Normalidad y anormalidad

La normalidad está directamente relacionada con el hombre y su búsqueda por conocer e interpretar la naturaleza, creando instrumentos capaces de medir aspectos de esta. Gracias a esta búsqueda es que se han determinado las distintas desviaciones a la norma de nuestra naturaleza que hoy consideramos como enfermedad.

Una de las concepciones mas antiguas de enfermedad era “considerar a todo enfermo como u hombre que se le ha agregado o quitado un ser”, en esta forma de entendimiento se creía que las enfermedades entraban y salían del hombre, como los parásitos o maleficios, esta concepción ontológica de la enfermedad se confirmó de cierta manera con el descubrimiento de los microbios.

Para los griegos la forma de entender la enfermedad no era ontológica, sino dinámica, la naturaleza era armonía y equilibrio, y el hecho de enfermar significaba una perdida de armonía, no era un desbalance localizado, la totalidad del ser había perdido su orden interno, su norma.

¿Cuál es la relación entre la anormalidad y la normalidad, entre la enfermedad y la salud? Según el principio de Broussais, las enfermedades son producto de un exceso o defecto en la excitación de diversos tejidos por encima o por debajo del grado que se considera su estado normal. August Comte argumentaba que la salud y la enfermedad no estaban separadas, sus “fenómenos” eran esencialmente los mismos y solo variaba la intensidad.

Claude Bernard apoya la idea de Broussais pero desarrollando experimentos y métodos de cuantificación, para el toda enfermedad tiene una función normal respecto de la cual solo es una expresión perturbada, exagerada, aminorada o anulada, es decir, todo proceso natural del ser humano que se vea perturbado se expresará como una enfermedad.

La concepción de enfermedad de Leriche dista mucho de las anteriormente mencionadas, para él, lo más importante es la subjetividad del paciente, por lo que la salud es “la vida en silencio de los órganos” y la enfermedad “es aquello que molesta a los hombres en el normal desarrollo de su vida, y en sus ocupaciones, y sobre todo, aquello que los hace sufrir. Esto significa que la enfermedad es negativa, pero no por un exceso o déficit de algo, sino porque causa molestia.

Diagnosticar se refiere al hecho de afirmar la existencia de una enfermedad después de evaluar los síntomas de esta, por lo que se requiere un conocimiento previo para diagnosticar. Los médicos constatan empíricamente los síntomas, no ven directamente la enfermedad, el problema con la psiquiatría es que, por ejemplo, se diagnostica la esquizofrenia por el carácter esquizofrénico de sus síntomas y no por la presencia de uno o varios síntomas, por lo tanto, se dificulta la concepción de normalidad y anormalidad.

La principal problemática de los psiquiatras es determinar si alguien está o no psicótico, pero en cuadros como la esquizofrenia es difícil discernir qué es lo que se desvía de la norma, puede ser la percepción, la cognición, el rendimiento o la conducta, y sumado a lo anterior, la existencia de diferentes tipos de esquizofrenia y que ninguna presente síntomas objetivos y específicos es lo que plantea la problemática. A pesar de lo anterior, filósofos han reflexionado sobre qué es lo psicótico, Immanuel Kant describe tres tipos de locura, llamados dementia, insania y vesania las cuales corresponden a distintos tipos de esquizofrenia.

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