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Nueva York


Enviado por   •  12 de Noviembre de 2012  •  543 Palabras (3 Páginas)  •  812 Visitas

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Kant y la filosofía de la historia

La Historia es una de las preocupaciones centrales de la filosofía kantiana. No se puede olvidar que el filósofo de Konigsberg es considerado uno de los máximos representantes de la Ilustración alemana, y que devoraba todas las noticias que le llegaban de la Revolución francesa, que él recibió con un entusiasmo apasionado. De hecho, Kant es uno de los primeros autores de la Historia de la Filosofía que se hace plenamente consciente de su presente histórico. Al preguntarse ¿Qué es la Ilustración ? (o al tratar de responder a la pregunta planteada por un periódico alemán de la época), Kant se está preguntando ¿Qué es este tiempo que nos ha tocado vivir, este periodo histórico del que somos una parte inherente? De hecho, en la obra que vamos a analizar aparecen rasgos típicamente ilustrados, entre los cuales hay que subrayar al menos dos:

 Autonomía : como el mismo Kant afirma, la ilustración “es la salida del hombre de su autoculpable minoría de edad”, con lo que la autonomía moral se convierte en uno de sus fines esenciales. El individuo ilustrado es capaz de pensar por sí mismo, y de darse a sí mismo las normas morales que deben regir su vida.

 Emancipación : es una de las consecuencias naturales de la autonomía. El individuo ha de ser capaz de tomar sus propias decisiones, al margen de autoridades religiosas, políticas, militares o intelectuales, lo que implica “emanciparle” de todas estas instancias.

En cierto modo, la concepción kantiana de la historia consistirá en pensar cómo se van integrando estas ideas a lo largo de la historia, cómo estas ideas se van desplegando en el acontecer de la vida humana. Por eso, la primera pregunta que se hace Kant en la introducción se refiere precisamente a la finalidad de la historia. Según una de las conclusiones de su filosofía práctica, la libertad de la voluntad y la conciencia moral se manifiestan en cada una de las acciones morales. Así, cabe entender la historia como narración de estas acciones. Kant entiende que la Historia tiene una finalidad: “[…] al observar el juego de la libertad de la voluntad en grande, se puede descubrir en ella una marcha regular; igual que se puede llegar a conocer en el conjunto de la especie […] aquello que se ofrece confuso e irregular a la mirada de los sujetos particulares”. Así, el individuo común es incapaz de ver en su presente la dirección de la historia. Lo paradójico del caso es que ésta parece estar construida a partir de la libertad de los individuos, lo que no impide, sin embargo, que haya un “hilo conductor”, un propósito de la naturaleza:

“Apenas si reparan los hombres en particular, ni el mismo pueblo en su conjunto, en que, al buscar su sentido, según su propio propósito y a menudo en contraposición a otros, persiguen sin darse cuenta, como hilo conductor, el propósito de la

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