno de los primeros en localizar claramente en el cerebro actividades como las sensaciones, las percepciones y el pensamiento, y pareciera que fue en este anatomista y fisiólogo que pensó Platón cuando, en su obra Felón, Sócrates pregunta con ironía “si es la sangre que hace al pensamiento, o tal vez el aire, o el fuego, o si no es ninguna de estas sustancias sino el cerebro que nos procura las sensaciones del oído, la vista, del olfato y si, de memoria, pensamiento y mente en reposo, nace la ciencia”. Así pues, desde hace miles de años, creció progresivamente la preocupación por enlazar cerebro y mente. En el camino están figuras notables que reforzaron este concepto, así como es necesario también recordar la equivocada creencia de Aristóteles de negar tal relación. Hipócrates atribuyo a una lesión en el cerebro las convulsiones del lado opuesto del cuerpo, eso que hoy se conoce como “epilepsia jacksoniana”.

En el siglo IV de nuestra era, Poseidonis, siguiendo una propuesta de Galeno, se esforzó en relacionar siempre una lesión más o menos limitada del encéfalo “los del movimiento, de la sensibilidad o de las facultades mentales”, localizando, en la región anterior del cerebro (lóbulos frontales) las actividades imaginativas, en el ventrículo medio, a la razón y en la parte posterior del cerebro (lóbulos occipitales) la memoria. Hasta San Agustín (354-430), padre de la iglesia católica y obispo de Hipona, Hijo de Santa Mónica y autor de sus “Confesiones”, “La Ciudad de Dios” y el “Tratado de la Gracia”, dividió los hemisferios cerebrales en tres vastas regiones, reconociendo que en la parte anterior (oral) se procesaba las funciones sensitivas; en la parte posterior (cervical), las motrices y, en la región media, la memoria. Sólo recordaré la importante opinión de René Descartes (1596-1650) sobre el trabajo cerebral y particularmente de la glándula penal o canarium en las actividades mentales.

Por todas estas eran opciones sin demostración efectivas, sin método analítica científico, sin relación puntual entre una función mental y una determinada región encefálica que estableciera, en términos casi experimentales, indiscutibles y repetibles, esta relación. Por eso es que se considera a Paul Broca como el padre o creador de la Neuropsicología por haber sido él, sin discusión, el que demostrara en 1861 que una lesión, en el pie de la tercera circunvolución cerebral frontal izquierda, era la responsable de la pérdida del lenguaje expresivo conocida hoy con el término de afasia y a la que él denominó afemia.

Aunque Broca no utilizó el término “Neuropsicología”, su demostración y su descubrimiento en el cerebro de paciente Leborgne, llamado “mosieur tin, tin” le da merecimiento de tal paternidad. La Neuropsicología se desarrollo en rapidez uniformemente acelerada, desde Francia primer, Alemania e Inglaterra después, durante los

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (15.6 Kb)  
Leer 9 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com