Nocion De La Realidad Del Psicoanalsis

Noción de la realidad del psicoanálisis

Freud primero aplicó y demostró el principio de la causalidad en la forma de determinismo psíquico: cada efecto, proceso cognoscitivo o acto del comportamiento es el resultado de una causa específica o conjunto de causas y, a su vez, es la causa de otros efectos (Bellak, 2004, p. 46)

Cosas que tradicionalmente carecían de significado para poder entender a las personas estaban determinadas por causas ocultas en la mente:

Acto fallido: se trata de un fallo en el discurso o en el comportamiento del individuo, apenas tenido en cuenta en la vida cotidiana, pues suele encontrarse en él verdadero deseo inconsciente del sujeto. (Valiente, 1995, p. 155)

Sueños: al no tener que luchar contra la censura, se manifiestan con mayor libertad como expresión de lo reprimido. Parecen construir la satisfacción directa y a la vez simbólica de los deseos reprimidos (Zatonyi, 2002, p. 36).

Asociación libre: consiste en expresar verbalmente, sin ningún tipo de crítica ni censura, todos los pensamientos que vienen a la mente, tal y como vienen. Tiene como sentido eliminar defensas y resistencias y buscar cierto orden inconsciente (Valiente, 1995, p. 157).

El psicoanálisis es un método para la investigación de procesos mentales prácticamente inaccesibles, para el tratamiento de los trastornos neuróticos. Es una serie de concepciones psicológicas adquiridas por este medio y que en conjunto van en aumento para formar progresivamente una nueva disciplina científica (De Col, 1996, P.8). Su objetivo es la investigación y el tratamiento de las enfermedades mentales y se basa en el análisis de los conflictos inconscientes que se originan en la niñez. El psicoanálisis nace a partir del momento en que se le imputan a un sujeto los actos, las palabras o los síntomas que se juzgaban insignificantes o dependientes de cadenas causales exteriores. Al inicio de sus investigaciones sobre las enfermedades “nerviosas”, Freud relaciono el origen de los trastornos observados con sucesos traumáticos de naturaleza sexual que se experimentan durante la infancia y no cesan de producir sus efectos. Por eso afirma que siempre ha de encontrarse un acontecimiento instigador, un recuerdo sexual precoz que actúa en el presente como causa especifica de la neurosis (Autiquet, 2002, p. 80).

Freud desarrolló los 3 niveles de la personalidad, una descripción del desarrollo psicosexual que se distinguen por los diversos objetos y actividades que se relacionan con la satisfacción de los impulsos durante cada una:

Etapa oral. Se prolonga durante toda la infancia, aproximadamente a los 18 meses. Se caracteriza por la preocupación del niño por la boca y la succión. Durante esta primera etapa la personalidad del niño consta de manera principal del ello. Los pequeños buscan en forma constante satisfacer sus impulsos y son incapaces de demorar la gratificación en forma deliberada.

Etapa anal. Hacia el final del primer año el área de gratificación sexual cambia gradualmente a la región anal. En la primera parte de esta etapa el niño obtiene placer de los movimientos intestinales. Más tarde adquiere control y deriva entonces un gran placer de retener los movimientos intestinales para aumentar la sensación anal. El niño comienza a formar un yo, un sentido de la realidad, una conciencia de que ciertas cosas son posibles en tanto que otras no.

Etapa fálica. De los 2 los 6 años, en esta no solo la zona de la sexualidad se ha desplazado a la región genital, sino también el falo es de primera importancia para la sexualidad tanto de niñas como de niños. Ahora los niños a menudo obtienen la gratificación manipulando sus genitales (Lefrancois, 2001, p.33). Durante esta etapa se da el complejo de Edipo, el deseo inconsciente que el niño siente por su madre, acompañado por el deseo de remplazar o destruir a su padre (Schultz, 2009, p.68)

Fase de latencia. De los 6 a los 11 años, está señalado por la pérdida de interés sexual y una identificación continua con el progenitor del mismo sexo. De esta manera le niño comienza a formar el superyó.

Fase genital. El niño entra a la etapa de la sexualidad adulta y comienza a establecer la clase de vínculos heterosexuales que caracterizan a las relaciones sexuales adultas normales. También el superyó se vuelve progresivamente más flexible (Lefrancois, 2001, p.33).

Las dimensiones o niveles o sedes en que se realizan los hechos psíquicos son:

El ello (id) que comprende todas las fuerzas inconscientes básicas, Freud las llama instintos. Es un conjunto de pulsiones emocionales que, movidas por el impulso del placer, tienden a sus objetivos de un modo imperioso.

El Yo (ego) es la instancia personal que gobierna y controla los impulsos del Ellos. Suele identificarse con el consiente de la persona, pero luego se dio cuenta de que el Yo se ha desarrollado a partir del Ello bajo la persistente influencia del mundo exterior.

El Super yo se forma por el antagonismo del Yo con el Ello, está constituido por las normas familiares, sociales, aceptadas pasivamente, sin justificación personal ni toma de conciencia. Una conducta moral automática (De Col, 1996, p. 9).

Freud establece que la mayor parte de la vida psíquica se encuentra fuera de la conciencia. Su mayor contribución al pensamiento psiquiátrico fue el descubrimiento y estructuración de la vida mental inconsciente. El modelo topográfico clasifica la mente en 3 áreas: consciente, preconsciente e inconsciente (Hales, 2004, p. 110).

El consciente comprende aquello de lo que nos damos cuenta en un momento determinado en el tiempo. Esta definición se aproxima al uso cotidiano del término. Freud argumentaba que la persona solo estaba consciente de una pequeña fracción de sus pensamientos, imágenes y recuerdos.

El preconsciente abarca pensamientos de los que no nos damos cuenta de inmediato, pero que pueden traerse fácilmente a la conciencia. Por definición, el contenido del preconsciente es accesible con un mínimo de esfuerzo.

El inconsciente es aquel que no es accesible para el recuerdo consciente y es la parte dominante de la mente. Según Freud, la mayor parte de la conducta es motivada por fuerzas de las que la persona está por completo inconsciente. Los impulsos, los recuerdos y sentimientos que pudieran ser dañinos o amenazadores para nosotros son mantenidos activamente fuera de la cabal conciencia por un proceso llamado represión. Estos pensamientos

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